Política exterior

Obama y la relación privilegiada con España

La Razón
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No ha sido una sorpresa. La decisión de Barack Obama de acortar su visita a España tras los graves incidentes de violencia racial en Estados Unidos no ha cogido a nadie desprevenido. De hecho, pese a la matanza de Dallas, la diplomacia norteamericana mantuvo la agenda de contactos al más alto nivel que llevaba aparejada la cumbre de la OTAN en Varsovia. El viaje a España –después de quince años sin que un presidente estadounidense visitase nuestro país– estaba al mismo nivel. Washington deseaba mostrar la excelente sintonía que existe con el Ejecutivo español. De ahí que, pese a descargar de la visita el contenido personal o lúdico de su paso por Sevilla, se mantuvieran de manera plena los contactos institucionales. La audiencia con el Rey y el encuentro con el presidente del Gobierno y los tres principales líderes de la oposición han alcanzado más relevancia, por cuanto la Casa Blanca ha retrasado la vuelta al país por mantenerlos tras los sucesos en su país. Estados Unidos, consciente de la importancia geopolítica de España, tras los buenos resultados económicos de estos años y ante un giro en el equilibrio de poderes en la UE por la salida de Reino Unido, apuesta por profundizar la relación con viejos aliados. Una confianza mutua que refuerza también a España.