Ciencias humanas
La nueva ciencia de cómo dejar de fumar
Dos estudios arrojan luz sobre la promesa de encontrar nuevas maneras de dejar el hábito de fumar utilizando la biología y la conducta. Los estudios demuestran que la mayoría de los fumadores quieren dejar de fumar.
Dos estudios arrojan luz sobre la promesa de encontrar nuevas maneras de dejar el hábito de fumar utilizando la biología y la conducta. Los estudios demuestran que la mayoría de los fumadores quieren dejar de fumar. Entonces ¿por qué algunas personas tienen más éxito que otras? Últimos estudios, que ahondan en el cerebro y el comportamiento de los fumadores, pueden dar algunas explicaciones.
Según un nuevo ensayo publicado en la revista Neuropsychopharmacology del que se ha hecho eco Time, algunas personas pueden ser “programadas” para tener más fácil el hecho de renunciar a sus cigarrillos. Resulta que algunos fumadores cuentan con una particularmente rica red de neuronas cerebrales en un área llamada la ínsula, que regula los antojos y se comunica con señales. Joseph McClernan, profesor asociado de psiquiatría y ciencias conductuales de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, mostró imágenes por resonancia magnética a 85 fumadores que fumaban más de 10 cigarrillos al día. Los fumadores fueron seleccionados aleatoriamente; algunos debían continuar fumando su marca habitual y otros fumar cigarrillos bajos en nicotina, junto con la terapia de reemplazo de nicotina, durante 30 días. Pasado ese periodo, a todas las personas del estudio se les pidió que dejaran de fumar durante 10 semanas.
Aquellos que recayeron durante ese tiempo tendían a tener una menor actividad en la ínsula, sobre todo en las conexiones entre la ínsula y otras áreas motoras que se traducen como “antojos”, mientras que los que no recayeron, mostraron una actividad más robusta en esta región del cerebro. "Hemos sabido durante algún tiempo que algunas personas parecen ser capaces de dejar de fumar y otras personas no pueden", dice McClernon. "Esto nos da una mejor idea de qué mecanismos neuronales podrían ser la base de esas diferencias."
Los resultados sugieren que podría ser posible identificar a las personas que pueden tener más dificultades para dejar de fumar, con tan solo una resonancia magnética rápida de sus cerebros que revele la cantidad de actividad que tienen en su ínsula y darles más apoyo en sus intentos de dejar de fumar. "Algunos fumadores podrían beneficiarse de un programa más intenso, de mayor duración o incluso de diferentes tipos de intervenciones para dejar de fumar", dice McClernon.
Lo que es cierto es que aún no está claro cuánto se puede “manipular” de forma activa para ayudar a los fumadores más reticentes a dejar de fumar. McClernon cree que las conexiones más ricas no solo pueden promover la interacción entre la ansiedad y la conducta, sino también mejorar las conexiones que pueden inhibir o reprimir esos impulsos también. Tener una comunicación más intensa en la ínsula puede ayudar a fortalecer la capacidad de calmar los impulsos e inhibir el deseo de fumar, a pesar de las señales y las ganas de encenderse un cigarrillo.
Si quieres saberlo todo sobre dejar de fumar no te pierdas el especial en Objetivo Bienestar.
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