
Derecho laboral
Víctor Arpa, abogado laboralista: "Mucha gente podría tener reconocida una incapacidad permanente y no lo sabe"
El desconocimiento y la falta de información son el principal problema que los trabajadores encuentran para hacer uso de sus derechos laborales

En España, las validaciones por incapacidad laboral son procesos administrativos y médicos que determinan si un trabajador puede seguir desempeñando su actividad profesional tras sufrir una enfermedad o accidente. Este procedimiento se inicia con la baja médica y continúa con revisiones periódicas por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social, que evalúa la evolución del paciente y su capacidad para reincorporarse al trabajo. En función del diagnóstico y del tiempo de recuperación, se distingue entre incapacidad temporal y permanente, siendo esta última la que plantea más controversias por sus implicaciones económicas y profesionales.
De esta manera, existen diferentes tipos de incapacidad laboral que se clasifican según su duración y gravedad. Por un lado, la incapacidad temporal ya mencionada que se concede cuando el trabajador no puede desempeñar su labor por un periodo limitado, normalmente inferior a doce meses, aunque puede prorrogarse en casos excepcionales. En cambio, la incapacidad permanente se reconoce cuando se demuestra que las secuelas impiden de forma definitiva la realización del trabajo habitual o de cualquier actividad laboral. Dentro de esta categoría se incluyen varios grados que van desde la parcial, que afecta al rendimiento sin impedir el trabajo, hasta la gran invalidez, que requiere ayuda constante de otra persona.
A pesar de su importancia, muchos trabajadores en España optan por no solicitar el reconocimiento de una incapacidad permanente por miedo a que su solicitud sea rechazada o a perder su empleo. A esta situación se suma un notable desconocimiento sobre los derechos laborales y los procedimientos para acceder a estas prestaciones. La falta de información y el temor a enfrentarse a la burocracia provocan que miles de personas continúen trabajando en condiciones que agravan su estado de salud. Una mayor difusión de los derechos y una gestión más accesible del sistema serían claves para garantizar que la incapacidad laboral cumpla su función social de proteger al trabajador.
Un abogado avisa sobre la incapacidad permanente
Víctor Arpa, abogado laboralista que se ha dado a conocer por su contenido en redes sociales sobre los derechos laborales de los asalariados, explica con todo lujo de detalle todo lo que debes saber respecto a este tema y su posterior aprobación. "Hoy quiero hablarte de algo que veo cada semana en el despacho", comienza explicando en una de sus últimas publicaciones. De esta manera, comunica ante sus seguidores la frecuencia constante de este caso. "Hay muchísima gente que podría tener reconocida una incapacidad permanente y no lo saben. Personas que llevan años arrastrando dolores, lesiones, secuelas graves y piensan que no es para tanto o que la Seguridad Social se lo va a denegar", explica.
Por tanto, la barrera que en la mayoría de casos es puesta por el trabajador para no hacer frente a esta posibilidad ha de ser superada. "He visto casos de personas que no podían seguir trabajando, que lo han pasado fatal y cuando finalmente se atrevieron a pedir la incapacidad, consiguieron su pensión", indica el experto en derecho. La incapacidad permanente constituye un derecho fundamental que puede ser presentado por todo aquel que pueda percibir que su condición física y personal se adecúa a lo demandado por la Administración. "Y lo más duro es cuando alguien tiene derecho a ella y no la pide, o cuando se la deniegan y no recurre porque nadie le explicó que tenía opciones reales de ganarla", recalca.
La implicación del profesional con los trabajadores
"En el despacho defendemos cada día a personas que se encuentran en esta situación y lo hacemos a fondo porque sabemos lo que se juega cada cliente", agrega en relación a su propia experiencia. Por ende, en ningún caso los trabajadores que se encuentran esta situación deben dejar pasar la oportunidad, debido a que se trata de una cuestión de salud. Al mismo tiempo, en el caso de que no sea concedida por el Tribunal Médico o por la propia empresa, no constituye un motivo de despido ni nada parecido. "Si alguien esta enfermo, lesionado o con secuelas que le impiden trabajar, no dudes en informarte y no dejes pasar lo que te corresponde por miedo o por desconocimiento", concluye como aviso final.
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