Política cultural

Urtasun: "Vamos a levantar la bandera cultural frente a la censura y el miedo"

El nuevo ministro de Cultura despliega su estrategia en la toma de posesión de su cargo y dice que defenderá la pluralidad lingüística y la libertad de expresión frente a los que «censuran obras de teatro y películas»

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Yolanda Díaz al lado de Ernest UrtasunEuropa Press

Llegó tarde y con el aforo completamente lleno. Acompañado de Miquel Iceta, que le entregaba la cartera después de un discurso de despedida que arrancó risas y también ovaciones entre los asistentes público, Ernest Urtasun, nuevo ministro de Cultura, respaldado por la vicepresidenta Yolanda Díaz, abordó las líneas directrices y algunas de las ideas esenciales que prevalecerán durante la siguiente legislatura.

En un ambiente inusual en el relevo de una cartera ministerial y arropado por la presencia, entre otros, de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, a la que dedicó palabras afectuosas, Ángeles González Sinde, Fernando Benzo, Íñigo Méndez de Vigo -que recibió enormes y subrayados halagos por parte de Miquel Iceta: "Es un caballero que estuvo en esta misma casa y que siempre que puede nos acompaña. Lo de la continuidad institucional me gusta, aunque sé que no está de moda. Ojalá vuelvan los buenos modos. Sé que él está de acuerdo en esto"-, Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía, Gregorio Marañón y Diego López Garrido, entre otros representantes institucionales y políticos, Ernest Urtasun, que tendrá como segundo a Jordi Martí, se presentó con un discurso claro, directo y sin ambivalencias posibles.

Después de dar gracias a sus colaboradores y también a sus antecesores, recordó en sus primeras palabras, quizá como referencia a las intenciones que trae para este puesto y que a continuación iba a desplegar de manera somera, al escritor Jorge Semprún, que también le precedió en este cargo. "Él es el escritor de la memoria antifascista, el expatriado que tiene que vivir en Francia, que estuvo preso en Buchenwald, un campo de concentración que visité cuando era pequeño y que me impresionó sobremanera. Él representa y en él está el antídoto de la cultura contra la barbarie, la garantía de la democracia plena, basada en la fraternidad y los valores. Sus lecciones no han prescrito y al recordarlo hoy nos damos cuenta de la vigencia de lo que representan, sobre todo, ahora, cuando en Europa existen fuerzas ultraconversadoras que defienden el relato del miedo, que niegan la diversidad, que ejercen la censura artística y literaria, que bloquean la cultura para fomentar el odio".

En una rápida intervención, en la que evocó la memoria de varios ministros socialistas que pasaron por esta misma cartera, aseguró que "son los derechos culturales los que marcan el diseño y la realidad política en el mundo". Afirmó, sin apenas vacilaciones en la voz, que "vamos a velar, de mano de la ciudadanía, por el derecho de expresión vigente en nuestra democracia, porque ya hemos conocido un tiempo en el que se censuraban las obras de teatro y las películas infantiles. Ese tiempo ya ha pasado y no vamos a repetirlo. No hay vuelta a atrás. No hay cabida de nada de esto en nuestro tiempo. No hay derecho a la cultura sin libertad de expresión".

Líneas directrices

Ernest Urtasun, que ha llegado a este cargo con su pasado en la formación verde y también con fama de ser antitaurino, algo que, sin duda, le exigirá más adelante ciertas puntualizaciones sobre lo que hará en este sentido más adelante, señaló que existen intersecciones culturales en nuestro país y que parte del patrimonio común que existe en España son las lenguas diversas que tenemos, porque "amamos en castellano, gallego, catalán y vasco. Somos pluralidad y somos también esa riqueza y también ese lugar de encuentro que proporcionan". Y apuntó: "Vamos a levantar bandera cultura frente a la censura y el miedo". No olvidó marcar cuáles serán sus puntos más relevantes, lo que va a guiar sus pasos durante los siguientes meses. El primero que mencionó es la accesibilidad a la cultura de todos para superar las desigualdades sociales que existen y que suelen venir acompañadas de una importante fractura en los saberes".

Otro de los puntos a los que aludió fue la relevancia que tiene en la sociedad, y en la cultura, la educación tanto dentro como fuera de la escuela. Defendió, en este sentido, la urgencia de aumentar los profesorados en las aulas de los colegios, aumentar las salas de teatro y también fomentar otro tipo de actividades, además de cuidar las demandas actuales que requiere la infancia.

También remarcó la participación de la ciudadanía en la cultura para alentar, reforzar y dar alas a la comunidad, y, apuntó: "Quiero decir que desde este ministerio nos vamos a esforzar para proteger los derechos laborales y de libertad del artista impulsando su estatuto". Expresó su deseo de tener industrias culturales avanzadas, que considera esenciales, y la necesidad de "proteger a quien hace esto posible. Vamos a ser un Ministerio de pluralidad en España, donde el Estado cooperará con las distintas Comunidades Autónomas, promoverá la vertebración territorial, que es uno de los pilares de la sociedad, y la diversidad de lenguas, que es un patrimonio común de todos nosotros".