Agricultura
El paro femenino en el medio rural duplica la tasa general
Con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural, Ceres reclama al Gobierno un plan integral para promover la igualdad de género
Los datos son claros. El propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación señala en la publicación “Diagnóstico de la Igualdad de Género en el Medio Rural” una preocupación por el número de mujeres en situación de inactividad de entre 20 y 64 años. Con un 29,6% (frente al 15,4% de la tasa general), las encuestadas declaran que se dedican al trabajo doméstico no remunerado lo que es fruto indiscutible de la muy marcada segregación de roles por género que pervive en el medio rural.
Por tanto, no sólo se necesitan puestos de trabajo y medidas para activar las oportunidades de empleo en el medio rural para las mujeres. Se necesita una transformación profunda de nuestra cultura y un sistema estructurado de apoyo a los cuidados básicos que permita la corresponsabilidad de los mismos entre todos los pilares de nuestra sociedad. “Las mujeres ya hemos despertado a la realidad de nuestros derechos y exigimos un Estado que nos permita desarrollarnos como seres humanos íntegros en todos los ámbitos de nuestra vida. El 15 de octubre es un día para homenajear a todas las valientes que, pese a los estereotipos, la cultura, la historia y las situaciones geográficas, somos capaces de sostener la vida de los pueblos”, ha subrayado Inmaculada Idáñez, presidenta de CERES.
El Plan Estratégico de Igualdad entre Mujeres y Hombres aprobado por el Gobierno en este año señala como eje 2 una economía para la vida y reparto justo de la riqueza apuntando como actuaciones y medidas interesantes, tales como el desarrollo de estrategias para la inserción de perspectiva de género en las políticas públicas de activación de empleo y acciones de desarrollo de un itinerario personal e integrado de acciones de orientación, asesoramiento y formación ajustado al perfil de empleabilidad de las mujeres de áreas rurales y urbanas de forma que el 35% de los itinerarios indicados se orienten a competencias y empleos verdes y el 35% de los itinerarios se orienten a competencias y empleos digitales para lograr la inserción profesional de, al menos, el 20% de las mujeres que los finalicen.
“Todas las medidas y presupuestos son bienvenidos y la transversalización del género es más que necesaria si de verdad queremos transformar nuestra sociedad, pero se debe tener en cuenta las especificidades el medio rural”, añade Idáñez. Además, una de claves está en el cambio hacia otras economías más sostenibles socialmente. Los datos nos avalan: en nuestra jornada estatal celebrada los pasados días 5 y 6 de octubre en Agaete, Gran Canaria, nuestras conclusiones apuntaban principalmente a:
- Implicación de los poderes públicos y del personal que atiende de forma directa a las mujeres del medio rural en el acercamiento de las ayudas, servicios y oportunidades que ya existen reconocidas en políticas como el Plan Estratégico de Igualdad. Las mujeres que tienen inquietudes para emprender, diversificar explotaciones agrarias o invertir encuentran falta de motivación por parte del personal de las administraciones que deberían alentarles y acompañarles. Entre las dificultades, la falta de acceso al crédito.
-Nuestro sector económico está pensado para ser rentable a gran escala y no a pequeña escala. En un país en el que el que más del 50% de las explotaciones tienen menos de 5 Hectáreas y de estas explotaciones, el 57,8% son con titularidad de mujeres, está claro que promover la igualdad de género, el acceso al empleo y las oportunidades de las mujeres en el campo pasa por organizar la cadena alimentaria para que nosotras podamos dar de comer a nuestras vecinas. Son muchas las experiencias de éxito alrededor de las cadenas cortas que tienen rostro de mujer pero aún queda mucho por hacer en todas las explotaciones convencionales que sólo viven para pagar préstamos para sacar adelante las cosechas. “Si las explotaciones de menos de menos de 25Ha de Valor Añadido Neto sólo pueden sostener un salario ¿de dónde se va a poder promocionar y promover la titularidad compartida de las explotaciones agrarias?. El error no tanto está en esta ley sino en las leyes del mercado, en la importancia que se le da a la alimentación en nuestra escala de valores como sociedad y en la organización de las producciones agrícolas”, insiste Idáñez.
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