Energía
Del récord de CO2 a la transición energética
La contaminación y el incremento de las emisiones han marcado 2017. El año acaba con la esperanza puesta en las subastas renovables y en la futura Ley de Cambio Climático
La contaminación y el incremento de las emisiones han marcado 2017. El año acaba con la esperanza puesta en las subastas renovables y en la futura Ley de Cambio Climático
Av parte del clima extremo si hay algo que resuma este 2017 es la contaminación. Sólo en Madrid se han registrado durante el año más de 20 episodios de alta contaminación. Y es que aunque aún es pronto para hacer balance del año «la percepción provisional es que han aumentado los niveles de contaminación clásicos, es decir, partículas en suspensión (partículas inferiores a 10 micras de diámetro (PM 10), las partículas PM2) y dióxido de nitrógeno (NO2). Con la crisis los niveles disminuyeron, pero repuntaron ya en 2015 y en 2017 también han aumentado los niveles por encima de la media de la última década. Y no sólo hablamos de un crecimiento de la contaminación estructural, también han subido los episodios de elevada contaminación, por ejemplo, durante las dos últimas semanas del mes de noviembre. Una parte se debe a la falta de lluvia y aire, pero también creemos que el cambio climático está empeorando la situación y ayudando a que los niveles de contaminantes crezca. No es el causante del problema pero lo agrava. También se está incrementando la actividad industrial y el consumo de combustibles fósiles, tanto en industria como en transporte. Eso explica que 2017 sea a priori peor que los restantes años desde 2008, a excepción de 2015. Faltan datos pero podríamos estar a la par con ese año 2015 tan malo», explica Miguel Ángel Ceballos, coautor de los informes anuales sobre calidad de aire de la organización.
En cuanto a NO2 Madrid, Barcelona y ambas áreas metropolitanas, Granada, Málaga, A Coruña y Vigo superan los límites legales de contaminantes (límites mucho más permisivos que las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, OMS). Es decir, afectan a 13 millones de habitantes. Los niveles de partículas legales se superan en Barcelona, Cádiz, Huelva, Granada, Sevilla, A Coruña, Avilés y Santa Cruz de Tenerife. En este caso «Madrid está menos expuesta porque no hay industria y las calderas son de gas natural mayoritariamente», matiza Ceballos.
También la contaminación por ozono, del que se presentó un informe de octubre, ha aumentado este año en lugares como Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Baleares. El 81% de la población y el 87% del territorio han estado este año expuestos a unos niveles de este contaminante que exceden lo recomendado por la OMS y es que «el ozono es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa, pero que se forma en la baja atmósfera en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el tráfico rodado (sobre todo los vehículos diésel), las grandes centrales termoeléctricas y determinadas actividades industriales. Se trata por lo tanto de un contaminante secundario que afecta durante la primavera y el verano especialmente a las áreas suburbanas y rurales influenciadas por la contaminación urbana e industrial», explica el informe.
A nivel europeo, los últimos datos presentados por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) confirman que el 95% de la población urbana del continente respira aire que rebasa los límites de contaminación que marca la OMS. Una situación que tiene como consecuencia la muerte prematura de 229.000 personas en toda la UE por NO2 y de 19.470 en España. Y eso a pesar de que según los últimos informes de la OMS a nivel mundial, y que datan del año 2013, la calidad del aire en Europa ha mejorado respecto a hace 10-15 años (aunque siguen estando en niveles de alarma respecto a sus recomendaciones). No ocurre lo mismo en los países del sudeste asiático y economías emergentes de América Latina, donde el aire cada vez es peor.
En cuanto al gas estrella del cambio climático, el CO2, ha marcando un nuevo récord. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) explicaba en octubre en su boletín anual que la concentración de CO2 en la atmósfera superó en 2016 los 400 partes por millón (concretamente se situó en 403,3 ppm, superando al año anterior). Una cifra, alerta la OMM, que representa el 145% de los niveles preindustriales. La agencia de la ONU explicó que este nuevo récord es resultado de las actividades humanas, combinadas con el fenómeno meteorológico de El Niño.
Acuerdos
Este crecimiento de las emisiones choca frontalmente con los objetivos del Acuerdo de París de 2015, donde se estableció evitar que las temperaturas medias mundiales aumenten más de 2ºC, algo para lo que habría que estar por debajo de concentraciones de CO2 equivalentes a 450 partes por millón (ppm). Para limitar el calentamiento a 1,5ºC (algo que se considera difícil pero que fue la exigencia durante la cumbre de algunos de los países más vulnerables al calentamiento global), las concentraciones tendrían que estar por debajo de los 430 ppm, según datos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). Siguiendo a esta fuente, ya hemos emitido el 65% del carbono compatible con este objetivo de aumento de temperatura media por debajo de 2 grados.
Dos años y dos cumbres del clima después, la sensación es que no se está avanzando lo suficiente para garantizar la aplicabilidad del nuevo acuerdo a partir de 2020. «Hay decepción respecto a las cumbres internacionales de cambio climático, tanto la celebrada en Bonn, en noviembre, como en París en diciembre. En estas dos reuniones no se ha conseguido llegar a acuerdos efectivos para la financiación de la lucha contra el cambio climático. Además, se ha puesto de manifiesto el papel contrario de EE UU a todos estas acciones y por tanto a la posible financiación necesaria para que el Acuerdo de París sea efectivo», opina Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.
