Gastronomía

Amontillado fino

La Razón
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Existen unos vinos del marco de Jerez y un grupo de bodegas tradicionales que expresan una singular forma de crianza enológica, un respeto por un terruño y clima mágicos que dan una felicidad especial. Una de las joyitas que hoy he tenido el privilegio de catar es un vino amontillado fino, llamado El Tresillo. La Bodega Emilio Hidalgo, que se arraiga en la elaboración del vino desde mediados del siglo XIX, rezuma el sabor único del casco antiguo de Jerez. Y sus criaderas y soleras indagan en una crianza enológica única en armonía con la oxidativa. Este Tresillo posee las señas de identidad de los vinos facturados, presentando la sutileza marca de la casa, ya que se trata de vinos que nos transportan al entorno jerezano pero se ven con la expresión de vinos complejos e internacionales.

Posee un color intenso, muy atractivo y perfilado, sensaciones aromáticas son especiadas, con un punto de barniz de mueble viejo, algún toque picante y mordiente. Destacan también las elegantes secuencias de frutos secos, con ese sabor tan característico del amontillado. El paso de boca es gozoso pues la magnífica y muy ancha entrada va seguida de mucha frescura con un volumen elegante y una definición rotunda. Buenos, largos, amargos y muy profundos tragos para seducirnos con un vino genuino y distinto al mismo tiempo. Imprescindible este Tresillo de un bodeguero que siendo la quinta generación, se ha inventado la modernidad del amontillado.

Ficha

Nombre: El Tresillo.

D.O.: Jerez.

Bodega: Emilio Hidalgo.

Precio: 27 euros.

Web:

www.hidalgo.com