Coronavirus
González de Lara: “Andalucía puede permitirse sugerir cómo calendarizar la reactivación económica”
El presidente de la patronal andaluza exige el aplazamiento del pago de impuestos porque “la normalidad no se recuperará de un día para otro”
Optimista en cuanto al proceso de desescalada, el presidente de la patronal andaluza, Javier González de Lara, reclama a las administraciones más medidas de apoyo a las empresas y rechaza la manoseada propuesta del cambio de modelo productivo: "Hay que hacer más productivo el modelo".
Hace seis semanas que el Gobierno decretó el estado de alarma. ¿Qué diagnóstico hace de la situación económica y empresarial de Andalucía?
Es un diagnóstico que depende mucho de los sectores afectados. El pronóstico es bastante grave. Hay sectores que se vieron forzosamente paralizados como consecuencia del estado de alarma nacional. Hablamos de la industria turística, del comercio minorista y de la hostelería, que forman parte de la terciarización de la economía andaluza que representa una parte importantísima del Producto Interior Bruto (PIB). También hay otras actividades que han estado frenadas y que se fueron reactivando a partir del 13 de abril, como por ejemplo la construcción y alguna parte de la industria, con mucho esfuerzo desde el punto de vista de la dotación de equipos de protección. Los sectores esenciales, como el agroalimentario, el de la distribución y el financiero, han estado trabajando por encima de su capacidad. Tenían una enorme tensión para abastecer la demanda de la sociedad. No se puede decir que la situación sea homogénea. Todo va por espacios de actividad, por la determinación que haya tenido o no la declaración de alarma nacional que afecta al funcionamiento de la libertad de empresa, pero la asumimos todos por la gravedad de la pandemia.
Andalucía suma más de 97.000 ERTE con más de medio millón de afectados. ¿Cuál es el escenario al que se enfrenta la comunidad autónoma en cuanto al desempleo?
Sobre la figura del ERTE, el empresariado, por responsabilidad, ha optado por la suspensión de los contratos, que no por la rescisión. Todo el mundo está esperando que se adopten medidas inteligentes y consensuadas dentro del diálogo social para que se recupere luego ese empleo. No se ha despedido a ese medio millón de trabajadores afectados por los ERTE, lo que se está esperando es cómo volver a la actividad. Siempre será mejor un ERTE que no un ERE. Prefiero quedarme con la visión positiva. Mejor este estado de cosas, dentro de lo que es una fuerza mayor, que no estar analizando un aumento desaforado del desempleo. Vamos a intentar ayudar a las empresas a que recuperen su actividad. Cuando se levante el estado de alarma habrá sectores, como la industria turística, que necesitará tiempo hasta que se recupere la demanda. Sí pedimos una prórroga de la aplicación de los ERTE es precisamente para que no se conviertan en ERE, puesto que habrá plantillas que volverán al trabajo en un escenario sin demanda.
Una de las medidas laborales del Gobierno más polémicas al comienzo de esta crisis fue la prohibición de los despidos objetivos. ¿Cuál es su valoración?
Es una medida que se adoptó de manera unilateral por parte del Ministerio de Trabajo sin contar con nosotros. No estoy de acuerdo con las formas. En marzo los empresarios y las fuerzas sindicales suscribimos un acuerdo en materia de diálogo social. Luego, cuando se decreta el estado de alarma, se aprueba un paquete de medidas económicas y ahí una medida acertada: extrapolar ese acuerdo para preservar el empleo. Luego nos sorprendió con un decreto complicado. Ese tipo de medidas se deben incardinar en el diálogo social. Los agentes económicos y sociales somos los que podemos ayudar al Ministerio a tomar las decisiones más acertadas. Todo lo que signifique prohibición y limitar la flexibilidad de las empresas en su toma de decisiones es mucho más complejo.
¿Qué otras medidas reclama al Gobierno central para apoyar al tejido empresarial?
Las empresas necesitan fundamentalmente tiempo, entendido como la capacidad para extender sus obligaciones de pago. Hemos sugerido un banco de tiempo social, puesto que hay que tener la visión de que no podemos recuperar la normalidad de un día para otro. Todos tenemos la necesidad de provocar esa reactivación, pero debemos ser cautelosos. Hay que agradecer a las personas que están en primera línea, por supuesto sanitarios y sectores esenciales, que nos están salvando. Pedimos, por ejemplo, moratorias en el pago de los impuestos. No pedimos que nos regalen nada, sino que se retrasen el pago de los impuestos. Por ejemplo, el IRPF, el IVA o el impuesto de sociedades. Sin embargo, estamos notando escasa sensibilidad en ese ámbito. Otro asunto importante es la liquidez circulante para abordar las cuestiones más inmediatas. La línea de avales nos parece correcta. Estamos en el segundo tramo y habría que pedir un tercero. Hubiera preferido que se hubieran puesto en circulación los 100.000 millones de golpe porque por tramos se retrasa la toma de decisiones. La iniciativa es buena pero está siendo extremadamente lenta y exigente en documentación. Al mundo empresarial le preocupa cuándo volvemos y cómo.
La Junta ha puesto en marcha una línea de préstamos a las pymes y el pago único de 300 euros a autónomos. ¿Son suficientes estas acciones?
