Tribunales

La independencia judicial y el Estado de Derecho centran el VI Congreso Internacional de la Unión Iberoamericana de Universidades y Cortes Supremas

Lesmes destaca que el respeto de las leyes es la única garantía de convivencia entre los ciudadanos

IV Congreso Internacional de la Unión Iberoamericana de Universidades y Cortes Supremas
IV Congreso Internacional de la Unión Iberoamericana de Universidades y Cortes SupremasAlberto R. RoldánLa Razón

La cuarta edición del Congreso Internacional de la Unión Iberoamericana de Universidades (UIU) y Cortes Supremas ha vuelto esta semana a la Universidad Complutense después de dos años de parón por la pandemia de coronavirus. En esta ocasión, el encuentro se ha centrado en la independencia judicial y el Estado de Derecho.

Durante el acto de inauguración, en el que participaron el decano de la Facultad de Derecho, Ricardo Alonso; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, y el presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, se destacó la relación entre la independencia judicial y la democracia.

En este sentido, el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, Lesmes aseguró que la independencia judicial “no es un privilegio, sino una garantía de los derechos fundamentales de los ciudadanos”. Además, destacó que el respeto de las leyes es la única garantía de convivencia entre los ciudadanos y que sin ese acatamiento no existe una verdadera democracia.

Por su parte, González-Trevijano recordó que el artículo 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 asegura que “una sociedad en la que no esté establecida la garantía de los Derechos, ni determinada la separación de los Poderes, carece de Constitución”.

Durante el Congreso se celebraron diferentes mesas redondas sobre la independencia judicial y el Estado de Derecho en diferentes países como Argentina, Brasil, México y España, además de en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Durante uno de estos encuentros, el magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Lucas, realizó una contundente defensa de la autonomía de los jueces y aseguró que él nunca había recibido presiones.

«En más de 20 años no he recibido ni una sola presión. Prácticamente no he hablado con ninguna autoridad política», expuso Lucas. «Y no he visto a ninguno de mis compañeros que reciban presiones. Reto a quien sostenga lo contrario a que me diga casos concretos», subrayó.