Prevención

Descubren marcadores biológicos relacionados con la adicción a la cocaína

Dos estudios dirigidos por investigadores de Málaga han demostrado la existencia de marcadores biológicos relacionados con el consumo de cocaína, la severidad de la adicción y la comorbilidad psiquiátrica de los pacientes, y podrían mejorar el diagnóstico y tratamiento de estas personas. Esta comorbilidad se define como la presencia de al menos dos diagnósticos psiquiátricos, uno de ellos la propia adicción y el segundo otra patología mental, ha explicado hoy en rueda de prensa Fernando Rodríguez de Fonseca, investigador del Grupo de Salud Mental del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima).

Ha apuntado que el problema es que "es muy difícil el abordaje diagnóstico y terapéutico de una persona que tiene dos diagnósticos psiquiátricos, sobre todo cuando uno de ellos, la adicción, no tiene tratamiento farmacológico".La investigación, presentada por la consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, se ha desarrollado sobre una muestra de 250 individuos, de ellos 150 adictos a la cocaína y los cien restantes voluntarios sanos.

Rodríguez de Fonseca ha precisado que se debe "diferenciar entre el paciente que es consumidor de drogas y además tiene una enfermedad de base mental y el que, por consumir drogas, desarrolla una enfermedad mental", por lo que se habla de "trastorno inducido o trastorno primario". Dos de cada tres consumidores crónicos de cocaína tendrán un problema de psicopatología que demandará tratamiento, "básicamente trastornos del estado de ánimo, de ansiedad y de personalidad y síntomas psicóticos", cuya prevalencia "duplica o en algunos casos triplica a la que presenta la población general".

Ha destacado el hecho de que por ejemplo un paciente adicto a la cocaína y con depresión "no tiene la misma respuesta a un tratamiento antidepresivo que un paciente que es depresivo primario". "La cocaína actúa en la misma diana que los antidepresivos, compite con ellos, y de hecho la cocaína es un antidepresivo de acción ultracorta, pero no podría sostener un tratamiento antidepresivo a largo plazo, lo que significa que un paciente con depresión y consumo de cocaína no puede ser tratado de la depresión eficazmente", ha señalado.

El primer estudio ha permitido "identificar la presencia de pruebas biológicas objetivas", en concreto "marcadores en sangre que indican que los pacientes han sido consumidores crónicos de cocaína", porque un mes después de consumir "mantienen trazas en la sangre que indican que fueron consumidores". Ha recordado que la adicción "es una enfermedad recurrente y crónica en la que las recaídas son la norma", por lo que ahora trabajan en "buscar un marcador predictivo de la recaída".

El segundo marcador biológico identificado está relacionado con la severidad de la adicción "y tiene que ver con la función de una parte del sistema inmunológico que se encarga de la defensa contra las infecciones, los tumores y la reparación cuando hay una inflamación", ha explicado Rodríguez de Fonseca. Junto a los investigadores del Ibima, han participado en estos estudios científicos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), de la Universidad de Valencia y del Centro de Investigación Príncipe Felipe, pertenecientes todos ellos a la Red de Trastornos Adictivos del Instituto de Salud Carlos III.