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París

El matadero huele a podrido

Una turbia industria cárnica centra la nueva obra de Donna Leon«La palabra se hizo carne»Donna LeonSeix Barral400 páginas, 18,50 euros.

El matadero huele a podrido
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El mundo literario creado por Donna Leon en la serie del comisario Brunetti resulta tan amable como encantador. Cierto que, en contraste, la muerte violenta irrumpe en el relato para equilibrarlo, pero no hay en éste la melancolía de los polares nórdicos ni en su comisario el cinismo depresivo de los detectives posmodernos como Wallander.
Brunetti es escéptico –en Italia, ¿quién no lo es?–, pero comedido. Lo suple con una bonhomía admirable y una relación familiar perfecta. Además, es culto y sensible. Su mujer pertenece a una familia aristocrática veneciana y es profesora de literatura inglesa, como lo fue también la autora. Vive felizmente casada con Brunetti y tienen dos hijos adorables. En la comisaría, todo es tranquilo y burocrático y los números no pueden ser más simpáticos y colaboradores. La secretaria de su jefe, un estúpido trepa, tiene encandilado a Brunetti con su belleza fría y sus conocimientos cibernéticos. Y como telón de fondo, un empapelado exquisito: Venecia.

De hecho, la ciudad de los canales y las manadas de turistas se convierte en protagonista principal de las pesquisas del comisario, todo un referente de la literatura policiaca contemporánea desde su aparición en «Muerte en La Fenice» (1992).

Una botella de prosecco
Además, el detective creado por Leon rinde homenaje a los mediterráneos: Carvalho, Jaritos y Montalbano. Todos ellos tienen en común su celo policial y su afición a la buena literatura y la gastronomía. Brunetti, para desconectar, lee a los clásicos: Cicerón, Esquilo y Aristóteles, mientras su mujer, Paola, abre una botella de prosecco y prepara sus platos de pasta preferidos. Exquisiteces culinarias que él describe cada vez que come en una humilde trattoria o en un lujoso restaurante con todo detalle. Después están los casos criminales, no excesivamente complejos, y las pesquisas, que avanzan con lentitud, pues las costumbres de los venecianos van tachonando el relato con su particular forma de ver el mundo, la política italiana y la ideología ecoprogre que rezuman todas las novelas de las autora.

En «La palabra se hizo carne» volvemos a encontrar los mismos elementos que han hecho célebre a Donna Leon y a su inseparable comisario Brunetti: la descripción de la vida cotidiana, la lentitud de la investigación criminal, la simplicidad de los planteamientos deductivos y el estilo literario cuidado y parsimonioso que cultiva la escritora norteamericana afincada en Venecia desde 1981. Es clara la influencia de Donna Leon en la abultada serie de novelas de la detective Leduc y la ciudad de París como envoltorio de las investigaciones de su compatriota Cara Black.

Sobre la autora
Donna Leon es un clásico de la literatura policiaca, y su comisario Brunetti un referente mundial
Ideal para...
lectores que gusten paladear la amable literatura de la autora en la Venecia actual
Un defecto
Cierta simplicidad en la urdimbre de las tramas policiacas
Una virtud
 La sencillez y eficacia de sus novelas
Puntuación 7