Andalucía

Los asentamientos de inmigrantes: una dura realidad “insalubre” en mitad de la pandemia

Exigen a las administraciones que autoricen “una toma de emergencia” para que uno de los asentamientos de Lepe pueda contar con agua potable

Varias personas observan los restos de una treintena de chabolas de un asentamiento de inmigrantes de Lepe, que ardió recientemente
Varias personas observan los restos de una treintena de chabolas de un asentamiento de inmigrantes de Lepe, que ardió recientementelarazon

No es descabellado que la lotería del contagio por coronavirus toque antes a quien más décimos acumule. Sucede en los asentamientos de inmigrantes que existen en la comunidad y en los que, según han alertado desde distintas organizaciones sociales, el Estado de alarma no ha hecho que cambien “las condiciones de insalubridad” en las que viven las personas que los pueblan y que ahora afrontan un “elevadísimo riesgo sanitario” debido al Covid-19. Desde esa realidad, las entidades integrantes de la Mesa Social del Agua de Andalucía, esto es UGT, CC OO, Aeopas, Ecologistas en Acción, Greenpeace, WWF, SEO, Facua, Fundación SAVIA, UPA, COAG, Fundación Nueva Cultura del Agua y Red Andaluza de la Nueva Cultura del Agua; han pedido a la Delegación del Gobierno central en la región, al Ejecutivo autonómico y al Ayuntamiento de Lepe, en Huelva, que autoricen “una toma de emergencia” desde la “red de abastecimiento” local para que esas personas puedan tener agua potable.

Calculan que, sólo en Lepe, “se alojan cerca de 950” trabajadores inmigrantes ligados en su mayoría a la actividad agrícola, que podrían elevarse hasta los alrededor de 5.000 en toda la provincia. Saben que lo que plantean es “sólo un mal parche”, pero se atreven a demandarlo en “la situación de emergencia y de excepcionalidad” que afronta el país.

Antonio Abad, miembro del Colectivo de Trabajadores Africanos, explica LA RAZÓN que “sólo en Lepe hay trece asentamientos de inmigrantes” y que buscan que, al menos se concedan "los permisos para poder darle agua a uno de ellos”. Si bien, no renuncian a hacer luego extensiva la iniciativa a otros, dado que “hay mucha gente que está dispuesta a ayudar”, asevera.

Cree que con esa medida se podía contribuir a que los inmigrantes se desplacen menos y disminuya con ello la probabilidad de que acaben infectados. “No están confinados”, admite, para explicarse: “Es imposible que lo estén en las condiciones en las que subsisten. En algunos casos no tienen ningún tipo de recursos y han de salir a buscarse el agua y la comida para no morirse de hambre”. De forma habitual se desplazan hasta las instalaciones de “un comedor social” que está operativo en la localidad onubense, pero éste, que “normalmente abría de lunes a viernes”, ahora “ha restringido sus servicios” y sólo funciona tres días a la semana, por las limitaciones que conlleva el Estado de alarma.

Fuentes de la mencionada Mesa Social anotan que “esta problemática” no es exclusiva de Lepe. Hay otros puntos de la geografía de la provincia onubense que también cuentan con ese tipo de concentraciones de inmigrantes como pueden ser Palos de la Frontera, Moguer, Lucena y Cartaya, ligados en mayor o menor medida a la agricultura. Incluso señalan a otras localizaciones de la región de sitios como Almería.

Abad traslada a este periódico que, en concreto en Lepe, hasta hoy "no se había hecho nada” y anima a las autoridades competentes a pasar a la acción, si no es con lo propuesto desde la suma de entidades, “con cualquier otra solución”. Aunque esta tarde, según ha podido saber este diario, se ha repartido agua en al menos dos asentamientos gracias a un camión cisterna, lo que no sería suficiente para estos colectivos. Reclaman, en definitiva, que “se cubra el Derecho Humano al Abastecimiento básico de las personas” y se alivie el escenario “inhumano” en el que se encuentran miles de temporeros que serán necesarios para “la urgente realización de los trabajos agrícolas en los campos de Huelva”. Siempre es preferible un final distinto al del breve relato de Gabriel García Márquez titulado “Algo muy grave va a suceder en este pueblo”.