"Méritos e infamias"

Cuando se apaguen los focos

“Si Juanma Moreno quiere repetir como presidente, con solvencia, lo peor que le puede pasar es que piense que todos los escaños de Cs vayan a su partido mágicamente”

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (i), charla con coordinador de Ciudadanos (Cs) en Andalucía y vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín (d)
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (i), charla con coordinador de Ciudadanos (Cs) en Andalucía y vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín (d)Álex CámaraEuropa Press

Indiscutiblemente el protagonista de la semana ha sido Juan Marín. Amargamente pero con la misma ductilidad de un azucarillo su perfil se ha disuelto en el magma del congreso regional del PP. Iban a ser dos días plácidos dedicados al autoconsumo y las sonrisitas para tragar quina de la mano de los compañeros de Génova. Si el avispero no estaba suficientemente agitado tras la filtración del audio «estúpido», la constatación de que vuelve la división en el seno de los populares pone la guinda al «pastel». ¿Otra vez las puñaladitas? Porque aunque la vaina sea distinguir entre quienes controlan las riendas y quienes aspiran a ello, al apagar los focos hay que rematar una legislatura, quizás la más complicada que hayamos vivido, y preparar unas elecciones. Y eso le va a tocar a los populares andaluces, no a otros, por mucho que quieran mandar. Unos comicios, por cierto, que nadie pide ni espera en Andalucía, donde los problemas reales cada vez copan más minutos y espacio en los medios de comunicación. Es decir, con el Covid, todo se pasaba por alto y era muy fácil tapar las cacas, pero ahora toca gobernar de verdad aunque sea unos meses. Además, hacerlo con una oposición real, aunque aún flojita, pero preocupada por volver a San Telmo y recuperar el cortijito. Si Juanma Moreno quiere repetir como presidente, con solvencia, lo peor que le puede pasar es que piense que todos los escaños de Cs vayan a su partido mágicamente. Eso no va a suceder y las cuentas con el desinflado Cs tampoco suman, aunque hayan ganado medio millón de votos desde 2018. Puede que Cs sea ya, como dicen, un cadáver al que sólo le quede un hilo de pulso, pero por mucho que se estiren los votos, la única alternativa para Moreno Bonilla será sentarse con Vox, que le acaba de joder los presupuestos, y dejarle entrar en el Gobierno como hizo con Ciudadanos. Lo demás son consignas, sonrisas y palmaditas en la espalda, pero después de Navidad llegará la realidad. No lo duden, y entonces no valdrán los «selfies».