Prevención
Conservar la fertilidad tras superar un cáncer de mama
Ante un aumento de las tasas de curación de este tumor, los expertos diseñan planes de gestación antes o después de la terapia, según las necesidades de cada paciente
Ante un aumento de las tasas de curación de este tumor, los expertos diseñan planes de gestación antes o después de la terapia, según las necesidades de cada paciente
Las elevadas tasas de curación frente al cáncer conseguidas, tras una serie de importantes avances terapéuticos y diagnósticos, invitan a plantearse cuestiones tan importantes para las pacientes como ser madres tras el tumor. «La incidencia en nuestro país se sitúa en 86 casos nuevos por 100.000 habitantes y año, algo inferior a la observada en la denominada zona euro en que llega a 108 casos nuevos por 100.000 habitantes y año. En el caso de las mujeres, aumenta sensiblemente a partir de los 40-44 años y es máxima en la década de los 60 años», apunta Fernando Colmenarejo, ginecólogo en Hospital Quirónsalud Zaragoza. Por eso, los médicos contemplan todo tipo de soluciones ad hoc para cada una. En este sentido, Antonio Urries, biólogo y director de la unidad de reproducción asistida de Hospital Quirónsalud Zaragoza explica que «existen distintas opciones en dependencia a la situación personal de cada paciente. Actualmente la más frecuente es la criopreservación de óvulos extraídos antes del comienzo del tratamiento oncológico. Ello posibilita el guardar estos gametos, congelados en un momento óptimo, hasta que la mujer decida que quiere ser madre una vez superada la enfermedad».
Antes de ponerse «manos a la obra» contra el tumor, se diseña todo un plan de contingencia que incluye la posibilidad de ser madre tras la terapia. «Para valorar si una paciente es candidata a un tratamiento de conservación de la fertilidad se tienen en cuenta varios aspectos: de una parte, las posibilidades de curación que tiene la paciente a priori y, por otro lado, la probabilidad de que la técnica sea exitosa», detalla Elena Aguirre, oncóloga en Hospital Quirónsalud Zaragoza. Además, «en el primer punto se valoran el tipo de tumor y los factores clásicos pronósticos (edad, tamaño, afectación o no de la axila, subtipo intrínseco etc) y en el segundo apartado la edad de la paciente, la reserva ovárica que tenga, el tipo de técnica que se puede plantear, etc. Otros factores a discutir con la paciente, la pareja y el resto del equipo son la demora de tiempo para iniciar el tratamiento oncológico (en general asumible), si la mujer ya ha tenido o no descendencia o el momento en el que se iniciará en el futuro la técnica de reproducción asistida», añade Aguirre.
Paso a paso
Como explica la oncóloga del hospital maño, «el único factor que se debe tener en cuenta es que el tratamiento de conservación no demore demasiado el inicio del tratamiento sistémico. Hoy en día, con la introducción de tratamientos de estimulación rápidos, podemos tener buenos resultados demorando la quimioterapia tan solo 12-14 días lo que es perfectamente asumible». Junto a ello, se debe pensar qué estrategia es la mejor, por eso Urries apunta que «en caso de tener pareja estable también puede optarse por criopreservar embriones directamente, con la ventaja de que la tasa de supervivencia de los embriones criopreservados es superior a la de los óvulos. Otra técnica muy prometedora, pero que actualmente aún está en desarrollo, sería la criopreservación de tejido ovárico especialmente indicada en chicas prepúberes de las que es imposible aún obtener óvulos».
Sin embargo, ante este abanico de opciones la preocupación de muchas mujeres en torno a si ser madres podría empeorar el tumor o poner en peligro la vida de ambos anula sus expectativas. Por este motivo Aguirre aclara que «el embarazo, tras un diagnóstico de cáncer de mama, no empeora el pronóstico de la enfermedad. De hecho, hay algún estudio que ha mostrado que las pacientes que consiguen un embarazo tras un diagnóstico de cáncer de mama tienen, en general, una supervivencia mejor de las que no lo consiguen. Si bien estos trabajos pueden tener un sesgo evidente de selección, nos dan suficiente información como para no contraindicar un embarazo después de haber padecido un cáncer de mama tras un periodo que puede ir desde los dos hasta los cinco años dependiendo del tipo de cáncer de mama y el tratamiento que se aplique».
En este sentido, Colmenarejo explica que «las tasas de curación del cáncer de mama están en función del estadio en el que ocurre el diagnóstico. El estudio Eurocare pretende estimar las tasas de curación del cáncer en Europa y describe un descenso de la mortalidad del cáncer de mama en España situándose en índices de supervivencia en el 85,2% de nuestras pacientes a los cinco años, si bien en casos de detección precoz en estadios iniciales la supervivencia puede llegar a superar el 95%».
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