Trasplantes

Beatriz Domínguez-Gil: «Los trasplantes por hepatitis C han bajado un 13,7% en tres años por los tratamientos»

DIRECTORA DE LA ONT / Beatriz Domínguez-Gil avanza que están barajando dos años de residencia en España para que un extranjero pueda acceder a un trasplante. Además, se muestra confiada en que a corto plazo se alcancen los 45 donantes por millón de habitantes.

Beatriz Domínguez-Gil: «Los trasplantes por hepatitis C han bajado un 13,7% en tres años por los tratamientos»
Beatriz Domínguez-Gil: «Los trasplantes por hepatitis C han bajado un 13,7% en tres años por los tratamientos»larazon

La directora de la ONT avanza que están barajando dos años de residencia en España para que un extranjero pueda acceder a un trasplante. Además, se muestra confiada en que a corto plazo se alcancen los 45 donantes por millón de habitantes.

Tiene el listón muy alto, pero Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), lo sabe y lo asume, aunque no por ello deja de percibir su nuevo puesto con algo de vértigo. Cuando le dieron la noticia, «me sentí muy honrada y valorada, pero, por otra parte, sentí la sensación de enorme responsabilidad que supone continuar con el trabajo de muchos años de Rafael Matesanz. Es un gran reto personal y profesional». Sabe que quiere y debe mantener a este organismo como líder mundial y por eso no duda en pedirle algún consejo a su predecesor. «Lo hago de vez en cuando y siempre me ayuda».

-¿Se ha puesto alguna meta?

-Por una parte, seguimos hablando de cantidad y creemos que, consolidando vías de mejora que ya llevamos trabajando varios años: como la detección fuera de UCI, la colaboración con las Urgencias y la donación en asistolia, podríamos aumentar la actividad de donación y la de trasplante. A corto plazo podríamos alcanzar los 45 donantes por millón de habitantes, pero ya hablamos de cifras de excepción. Es implanteable para muchos países del mundo alcanzar nuestra situación y más aún si tenemos en cuenta nuestro entorno epidemiológico, que no es favorable para la donación. Tenemos muy poquita mortalidad por tráfico y por enfermedad cerebrovascular gracias a todas las medidas de intervención y de seguridad vial. Además de cantidad, queremos trabajar en los resultados postrasplante y cómo mejorarlos. Hemos establecido una red que investiga para dar respuesta a preguntas clínicas. Por otro lado, me planteo apostar por los tejidos y las células. Creo que la terapia celular es el futuro del trasplante y considero que tendríamos que anticiparnos y llevar a la clínica y al paciente terapias que aún están en fase de investigación.

-¿Cuáles podrían ser?

-Se está trabajando en la construcción de órganos bioartificiales, con matrices de órganos repoblándolas con células madre, o la aplicación de células madre progenitoras o pluripotenciales para regenerar determinadas lesiones. Es una vía a la que le queda un tiempo para llegar a la fase clínica, pero creo que la ONT debe estar ahí para facilitar la traslación a la clínica de esas nuevas terapias.

-¿Qué otros objetivos tenéis a corto plazo?

-Asegurar la protección integral del donante vivo.

-¿Esa ley ya se está tramitando?

-No, aún no. Tenemos unas propuestas que pueden terminar en algún tipo de acción. Tenemos el compromiso de la ministra, se han producido contactos entre el Ministerio de Sanidad y el de Empleo, pero todavía queda camino. Aunque sólo que haya la voluntad es un enorme paso.

-¿Qué planes cree que han sido los más exitosos?

-Cuando en 2008 empezamos a evidenciar que la mortalidad descendía y que la lista de espera siempre estaría ahí planteamos nuevas vías. El programa de asistolia estaba integrado dentro del plan 40 para conseguir más donantes: se tuvo que optimizar el proceso de donación en muerte encefálica y nos dimos cuenta de que había hospitales con tasas de donación extraordinarias. Los identificamos e hicimos una guía de buenas prácticas. La donación en asistolia se convirtió en un plan por sí mismo. Y si funcionó fue gracias al trabajo en red. El tercer punto más importante de los críticos (hay cinco) es la adaptación al nuevo perfil del donante. No es joven, es mayor y progresivamente irá aumentando y la red se ha adaptado a él.

-¿Un órgano tiene caducidad?

-Se puede decir que no. No hablamos de edad cronológica, sino del estado de los órganos. Tenemos hígados que han cumplido 100 años en los receptores y más.

-¿Los nuevos tratamientos contra la Hepatitis C han alterado la lista de trasplante hepático?

