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La izquierda totalitaria

La Razón
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Una parte de la izquierda española aún porta el gen totalitario de sus orígenes revolucionarios, aquel pasado donde todo estaba justificado en la conquista del poder («La transformación total del país –decía Pablo Iglesias– no se puede hacer echando simplemente papeletas en las urnas... estamos ya hartos de ensayos de democracia; que se implante en el país nuestra democracia»). La II República dejó varias experiencias traumáticas de la dificultad de la izquierda para aceptar su derrota. Y no parece que algunos se hayan recuperado de esta intolerancia. Cuarenta años de franquismo contribuyeron a que la izquierda se apropiara de la identificación del gobierno del pueblo con sus ideas. Que la gestión del PP sería acompañada por la agitación callejera estaba cantado. Ni siquiera sorprende que todo se haya organizado tan rápido. La izquierda marxista y antisistema aguardaba con excitación la oportunidad de escenificar su patochada de primavera revolucionaria. Sí llama la atención que los socialistas no hayan tenido paciencia para al menos intentar camuflar ante una opinión pública esquiva la desfachatez de volver a la pancarta apenas dos meses después de haber sido condenados al peor resultado desde la II República. Indicativo del desconcierto que atrapa al PSOE: sabe que ha perdido el centro y la moderación, pero cede a la tentación del populismo izquierdista, donde intuye un atajo en su travesía de oposición. Recomponer un discurso creíble y formular un catálogo de propuestas realistas exige análisis desideologizado de la realidad, tiempo y sentido de la responsabilidad. Mucha tarea para un PSOE todavía hechizado por la fórmula bolchevique que Rubalcaba demostró exitosa aquellos tres días de marzo de 2004.