Psiquiatría
Adolescentes, los más vulnerables al trastorno mental
La salud mental sigue siendo un tabú y el 50% de los problemas se produce antes de los 14 años. La Confederación Salud Mental España reclama que sea una prioridad en las políticas públicas
La salud mental sigue siendo un tabú y el 50% de los problemas se produce antes de los 14 años
En pie, delante del público, María José y Basilio, resumen la realidad social en la que viven los pacientes que padecen trastorno mental. «En esencia somos iguales, pero nos discriminan porque no nos entienden, nos apartan. «Necesito un trabajo como tú. Quiero amar y ser amado, como tú. No entiendo muchas veces lo que pasa ni por qué, como tú. Quiero que me comprendan y escuchen, como tú».
Ese es precisamente el lema con el que han celebrado esta semana en Madrid el Día Mundial de la Salud Mental por parte de Salud Mental España. «Soy como tú, aunque aún no lo sepas». Porque nadie, está exento de sufrir un problema mental a lo largo de su vida, y preocupa que los grupos más vulnerables sean los jóvenes de entre 13 y 18 años. Tal y como señaló en el acto la secretaria de Estado de Servicios Sociales de Igualdad, Susana Camarero, «uno de cada cinco niños ya sufre un trastorno psicológico y el 50 por ciento de las enfermedades se produce antes de los 14 años». Por su parte, el presidente de Salud Mental España, Nel A. González Zapico, explicó que «hablar de salud mental sigue siendo tabú, y debe ser una prioridad en las políticas públicas». Asimismo, destacó la importancia del movimiento asociativo, «un aliado fundamental para acoger y comprender. Nos hace descubrir nuestra fuerza interior».
Ayuda Mutua
Uno de los avances que ha mejorado la calidad de vida de los afectados son los llamados Grupos de Ayuda Mutua, que, según explica Hernán Sampietro, paciente miembro de la asociación Activament, «son espacios de escucha y comprensión» en los que prima «la transversalidad, el empoderamiento y la lucha contra la discriminación». Son encuentros semanales en los que no hay debate o grupo de terapia, sino que somos los pacientes los que hablamos de temas desde la propia experiencia, no desde el saber académico. No se pregunta de qué estás diagnosticado, es importante para dejar el rol de enfermo. Lo que hemos vivido nos hace expertos para ser referencia para otros».
El respeto, la confidencialidad y la inclusión son sus tres reglas. «Nos organizamos para hacer actividades y hay un grupo de capacitación de moderadores y nos vamos formando, hacemos talleres de comunicación no violenta para poder gestionar ciertas situaciones». Hernán reconoce que «había miedo a que dejaran la medicación, pero es compatible, no son grupos terapéuticos, son un complemento, no entran en conflicto».
Por su parte, Curro Catena, paciente de la asociación Salud Mental Ceuta explica que «hablamos de lo cotidiano, de cómo nos sentimos, lo que nos importa... son problemas que muchos compartimos. Mejoran mucho los síntomas. Te desahogas, puedes hablar con quien te entiende, no te sientes culpable, recibes apoyo y logras verte desde fuera, es como mirarte en un espejo».
Y la familia también juega un papel crucial. Begoñe Ariño, cuyo hijo sufre un problema de salud mental, dio el punto de vista de la familia. «Mi hijo llevaba cuatro años en la cama y no había forma de sacarle». En busca de ayuda y tras un largo bagaje, hoy es facilitadora de los modelos de formación llamados «Prospect» en los que las familias aprenden y aportan sus experiencias. «Nos dimos cuenta de que las familias necesitaban información, ya que cuando el problema aparece nadie se lo espera ni está preparado, pero se va aprendiendo, es un proceso», concluyó.
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