Reino Unido

Bulgaria se queda sin médicos

Bulgaria afronta el riesgo de hundimiento de su sistema sanitario por la masiva emigración de jóvenes doctores que buscan mejores condiciones laborales y de vida en el extranjero, para dejar atrás su propio país donde los médicos de la sanidad pública no ganan más de 500 euros al mes.

"Ganar hasta cuatro veces más en otro país de la UE es una de las razones para emigrar, aunque no creo que sea la principal", explica a Efe Yuilian Yordanov, vicepresidente de la Unión Búlgara de Médicos, que otorga las licencias para trabajar en el exterior.

Según Yordanov, la masiva salida de médicos recién graduados, junto a la elevada edad medida de los facultativos en activo hace que el país balcánico, el más pobre de la Unión Europea (UE), pueda sufrir en la próxima década una grave escasez de personal sanitario.

La Unión de Médicos asegura que más del 80 % de los 600 médicos que se graduan de media cada año quieren irse al extranjero para obtener la especialidad.

"La probabilidad de que se queden a trabajar y vivir allí es muy alta", asegura Yordanov.

Como ejemplo cita Alemania, donde un médico recién graduado puede trabajar cobrando entre 2.000 y 3.000 euros mensuales, al tiempo que realiza su especialización, cuyos costes son asumidos por el Estado.

En Bulgaria, el médico debe pagarse los estudios y, en caso de lograr un contrato, recibirá un salario no superior a 250 euros.

Victor Ivanov, un estudiante de 24 año que cursa su cuarto año de Medicina en la Universidad de Varna, lo tiene claro.

"No me quedo aquí ni un día después de graduarme. Buscaré una vida mejor en algún país europeo, no importa si es Bélgica, Alemania o Francia", asegura.

"A diferencia de aquí, allí la gente te respeta cuando dices que eres médico", cuenta en conversación con Efe.

En Bulgaria, donde el salario mínimo es de 170 euros, los doctores con especialidad generalmente cobran entre 250 y 500 euros.

Los médicos reclaman a las autoridades que se ofrezca a quienes terminen la carrera contratos en hospitales, donde puedan trabajar al tiempo que aprenden una especialidad, para que no tengan que elegir forzosamente entre un empleo o seguir formándose.

Entre 2011 y 2013 se concedieron más de 1.350 licencias para ejercer la medicina en el extranjero, una cifra a la que hay que sumar otros mil profesionales sanitarios, como enfermeras o terapeutas, que se calcula abandonan el país cada año.

Entre los médicos que solicitaron esa licencia en 2013, casi un tercio argumentó el deseo de mejorar su situación económica, y de aquellos que piden irse, la mitad no tiene ni 30 años de edad.

"El 92 % de los solicitantes se han ido a otro país de la UE, sobre todo a Alemania, seguida por el Reino Unido y Francia, pero también España y la República Checa", cuenta el responsable de la Unión de Médicos.

Las especialidades que más demanda tienen en el extranjero son cirugía, anestesiología, psiquiatría, ginecología y pediatría.

Según Yordanov, si la actual tendencia de "fuga de médicos"se mantiene, la sanidad pública, en la que trabajan unos 28.000 médicos, se hundirá en una década.

Según el Instituto Nacional de Estadística, unos 6.000 doctores han emigrado en los últimos 25 años, mientras que el número de especialistas en la seguridad social ha bajado un 23 %.

"No es solamente por la inmigración sino también por la edad de los médicos: el 80 % de los doctores activos son mayores de 45 años", apunta Yordanov.

Cuando las bajas por jubilación no puedan ser cubiertas porque los jóvenes se van, se creará un vacío entre las edades de 35 y 50 años. "Entonces llegará una catástrofe", pronostica Yordanov.

Para evitarlo, la Unión de Médicos pide que se ponga en marcha una estrategia para reformar el sistema sanitario, una tarea pendiente que ningún Gobierno ha sabido acometer en los 25 años transcurridos desde la caída de la dictadura comunista.

Preguntado por Efe, el Ministerio de Sanidad se limitó a remitir el texto del proyecto de reforma sanitaria, en el que se prevén medidas como reducir las trabas burocráticas y los plazos para acceder a la especialización o dar prioridad a las especialidades con más déficit de personal.

Pero en ninguna parte se menciona la posibilidad de ofrecer contratos remunerados a los médicos que inician la especialización.

La propia la ministra de Sanidad, Tanya Andreeva, reconoce la dificultad de evitar la marcha de doctores al extranjero.

"La perspectiva de emigrar y trabajar en extranjero siempre será más atractiva hasta que los médicos no empiecen a recibir una remuneración adecuada", declaró en una reciente entrevista a un medio local.

Además, admitió no tener "fórmulas mágicas"para corregir lo que se ha estado haciendo mal en las dos últimas décadas.

Según Yordanov, es imposible equiparar el sistema sanitario al de otros países europeos cuando sólo se destina el 4,1 % del Producto Interior Bruto (PIB), el tercer porcentaje más bajo de la UE.