-Sí, aunque son datos preliminares, hemos observado un descenso en las indicaciones de trasplante hepático por hepatopatía por virus de la hepatitis C y también hemos detectado que pacientes de lista de espera que son sometidos a tratamiento, llegan a mejorar tanto que se excluyen de la lista. Es de los avances clínicos más impresionantes de los últimos años.

-¿Desde cuándo?

-En los últimos tres años, la curva es descendente, pero aún hay que valorar los datos con cautela. No obstante, nos sorprendió ver que descendía año tras año. En 2013 el porcentaje era del 36,5% y en 2016 bajó hasta el 22,8%, un 13,7% menos.

-¿Este éxito está ligado con el Plan de Hepatitis C?

-Bueno, es aventurado decirlo, pero todo nos hace pensar que podría ser por las nuevas terapias de efecto viral directo. Eso sí, los datos son alentadores.

-¿Cómo de importante es apostar por los avances científicos que se están dando?

-La ONT ha llevado a todos los lugares de España los trasplantes de órganos, de tejidos y de progenitores hematopoyéticos (médula ósea y cordón umbilical). Si en un futuro llegan a la clínica determinadas terapias, nosotros hemos de ser capaces de llevarlo al paciente, con las mejores garantías y condiciones. Los avances pueden tener muchísimo impacto en las necesidades de trasplante en nuestro país.

-Terapias como las que desarrolla Izpisúa, con la incubación de órganos en cerdos, ¿cómo las valora?

-Sé que el futuro va a estar ahí, pero lo que no sé es cuándo nos va a llegar a la clínica. Aunque también hay que tener en cuenta que debe ser sostenible para el Sistema Sanitario.

-¿Le preocupan las listas de espera? ¿Se podrían reducir?

-No se acaban, es irreal. No sólo hay que trabajar en aumentar la disponibilidad de órganos, sino que tiene que haber una estrategia preventiva importante. El tratamiento para la Hepatitis C es el mejor ejemplo. En el momento en el que aumentas la oferta, se flexibilizan los criterios de inclusión y a eso se suma que tenemos una población cada vez más envejecida. Por eso no me gusta hablar mucho de la lista de espera porque a mí me puede subir en algún momento y no significa que estemos fallando, sino que las necesidades pueden variar.

-Compromís ha planteado una iniciativa en el Congreso para crear listas de no donantes. ¿Qué le parece?

-Son innecesarias, el apoyo de las familias supera el 85%. Además, un registro de no donantes da una idea de negatividad y de alarma. Y ya hay una herramienta disponible, que tienen todas las CC AA, que son los registros de voluntades anticipadas. En ellos puedes decidir sobre el destino de tu cuerpo y de tus órganos.

-¿Le preocupa el turismo de trasplantes?

-Tenemos un sistema público de salud excelente en donación y trasplante, por lo que, por primera vez, pacientes de determinados países se sienten atraídos e intentan acceder a la lista de espera de donante fallecido y nos crean una situación muy complicada. Nadie se enriquece, es el sistema público el que termina asumiendo esa carga y es una situación... Los órganos que se dedican a los extranjeros se dejan de dar a nuestros pacientes. Está ocurriendo. Nos preocupa que tengamos un efecto llamada y se dé más. Pero hay que contarlo con mucho cuidado, sólo nos preocupan las personas que viajan puntualmente a España para ser trasplantados. Para un paciente que quiere trasplantarse de vivo en nuestro país no hay restricciones.

-¿Cuántos días deben exigirse a los extranjeros para acceder a un trasplante?

-Estamos barajando dos años de residencia en España, pero está por discutir y acordar con las comunidades autónomas.

-¿Se legislaría con una nueva norma?

-Probablemente exigiría una normativa, pero aún tenemos que explorar lo que se puede hacer y lo que no.

-Para diciembre se ha anunciado el primer trasplante de cabeza, ¿deberían existir límites?

-Sí. Por ejemplo, los trasplantes de tejidos compuestos vascularizados (brazos, piernas, rostro...) aún los tratamos como procedimientos que se deben valorar caso por caso. Es difícil saber a qué nos enfrentaremos: combinación de células madre con dispositivos, creación de matrices, regeneración celular... hay tantas líneas de investigación abiertas. ¿Qué llegará antes y cuándo? No tengo la respuesta, pero sí que sé que el futuro viene por cualquiera de estas líneas de investigación. Eso sí, a día de hoy, lo del trasplante de cuerpo lo veo una barbaridad.