La línea de préstamos son avales, garantizados por Garantia, y esta medida nos parece muy acertada. Está dando muy buenos resultados. Todo lo que sea apoyar a los autónomos nos parece tremendamente positivo y necesario porque son el sustento, los que están soportando con mayor sufrimiento la crisis. Muchos han tenido que cerrar sus negocios por decreto. Si no facturas, no generas y encima te obligan a pagar. Tanto esta iniciativa como la línea de apoyo a los autónomos nos parecen bastante afortunadas.
¿Es el momento de abordar un cambio del modelo productivo para que Andalucía no dependa tanto del sector servicios?
-No es tan sencillo y genera melancolía. Cada vez que hay una crisis hablamos de modificar el modelo productivo. No se trata tanto de cambiar el modelo productivo como de hacer más productivo el modelo. Es una crisis mundial, ajena al modelo de producción, motivada por una pandemia sanitaria, que tiene efectos económicos y sociales. En 2008 nos encontramos con un problema económico y financiero, entonces sí podía hablarse de un modelo estructural. Esto no lo es, es coyuntural. Habrá gente que le dedique todas las hojas del mundo o gurús que den conferencias sobre esto, pero a mí me produce sorpresa. Tenemos que mejorar el modelo siempre. ¿Cómo? Incorporando la innovación, digitalización e internacionalización. Pero son elementos transversales. Si desechamos el turismo sería un suicidio. Somos el segundo país del mundo en recepción de visitantes, con 85 millones de turistas. Debemos apoyarlo para que no se caiga. Cualquier país vive ahora del turismo y va a tener el mismo problema que España. También se puede hablar del sector tecnológico, que también está sufriendo, por no hablar del aeroespacial. Que no se nos venga abajo ningún sector. Tenemos que apostar por las energías renovables y por la economía verde, pero eso ya lo hacíamos antes de la pandemia. No era un problema estructural porque crecíamos al 3 por ciento en Andalucía. Se equivocan los que intentan justificar la pandemia como un problema del modelo productivo.
El presidente de la Junta propuso que Andalucía fuera de las primeras comunidades en salir del confinamiento. ¿Está de acuerdo?
Creo que el presidente de la Junta está intentando marcar el ritmo de ciertas decisiones. Me parece bien que se ponga en valor las diferencias que ha tenido Andalucía respecto a otras comunidades. Aquí la cadena de contagios está más controlada. Andalucía tiene ocho millones y medio de habitantes y presenta un ratio mucho mejor que otras comunidades. La comunidad autónoma puede permitirse sugerir cómo calendarizar la reactivación económica. El Gobierno, no obstante, deberá tener la última palabra. Veo positivo que se hagan propuestas y que se consensúe en una mesa de expertos donde, con empresarios y sindicatos, demos nuestra opinión.
Sin embargo, hay cierto nerviosismo en el sector turístico y en la hostelería a la hora de abordar la desescalada.
Todos debemos gestionar bien los tiempos. Hay que tener paciencia. Es dramático que frenen tu empresa. Además, hay decisiones contradictorias que no ayudan. Hay que aportar desde los distintos ámbitos, también desde el ámbito municipal, propuestas homogéneas para que al final haya un mismo criterio. Lo que no puede ser es que cada comunidad tenga una fecha diferente. En el ámbito del turismo, los touroperadores necesitan una fecha homogénea en todo el país para la planificación de vuelos o el movimiento de personas. En determinados sectores hay que tener unanimidad de criterios. En otros sectores sí puede haber más asimetría.
La CEA ha pedido participar en el proceso de desconfinamiento. ¿Cómo está siendo la interlocución con las administraciones?
En general es buena, sobre todo con la Junta. Hemos acordado recientemente impulsar un plan de diagnóstico y recuperación, pero también hemos ofrecido enmarcar ese plan dentro del anuncio de la alianza por Andalucía. Queremos enriquecer los contenidos. Sabemos que la alianza tiene un ámbito parlamentario, pero se tiene que nutrir de factores económicos y sociales que los empresarios podemos aportar. También tenemos buena interlocución con la Delegación del Gobierno, la Federación Andaluza de Municipios y Provincias y con las patronales nacionales. Los empresarios debemos colaborar siempre, independientemente del color político de cada administración.
En relación a la gran alianza propuesta en el Parlamento. ¿Cree que es posible alcanzar el consenso político para que la recuperación sea menos traumática?
No sé si será una gran alianza o una suma de pactos. Es una buena iniciativa. Tenemos que transmitir a la ciudadanía mensajes optimistas. Desde que estamos confinados solo recibimos mensajes negativos, de confrontación y desacuerdo. A los políticos hay que pedirles altura de miras y visión de Estado. Aplaudo que el presidente de la Junta dé ese paso adelante y que la oposición esté a la altura, y que también ponga sus condiciones. La ciudadanía está pidiendo acuerdos, pactos y soluciones. Estamos cansados del frentismo, de ver una actitud partidista que no ayuda. La pandemia ha provocado 22.000 fallecidos en España y nos enfrentamos a una crisis económica muy seria. Por tanto, debemos dar una imagen de unidad.
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