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“El gordo Mathías”, el monstruo que secuestró durante décadas a cuatro mujeres en varios puntos de la misma ciudad
Mathías Salazar, de 54 años, mantuvo secuestradas a cuatro mujeres durante décadas en puntos distintos de la localidad venezolana de Maracay. Los vecinos lo sabían pero nadie dio la voz de alarma. Una de ellas, Ana María de Salazar, estuvo 34 años en cautiverio. Morella, estuvo 32 privada de libertad y gracias a un descuido pudo escapar, denunciar su situación y colaboró para que fueran liberadas las otras tres mujeres.
Morella se había echado un novio que le propuso fugarse porque según decía su familia no le aceptaba por su carácter agresivo. La pesadilla comenzó en 23 de diciembre 1988. Mathías y Morella decidieron marcharse. Cuando se encontraron, el joven la amenazó, la secuestró y la llevó a un cuarto piso de un conjunto residencial de la avenida de la constitución de Maracay. Durante 31 años, Morella estuvo encerrada, con la única luz que el sol permitía ver a través de las gruesas cortinas. Pasó la mayoría del tiempo a oscuras, escuchando la radio y viendo canales regionales de televisión. Tenía prohibido hacer ruido. Los vecinos le preguntaron a Mathias si vivía alguien con él y éste siempre decía que era la mujer de la limpieza. Morella vivía sola. La visitaba para darle de comer, abusar sexualmente de ella, amenazarla y maltratarla de forma brutal. Si se negaba a algo de lo que él le pedía, le dejaban de llevar comida o agua.
Con el paso del tiempo, los vecinos se dieron cuenta de lo que ocurría pero tenían miedo de hablar. En dos ocasiones avisaron a la Policía, que se presentó en el piso, pero Morella desmintió los hechos por miedo a que Mathías la matara.
Durante los más de 30 años, vivió encerrada en el piso. En dos ocasiones Mathías se dejó olvidadas unas llaves y trató de abrir la puerta sin éxito. Cuando su captor regresó se percató de lo ocurrido y le propinó una paliza salvaje. ella vivía con miedo a hacer cualquier cosa y que la matara, pero nunca renunció a recuperar la libertad. El pasado 24 de enero, Mathías se volvió a olvidar las llaves pero en esta ocasión sí logró abrir la puerta y escapar.
Cuando acudió a denunciar el caso nadie le creía, hasta que una mujer se dio cuenta de que lo que estaba contando era verdad y la ayudó y trasladó el caso al Ministerio Público.
La madre de Morella nunca dejó de buscarla. No quiso cambiarse de casa, ni de teléfono por si algún día regresaba. Pero no pudo volver a verla porque murió hace ocho años.
Mathías, después de tanto tiempo impune se creía invulnerable y decidió acudir a la fiscalía a denunciar el secuestro de su esposa. Allí se encontró con Morella y la amenazó una vez más, pero las autoridades lo detuvieron y fue acusado de violencia sexual, esclavitud sexual, inducción al suicidio y violencia psicológica.
Los vecinos se habían mantenido callados durante todos estos años pero cuando se conoció el caso de Morella, decidieron empezar a hablar en las redes sociales y dijeron que “el gordo” Mathías encerraba a mujeres. La investigación policial permitió la liberación de tres mujeres más.
La segunda víctima fue secuestrada a punta de pistola hace 23 años. Durante su cautiverio tuvo una hija que actualmente tiene 20 años y va a la universidad. Mathías vivía con ellas en un piso en el que desde el balcón podía vigilar el piso en el que tenía encerrada a Morella. La hija describió a su padre como un hombre agresivo que la llevaba al colegio, no le dejaba tener amistades ni hablar con nadie.
La cuarta víctima es Ana María de Salazar, de 54 años, que fue liberada el pasado viernes después de 34 años de cautiverio. Su familia la había dado por muerta porque la buscaron desde su desaparición y jamás la encontraron.
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