El secreto está dentro del organismo

Llevamos desde el siglo XVI tratando de encontrar la mítica fuente de la juventud, cuando Juan Ponce de León buscaba las aguas mágicas que curaban el envejecimiento. La realidad es que la magia no reside en esas aguas, sino en las que hay dentro de nuestro cuerpo, que llevan nutrientes al trillón de células que tenemos, las protegen de daños, las alimentan, eliminan to- xinas producidas por las células y reparan daños. Llevo años buscando información y leyendo artículos científicos sobre cómo frenar el envejecimiento. Al parecer, el deterioro del cuerpo se debe en parte a las toxinas y congestión que se acumula en nuestro interior. Al mantener los órganos encargados de la eliminación (tracto intestinal, hígado y riñones) limpios, limpiar la sangre, la linfa y otros líquidos, proporcionarle al cuerpo los antioxidantes que necesita, una dieta de alimentos saludables y naturales, podemos reducir en un porcentaje los signos de envejecimiento y promover células, órganos y tejidos jóvenes. Las verdaderas aguas de la fuente de la juventud se encuentran dentro de tí, una sangre limpia cargada en nutrientes y un sistema linfático descongestionado y activo que logre limpiar el cuerpo de una manera eficiente son la verdadera fuente de la juventud. El problema es que para que esta agua funcione no tendrás que viajar a un lugar remoto en América, va a depender de la decisión que tomes todos los días con respecto a tu salud y alimentación. La piel es el órgano más grande que tenemos. Si tus ojos son el reflejo de tu alma, tu piel es el reflejo de tu salud y, créeme, no miente. Es uno de los órganos con mayor poder regenerativo, desprendemos de 30.000 a 40.000 células muertas por minuto, para dar entrada a células nuevas y limpias provenientes de la epidermis. Así que por más que te pongas las cremas más caras, si tu maquinaria por dentro no está produciendo células nuevas saludables y fuertes, tu piel no tendrá buen aspecto. La verdadera belleza viene de dentro.

Experta en nutrición holística