"La despensa de Andalucía"

Los precios y la promoción exterior, retos del sector del aceite de oliva

LA RAZÓN aborda con la Consejería de Agricultura y representantes empresariales las potencialidades del denominado «oro líquido» y sus problemas más urgentes

En primer plano, Antonio J. Gallego, director comercial del Grupo Migasa. A la izquierda, Jaime Martínez-Conradi, director general de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, y Cristina de Toro, directora general de Industria, Innovación y Cadena Agroalimentaria. A la derecha, Manuel Alfonso Torres, vicepresidente de Almazaras de España-Infaoliva, y José Manuel Bajo, secretario ejecutivo de la Sectorial Nacional del Aceite de Oliva
En primer plano, Antonio J. Gallego, director comercial del Grupo Migasa. A la izquierda, Jaime Martínez-Conradi, director general de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, y Cristina de Toro, directora general de Industria, Innovación y Cadena Agroalimentaria. A la derecha, Manuel Alfonso Torres, vicepresidente de Almazaras de España-Infaoliva, y José Manuel Bajo, secretario ejecutivo de la Sectorial Nacional del Aceite de OlivaKiko HurtadoLa Razón

La producción de aceite de oliva será de 1.348.200 toneladas en Andalucía, lo que supone un aumento del 50,2 por ciento respecto a la anterior, que «fue media-baja», y del 22,5 por ciento en relación a la media de las cinco últimas campañas, según el aforo de cosecha elaborado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Este incremento en la producción se da en todas las provincias andaluzas, excepto en Almería donde baja un 22 por ciento. En el caso de Jaén, como primera provincia productora, se estima una subida del 69 por ciento frente a la campaña anterior, hasta las 670.000 toneladas, y del 34,2 por ciento sobre la media del último lustro.

La calidad, el respeto medioambiental, el valor añadido y la comercialización profesionalizada son aspectos que distinguen al aceite de oliva andaluz, todo un referente del sector que mantiene una posición de liderazgo a nivel mundial. Sin embargo, la crisis de precios, la caída del consumo o la descompensación entre la oferta y la demanda son problemas que se deben abordar.

En este contexto, ayer tuvo lugar en el hotel NH Plaza de Armas de Sevilla la tercera mesa redonda del ciclo «La despensa de Andalucía», organizado por LA RAZÓN y patrocinado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía. Al encuentro acudieron la directora general de Industria Innovación y Cadena Agroalimentaria, Cristina de Toro; el director general de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Jaime Martínez-Conradi; el secretario ejecutivo de la Sectorial Nacional del Aceite de Oliva Virgen con Denominación de Origen, José Manuel Bajo; el vicepresidente de Almazaras de España-Infaoliva, Manuel Alfonso Torres; y el director comercial del Grupo Migasa, Antonio J. Gallego.

De Toro arrancó el debate explicando que «la climatología que se ha dado desde que se publicó el aforo no ha sido la que se esperaba», por lo que «los rendimientos han sido más bajos». No obstante, se mostró optimista y afirmó que, aún así, será una buena campaña, «más alta que la anterior». Por su parte, Martínez-Conradi valoró la opinión de la Junta y se mostró optimista ante los resultados de la campaña, pero matizó que en el aforo «hay casi 200.000 toneladas por encima» de las que se van a dar. Gallego señaló que es «normal» que pueda haber una variación del cinco por ciento en los resultados finales y Torres, que coincide con esta opinión, aseguró que será una buena campaña, aunque recordó que «estas cifras son más normales que las del año pasado». Por último, el secretario ejecutivo de la Sectorial Nacional del Aceite de Oliva Virgen con Denominación de Origen explicó que este año habrá más cosecha porque «la climatología ha sido mejor, ha venido más agua y no ha habido ningún desastre» y aseguró que, durante su trayectoria, ha podido comprobar que «nunca hay roturas de stock porque siempre hay el aceite necesario».

En cuanto a la crisis de los precios –un problema endémico que arrastra el sector–, su fluctuación durante el confinamiento por la Covid-19 y el almacenamiento privado de aceite de oliva, De Toro no quiso relacionar la crisis de los precios con la pandemia, pero reconoció que ha sido «un factor más» que se suma a los problemas del sector y advirtió de las «dificultades de aplicar la Ley de la Cadena Agroalimentaria» que implantó el Gobierno central para regular los precios. Además, reiteró la necesidad de contar con «herramientas» de regulación de mercados. El director general de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía aseguró que el «sector está descontento» y mostró su preocupación por la forma en la que se ha llevado a cabo el almacenamiento privado, a la vez que recalcó la importancia de «invertir en promoción». El director comercial del Grupo Migasa explicó que la «solución para tener mejores precios es vender más, mas caro y con mayor promoción» y se mostró en desacuerdo con la idea de regular los precios «retirando aceite del mercado». Manuel Alfonso Torres, de su lado, coincidió con los demás ponentes en lo «inabarcable» que ha resultado la Ley de la Cadena Agroalimentaria y, bajo su percepción, «la retirada de aceite no ha funcionado». Por su parte, Bajo catalogó de «anacrónico» el hecho de «intentar encontrar la rentabilidad del aceite de oliva interviniendo en el mercado» y se mostró a favor de «fijar una estrategia que aporte valor» al producto.

El aceite de oliva está vinculado a la salud y su promoción es fundamental para que haya más rentabilidad y competitividad. En este sentido, todos los ponentes rechazaron que este producto se equipare a otras grasas, por lo que sería conveniente que pudiera llevar el etiquetado Nutriscore. Desde la Consejería de Agricultura, De Toro recordó las cualidades saludables y las bondades del aceite de oliva e insistió en que el camino está en la promoción y en el etiquetado. Martínez-Conradi apostó por invertir más –también desde las administraciones– en promoción e internacionalización. Sin embargo, Gallego señaló que la «solución no pasa por esperar que las administraciones ayuden» y apostó por una inversión en promoción que venga del sector. Por su parte, Torres reprochó a las administraciones la «falta de ayudas y comunicación» con el sector y Bajo criticó que el etiquetado de Nutriscore «equipara al aceite de oliva virgen desde el punto de vista saludable con los aceites de oliva en su conjunto y con los aceites de colza», una situación que catalogó de «fraude al consumidor». En este contexto, aseguró que la solución se encuentra en realizar una mayor promoción desde España en la que se especifique y se pongan en valor las cualidades del aceite de oliva.

Respecto al nuevo marco de la PAC, que se está negociando en el seno de la Unión Europea, la directora general de Industria, Innovación y Cadena Agroalimentaria aseguró que, desde su departamento, «entendemos que las exigencias de Europa no requieren esos recortes ni aplicar esas medidas que el Gobierno central quiere implementar» y señaló que, si se aplican políticas como la reducción de regiones o las tasas planas, el «sector del aceite de oliva puede ser uno de los más afectados». Martínez-Conradi se expresó en la misma línea y exigió que se realicen estudios «antes de aplicar cualquier medida». Además, anunció que el sector «volverá a salir a la calle si no mejoran las condiciones de los agricultores», tal y como ocurrió antes del primer confinamiento. Por otro lado, el vicepresidente de Almazaras de España-Infaoliva pidió a las administraciones «seguir como estábamos» y se mostró a favor de «los derechos históricos» que, «por su trabajo», pertenecen a la región. Por último, Bajo insistió en la idea de que Europa «no hace competitiva la agricultura» y que la PAC no sólo se debe centrar en «los precios», sino que debe crear una estrategia común que impulse al sector.