Salud
El 72% de los españoles considera que su ciudad es ruidosa
La molestia provocada por el sonido del tráfico o el ocio, que impide el descanso a 1 de cada 4 personas, deriva en estrés, depresión y patologías cardiovasculares.
Tanto por el día como por la noche, los españoles de las grandes ciudades soportan gritos en las calles, el ruido de los coches o las obras de construcción. Estas son algunas de las causas por las que cerca de un tercio de la población se queja de que en su ciudad hay demasiado ruido, tal y como señala el III informe Ruido y Salud DKV-GAES. Esta percepción es aún mayor para los nueve millones de personas que cada día soportan niveles superiores a los 65 decibelios, recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cuando estos sonidos se producen durante el horario nocturno, se reducen las horas de sueño, afectando así al bienestar con la aparición de problemas cardiovasculares. «No solemos prestar la atención que se merece porque no lo vemos», explica Josep Santacreu, consejero delegado de DKV seguros. Sus consecuencias dependen de la ciudad de España en la que se viva, pues si el 31 por ciento de los sevillanos declara tener problemas para dormir, en Barcelona menos de dos de cada diez tienen esa misma preocupación. Aún así, grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia se sitúan como las peor valoradas. Esta consideración tiene su origen en el ruido del tráfico, causante de más del 80 por ciento de la contaminación acústica, las fiestas de vecinos o el sonido de una obra, que es el elemento más molesto para los españoles.
Más allá de la falta de comodidad, el ruido afecta directamente a la salud. Según un estudio desarrollado en la capital existe una relación directa entre el sonido de los coches y los ingresos hospitalarios en adultos y niños. Además, incrementa un 6,6 por ciento la mortalidad por causas cardiovasculares o un 4 por ciento aquellos fallecimientos por complicaciones respiratorias en personas mayores de 65 años. «Cada año se podrían evitar en Madrid 312 muertes reduciendo 0,5 dB el ruido medio del tráfico», señala Jesús de la Osa, autor del informe Ruido y Salud en Madrid. Los efectos sanitarios no sólo se relacionan con enfermedades sino también con la reducción de la calidad de vida. Con el ruido ambiental se deteriora la comunicación oral y el rendimiento, los niños ven afectado su aprendizaje y los adultos muestran estrés, ansiedad y depresión. A pesar de estas consecuencias, el 91 por ciento de los españoles afirma que la población no es consciente de las repercusiones que la baja calidad acústica tiene sobre su bienestar.
En Madrid cerca de un tercio de sus ciudadanos no puede dormir de manera adecuada y más del 92 por ciento se queja del ruido ambiental. El origen de sus males se encuentra en las mismas causas que en el resto de ciudades, sin embargo, la capital es la única que posee información suficiente en la relación entre ruido y visitas al hospital. Los datos del informe señalan que los sonidos del tráfico aumentan un 5 por ciento las posibilidades de sufrir un ingreso por urgencias. Además, el sonido de los automóviles se convierte también en el causante de una mayor mortalidad, el bajo peso de los recién nacidos y aumenta la probabilidad de niños prematuros en un 3 por ciento. De hecho, sólo con reducir el ruido ambiental 0,5 dB se podrían disminuir los fallecimientos y las enfermedades en cientos de personas.
Pequeños cambios, como no elevar la voz o respetar el horario nocturno, podrían mejorar la vida de todas aquellas personas que consideran su estado de ánimo afectado por la baja calidad acústica. Como señala Santacreu se trata de «un aspecto cultural que podemos cambiar con la educación».
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