El crossfit revoluciona el concepto del gimnasio

El entrenamiento deportivo de moda pone a prueba al alumno en cada momento y le impide rebajar la tensión. Es una hora de ejercicio a máxima intensidad.

Que en los gimnasios de crossfit no haya espejos es toda una declaración de intenciones. Para esta práctica deportiva, los gimnasios como centros donde hacer ejercicio a un ritmo relajado, mientras charlas con tu compañera de bicicleta o te obnubilas observando tus músculos, se han acabado. El crossfit parte de la base de que el cuerpo se acostumbra a las rutinas deportivas que le proponemos, de forma que el esfuerzo invertido se torna estéril. Por eso, las sesiones de crossfit son siempre distintas. En cada una de ellas, el monitor se impone exprimir hasta la última gota de sudor del alumno, retarlo en cada movimiento para evitar que decaiga su nivel de exigencia. Es una hora, sí, pero de auténtico deporte extremo.

El primer contacto con esta práctica deportiva puede asustar y Nacho Merino, monitor de crossfit desde 2010 y alumno desde 2007, lo sabe. "Se presupone una actividad para gente muy en forma, casi para deportistas de élite, pero si vienes a los gimnasios te das cuenta de que en realidad, las clases están llenas de gente de todas las edades y de todas las condiciones físicas", dice. De hecho, una de las ventajas de esta disciplina es que todos los ejercicios que se realizan tienen escalabilidad, de forma que pueden amoldarse al estado físico de cada persona. "Si alguien no puede hacer flexiones, por ejemplo, puede apoyar las rodillas en el suelo mientras sus compañeros siguen con la actividad", explica Nacho, y destaca además que en las sesiones hay un monitor por cada diez alumnos.

60 minutos de máxima intensidad

Donde muchos ven una práctica deportiva desorganizada, con tintes de improvisación y mucha originalidad, hay en realidad un sistema perfectamente trazado y nada es arbitrario. ¿Un ejemplo? Si las clases son de 60 minutos es porque es el tiempo que el cuerpo aguanta trabajando a máximo rendimiento. "Después, se pierde intensidad", apunta Nacho. Las tres máximas que se emplean para catalogar al crossfit constituyen un retrato muy certero de en qué consiste esta nueva práctica deportiva:

- Funcional. No se emplea maquinaria, sino que se aprovechan todas las funcionalidades del cuerpo: sentadillas, saltos, flexiones, etc.

- Variado. Se potencian las diez habilidades físicas (coordinación, agilidad, equilibrio, precisión, potencia, velocidad, flexibilidad, fuerza y resistencia cardiovascular y muscular).

- A alta intensidad. Son clases de 60 minutos de entrenamiento, en las que el cuerpo se pone al límite.

Un método efectivo

Un mes de crossfit, realizando un par de sesiones por semana, es suficiente para beneficiarse de su efectividad. Este deporte quema grasas y proporciona un buen estado de forma a quien lo practica y es que, a diferencia de otras actividades físicas, donde se talla el cuerpo y se trabaja un músculo concreto en cada ejercicio, el crossfit trabaja el cuerpo entero. "No es algo subjetivo", tercia Nacho. El crossfit incluye los denominados entrenamientos de referencia que sirven precisamente para que el alumno evalúe por sí mismo si después de varias sesiones ha mejorado: si realiza la actividad con menos tiempo o si es capaz de carga más peso, entre otras. Nacho defiende que el beneficio personal de cada alumno es observar cómo con el paso del tiempo "disminuye la fatiga, la recuperación es más rápida y te sientes más ágil".