El tema de la financiación que deben aportar los países ricos es uno de los detalles más arduos de la negociación y uno de los que se han quedado pendientes para el 2018, año en el que toda la reglamentación del Acuerdo tiene que terminarse. Además, la próxima cita tendrá lugar en Polonia, el país más carbonífero de Europa. Tampoco está claro qué pasa con los 100.000 millones de dólares anuales comprometidos a partir de 2020 para luchar contra el cambio climático e invertir en políticas de adaptación a sus efectos negativos.
De la última reunión en París este mes de diciembre –el presidente francés Emmanuel Macron había convocado la cumbre «Un Planeta» par no perder la batalla del cambio climático, según declaró él mismo–, sale un anuncio importante; la intención del Banco Mundial de dejar de financiar proyectos de prospección y extracción de gas y petróleo después de 2019. Mientras que la Cumbre de Bonn de noviembre supone el inicio de una alianza global para eliminar el carbón de la generación eléctrica; una alianza firmada por 20 países (Reino Unido, Francia, Italia, México, Dinamarca o Austria...), entre los que no se encuentra España. Otras ausencias destacadas son los grandes consumidores de carbón como India, China o EE UU.
El nuevo mix eléctrico
La descarbonización de la economía es la clave para reducir las emisiones, algo que pasa sin duda por una transición energética. En España este año hay que destacar el anuncio de cierre de la central nuclear de Garoña; una subida de entorno al 10% en el precio de la factura de la luz (motivada, según ha declarado el ministro de Energía, Álvaro Nadal, por la menor aportación de las centrales hidráulicas y de parques eólicos, debido a la ausencia de viento y lluvia, y a un precio mayor del gas natural y el carbón), y las dos subastas celebradas tras un parón en las renovables que se ha prolongando desde 2012.
El año termina con la adjudicación de 8.037 MW entre eólica y fotovoltaica, que tendrán que ponerse en marcha para 2019, a las que hay que sumar los 700 MW ya subastadas en 2016 (500 eólicos y 200 de biomasa). «Los sentimientos respecto a 2017 son encontrados. Las subastas son una muy buena noticia; se necesitaban para cumplir con los objetivos del 20% de renovables para 2020. Lo único, que será una noticia de verdad buena si se ponen en marcha en el tiempo establecido. A nivel internacional ha sido un buen año; parece ser que se va a repetir lo que sucedió en 2016 y es que por primera vez se instaló mes energía renovable que convencional. Las tecnologías ya son competitivas en coste», afirma José María González, director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables.
El sector, pendiente de la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética –que se está redactando y que se espera que estará lista el primer semestre de 2018–, pide que «se mire más allá del 2020 y que el Gobierno haga suyos los objetivos europeos para 2030 (el Parlamento Europeo ha aprobado recientemente elevar del 27 al 35% los objetivos de renovables para 2030). «Queremos compromiso y que haya planificación de cara a 2030 en el mix energético, porque si la penetración de las renovables va a aumentar, hay que tener claro qué tecnologías tienen que salir y cómo», matiza González.
EL AÑO EN QUE LOS ANIMALES DEJARON DE SER COSAS
Seres vivos dotados de sensibilidad o seres sintientes. Las mascotas cambian de estatus a partir de este año gracias a al aprobación unánime en el Congreso de una Proposición de Ley, promovida por el PP. Y es que hasta ahora para el ordenamiento jurídico español no eran más que bienes muebles. «Lo más importante de este cambio es que este principio de seres sintientes ha de presidir todos las leyes. No excluye que dejen de ser objeto de comercio o posesión, pero estas actividades pasan a realizarse con seres sensibles y no bienes muebles. En Europa desde 2009 existe este principio que han ido recogiendo los diferentes estados miembros. Por delante nuestra están Alemania, Suiza, Austria, Bélgica, Francia, que lo incorporó en 2015 y Portugal desde 2016», explica Anna Mulá, abogada de la Asociación de Operadores Jurídicos para la protección legal de los animales, INTERcids.
A partir de aquí y cuando pase el periodo de enmiendas, se tendrán que ir modificando el Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil para adaptarlas al nuevo régimen jurídico de los animales. «Concretamente se reconoce, por ejemplo, el daño moral ante una lesión provocada por un tercero; algo que se tendrá en cuenta a la hora de indemnizar a la víctima. En casos de separación, divorcio o nulidad matrimonial, a partir de ahora el juez deberá pronunciarse (hasta ahora no podía) sobre el destino del animal no sólo teniendo en cuenta el interés de los miembros de la familia, sino también el del bienestar del animal», detalla Mulá. Al dejar de ser considerados «bienes muebles», dejarán de ser susceptibles de embargos. A partir de ahora las tiendas estarán obligadas a procurar asistencia veterinaria antes y después de la venta si la enfermedad tiene un origen anterior a ésta, etc. «Una de las enmiendas que vamos a proponer es que esta nuevo principio de seres sintientes se aplique jurídicamente no sólo a los animales de compañía, sino que se extienda a los de los zoos, a los destinados a consumo e incluso a la fauna silvestre o salvaje. Otra cuestión que se va a proponer y que en algunos países ya está incluido en la ley es que las herencias testamentarias estén sujetas al cuidado de los animales, es decir, que en caso de fallecimiento de una persona, las herencias se condicionen también a la obligación de hacerse cargo de los animales del fallecido», concluye Mulá.
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