Tribuna

Migración: culpa in vigilando

"¿De verdad que con al menos166 millones de euros no podemos hacer otro tipo de política migratoria?"

Las islas de Tenerife y El Hierro han recibido desde la pasada medianoche a 518 inmigrantes subsaharianos llegados a sus costas en cinco cayucos. En la imagen, la Cruz Roja asiste a 174 personas llegadas en dos embarcaciones durante la mañana al puerto de La Restinga, en El Hierro, una con 62 ocupantes y otra con 112.
Inmigrantes llegan a la isla del HierroGelmert Finol EFE

En la primera semana de este 2025 se han registrado solo en la ruta migratoria atlántica que llega hasta Canarias 1.146 llegadas de personas de manera irregular. Para que vean más claro el dato, son 163 personas las que llegan al día. Insisto, solo a esa parte del país de manera diaria en este 2025. Sin embargo, más allá de la llegada no se pone el foco mediático en nada referido a lo que esto supone, y menos en medio de esta vorágine de noticias referidas a la corrupción en las instancias más altas del Estado.

Recuerdo que una vez estuve en Dinamarca hablando de emigración –por cierto, donde descubrí que esa Groenlandia de la que tanto se habla ahora, estaba muy presente en el país, incluso con una exposición temporal de la artista groelandesa Pia Arke, en el museo Louisiana de Arte Moderno–.En la Universidad de Copenhague, en un coloquio, un funcionario danés en un perfecto castellano me dijo que el único problema de España es que era un país corrupto y lo argumentó no solo con la política actual del país, sino también con ciertas prácticas consulares que, sinceramente, me dejaron entre incrédulo y dolido… Cuesta mucho pensar eso de tu propio país sobre todo cuando te lo dice alguien de fuera. Sí, como lo oyen, igual no tenemos esa percepción aquí dentro, o nos hemos acostumbrado a que los políticos se escapen tranquilamente de rendir cuentas cuando realizan acciones que para el vulgo serían no solo ilegales, sino que vendrían aparejadas de sanciones. Esa experiencia de saber cómo nos ven fue para mí un cambio de percepción de lo que soy y, sobre todo, de lo que siento sobre mi país.

Y aquí es donde vamos, porque de alguna manera si los españoles supiéramos de verdad el gasto que tiene el no hacer nada en política migratoria, tendríamos más razones (más si cabe) para entrar en la barrena de la desafección y acabar en los brazos del populismo.

¿De verdad que con al menos 166 millones de euros no podemos hacer otro tipo de política migratoria? Y si no, busquen varias noticias publicadas por medios de nuestro país estos días. Solo Canarias exige al Estado 157 millones por la atención «en solitario» de los menores migrantes. Pero es que la Comunidad Valenciana se gasta seis millones de euros anuales de euros en atención a la migración.

Y esto sin contar a esas otras comunidades que están sobrepasadas como Euskadi o Ceuta, u otras que son tradicionalmente de paso como la Comunidad de Madrid, Murcia, Cataluña...súmenle también a esto los traslados a la península.

Es decir, el gasto en la gestión sobre una migración descontrolada, no estudiada, ni equilibrada, sino simplemente sobrevenida cuesta tanto porque no hay un plan de qué hacer con ella y ni siquiera responde a una necesidad económica que responda a las necesidades del propio país.

Gobernar en exclusiva para el partido o para el líder lleva aparejado una clara imagen de irresponsabilidad y, sobre todo, de incompetencia que da alas a otros discursos, otros que simplemente tienen que señalar con el dedo sin dar alternativas… ya que los que gobiernan tampoco las tienen.

Porque en realidad no es mérito del populismo su propio aumento, sino demérito de aquellos que dejan esa sensación clara de que no estamos bien gestionados o al albur de cualquier catástrofe, ya sea económica como humanitaria. Todo en el PIB no son las exportaciones y el turismo y si no, hagan cuentas. Nos sale mejor trabajar en origen por una migración circular centrada que en resolver el verdadero problema que encuentran algunas empresas españolas en encontrar trabajadores que contratar en nuestro propio país.

Culpa in vigilando, esa responsabilidad que tiene una persona o entidad por no ejercer la debida supervisión o vigilancia sobre alguien o algo que está bajo su control o responsabilidad. Pues esto es lo que pasa exactamente en migración en nuestro país.