Partidos Políticos

¿Votarán a Pedro a cambio de nada?

«No les pedimos el voto, pero tampoco podemos evitar que nos voten». Seamos serios porque esto hay que explicarlo. Como a los pilotos de motociclismo a los que se acaba penalizando por confundir la audacia con la temeridad, a la hora de efectuar una rápida y arriesgada maniobra de adelantamiento, también a Pedro Sánchez se le puede complicar su resuelto movimiento para garantizarse la línea de cabeza hacia La Moncloa con una moción de censura marcada de inicio por el estigma de la improvisación y el oportunismo en la búsqueda de atajos. No son pocas las explicaciones que en consecuencia tendrá que ir ofreciendo el secretario general socialista a la hora de pretender –y puede que conseguir– el acceso a toda una jefatura del Gobierno aupado por algunos de los que pretenden acabar con ella y representando a un grupo con 84 escaños y poco más de cinco millones de votos.

Parece obvio que lo de la «agenda social» no va más allá de mera excusa para acomodarse un tiempo prudencial en La Moncloa y que ese espíritu pro consulta a las bases del nuevo PSOE ya sabe desfilar bajo el arco del triunfo. Pero la derivada clave es otra. Ya sabemos que Sánchez no podría evitar el hecho de ser eventualmente agraciado con los votos del independentismo para sacar adelante la moción contra Rajoy, pero ello exige de una contundente toma pública de posición por parte del aspirante, visto que PNV, ERC, PDeCAT o Bildu no han tardado en dejar claro que el apoyo tiene precios como ese inquietante cambio en el modelo territorial del Estado marcado en las «tarifas» peneuvistas o un claro compromiso exigido por el independentismo catalán en favor de los mal llamados «presos políticos». Imaginemos incluso que estos partidos no reciben compromisos reales por parte de Sánchez y sencillamente –para echar a Rajoy– marcan estas exigencias como brindis al sol y sólo paracontentar a su parroquia regalando el apoyo al líder socialista a cambio de nada.

Pues bien, aún en este supuesto, Pedro Sánchez tendría que explicar en su discurso como candidato, que no ha negociado ni por encima, ni pordebajo de la mesa contrapartida alguna con el independentismo. Y tendrá que garantizarlo, no sólo a la ciudadanía en general sino muy especialmente a toda la familia socialista en la confianza además de que losnacionalistas acaben apoyándole gratis a pesar de tan tajante toma de posición. Esta es la principal disyuntiva que tienen Sánchez de un lado y el secesionismo por otro de cara al éxito de una operación para liquidar a Rajoy que sin embargo puede ser terrible para el interés general ya que los mismos que han puesto patas arriba la estabilidad institucional desafiando al Estado son los que acaban teniendo la última palabra a la hora de descabezar al Gobierno de ese Estado. Lo de la Gürtel, peor que escandaloso y lamentable, lo que puede ser es la excusa para brindar al secesionismo la prerrogativa de tener «la última palabra». Si es así, que se explique.