Semana Santa
Andalucía, tierra de devoción y fe
Las ciudades y municipios de la región atesoran innumerables singularidades en cuanto a la forma de vivir la Semana Santa
La Semana Santa es una de las expresiones más representativas del sentir cristiano andaluz. Su influencia en la región es tan grande que está presente desde el ámbito religioso hasta el económico, académico o gastronómico, entre otros muchos. Toda la sociedad participa de alguna manera en esta festividad en la que cada año cientos de cofradías de toda la geografía andaluza sacan sus imágenes a la calle acompañados de nazarenos, penitentes, costaleros, músicos y miles de personas que siguen a las diferentes hermandades que realizan estación de penitencia. Sin embargo, debido a la extensión de Andalucía, la Semana Santa no es igual en todas las ciudades y municipios. Las costumbres o la forma de llevar los pasos cambian de una provincia a otra, por lo que la región atesora innumerables curiosidades que enriquecen la Semana Santa y que muy pocos conocen.
El trono que más pesa
Los costaleros son los grandes protagonistas –en muchas ocasiones ocultos bajo los pasos– de la Semana Santa. No es fácil portar durante más de diez horas miles de kilos a través de calles estrechas, cuestas imposibles, escaleras y todos los obstáculos que se pueden imaginar. La devoción lo es todo para ellos, practican durante todo el año para un día que requiere un esfuerzo sobrehumano. Pero no todos los pasos o tronos pesan lo mismo. El trono de la Virgen de la Esperanza de Málaga es el más pesado de la Semana Santa: cinco mil kilos portados por 257 personas cada Jueves Santo. Esta gran obra realizada entre 1943 y 1945 por un grupo de artistas y artesanos dirigidos por el malagueño Adrían Risueño mide casi seis metros de altura y casi lo mismo de profundidad.
La imagen más antigua
Lo que más impresiona a aquellos que no conocen la Semana Santa es que tallas con más de cinco siglos de antigüedad salgan a la calle cada año. Como su valor artístico es incalculable, ante inclemencias meteorológicas las hermandades pueden decidir no salir en procesión. El Cristo de San Felipe, de la hermandad de la Amargura de Carmona (Sevilla) es la imagen más antigua que procesiona. Sale el Lunes Santo y fue tallada por Jorge Fernández Alemán en 1521, según la documentación que conserva la hermandad. Fernández Alemán fue el encargado de firmar el altar mayor de la Catedral de Sevilla, considerado el retablo más grande de la cristiandad.
La procesión y carrera oficial más larga
Jerez de la Frontera (Cádiz) es la localidad que cuenta con estos dos títulos. La procesión de la hermandad de la Entrega de Guadalcacín es la que hace el recorrido más largo: algo más de 13 kilómetros y 14 horas en las calles. Por otro lado, su Carrera Oficial es la más larga con más de 1,2 kilómetros, unos 400 metros más que la de Sevilla.
El origen de las procesiones
Los cristianos llevan siglos celebrando la pasión, muerte y resurrección de Jesús, pero diferentes investigadores sitúan el germen de la Semana Santa en Sevilla. Según la documentación que se conserva, Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa, quiso reproducir el mismo camino que Jesús realizó desde la residencia de Pilato hasta el Monte Calvario, en Jerusalén. Así, reprodujo un viacrucis desde su palacio hasta el humilladero de la Cruz del Campo, un importante centro de culto en la época. La longitud del recorrido imitaba los 1.321 pasos que recorrió Jesucristo en aquel momento. Los expertos coinciden en que este acontecimiento, que se prolongó durante años e incluso dejó de hacerse en algunas ocasiones, se puede considerar el germen de la Semana Santa.
Diferentes formas de vivir la fe
En Sevilla, Almería, otras capitales y en muchos municipios los costaleros llevan los pasos ocultos bajo los faldones. Sin embargo, en Málaga y otras localidades se llevan a hombros y por fuera. En otros lugares se hace de forma mixta. Igualmente, en Málaga no se utiliza la palabra «paso». Allí son tronos llevados por hombres de tronos. En Málaga, la hermandad de la «Borriquita» –como se conoce en gran parte de la geografía andaluza– es la «Pollinica». Lo mismo ocurre en localidades como Cabra (en Córdoba). Además, cada localidad cuenta con costumbres únicas. En Antequera es singular el momento de «correr la vega», en el que los portadores suben los tronos corriendo por grandes cuestas. En Baena (Córdoba) se puede encontrar la figura protagonista del «judío», que no está en otras provincias. Cada rincón de Andalucía donde se celebre la Semana Santa cuenta con señas de identidad propias.
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