"Méritos e infamias"

Juanma & Juan

“Es difícil calcular a qué velocidad estaría ahora aquel F1 que tanto comparaba Juanma Moreno con Andalucía, muy complicado, porque desde el 14 de marzo, quizás desde antes, nuestro mundo ya no se puede medir bajo el prisma”

El presidente andaluz, Juanma Moreno, choca su puño con el del vicepresidente y socio de Gobierno de Ciudadanos, Juan Marín
El presidente andaluz, Juanma Moreno, choca su puño con el del vicepresidente y socio de Gobierno de Ciudadanos, Juan MarínJulio MuñozEFE

De aquella noche en la que el PP-A quedó segundo en las elecciones de hace dos años no sólo se acuerda cada día Susana Díaz, que vio cómo la molicie de su liderazgo no daba para más. Acostumbrados al revolcón en las urnas, el PSOE-A pasó de presentarse somnoliento a directamente mostrar síntomas de estar sonado tras el golpetazo. Y así ha sido, porque desde entonces el socialismo andaluz no ha logrado hacer la digestión de perder en una sola noche 40 años de poder total y absoluto en Andalucía. Aunque quizás lo peor no haya sido eso, sino que además el cambio, la palabra clave del bienio popular, llegó mediante un gobierno de coalición con Cs y el apoyo de Vox en temas fundamentales como el presupuesto. Además de las matemáticas, aquellos días dieron sus frutos el diálogo, la negociación, el pacto. Es decir, la política afloró, se hizo posible la alternativa y parece que el invento funciona. Es difícil calcular a qué velocidad estaría ahora aquel F1 que tanto comparaba Juanma Moreno con Andalucía, muy complicado, porque desde el 14 de marzo, quizás desde antes, nuestro mundo ya no se puede medir bajo el prisma con el que se analizaron aquellos primeros meses esperanzados del 2019 donde la listeriosis fue el principal escollo al que se enfrentó mediáticamente el nuevo gabinete. Un juego de niños, entiéndase, si lo comparamos con el Covid-19. Lamentablemente, aquellos meses naíf en los que se iba a cambiar el orden del universo pasaron y, como en la vida, la realidad se impuso para asentar y hacer madurar de un golpe a lo que entonces significó para muchos la mera ilusión de cambiar Andalucía. Habrá que esperar a la vacuna, al trabajo, que pase el tiempo en cierto modo, para retomar la senda del cambio profundo que aún necesita nuestra tierra. Mientras tanto la oposición, cuando más se le exige unidad, no termina de entender que es el momento de unir el hombro, olvidar diferencias y apostar por el futuro. No se enteran. Como tampoco vieron claro aquel 2D, cuando Juanma y Juan entendieron que era el momento de ser el presidente y el vicepresidente de la Junta.