Ciencias humanas
Los embriones que reciben cannabis sufren secuelas toda la vida
Un equipo internacional de investigadores, liderado por españoles, ha demostrado que los embriones expuestos al THC del cannabis durante la gestación sufren efectos en su desarrollo neuronal, y consecuencias en la función motora y cerebral que le acompañarán toda su vida adulta, informa Efe.
El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos (PNAS), ha sido realizado por científicos de la Universidad Complutense (UCM) y del Instituto de Investigación Sanitaria Ramón y Cajal (IRYCIS), adscritos al Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED).
En declaraciones a EFE, Ismael Galve-Roperh, investigador del Grupo de Señalización por Cannabinoides del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UCM, ha explicado que el estudio ha analizado las consecuencias de la exposición del embrión al THC, «la molécula más potente y abundante de la planta del cannabis».
Para ello, los investigadores inyectaron esta sustancia en ratonas gestantes durante cinco días.
Dos meses después de nacer sus crías, estudiaron las consecuencias de la administración del cannabinoide en ciertas funciones del sistema nervioso.
Los resultados, además, se compararon con un grupo de control formado por ratonas a las que no se había suministrado ningún tipo de droga durante la gestación.
«Lo que vimos es que, como consecuencia de esta ingesta de drogas, se produjeron cambios en la diferenciación neuronal que tiene lugar durante el desarrollo embrionario, unos cambios que mantienen sus consecuencias a largo plazo, en la vida adulta de esas crías», ha indicado.
Y es que, a diferencia de lo que solemos pensar, «no hace falta que haya un consumo continuado, ni abusivo en la adolescencia. Un consumo frecuente por parte de la madre podría ser suficiente para que la descendencia tenga consecuencias durante su vida adulta», ha advertido Galve-Roperh.
Los investigadores midieron los efectos del consumo de THC en la capacidad para realizar actividades motoras complejas y la susceptibilidad a desarrollar crisis epilépticas.
«Los mensajeros del organismo actúan a través de receptores que transmiten la señal a las células (indicando lo que tienen que hacer). Sin embargo, el THC hace que, en el desarrollo embrionario, las neuronas no adquieran todas las características que tienen que tener», ha explicado Galve-Roperh.
Partiendo de esta base, analizaron el comportamiento del receptor CB1 de dos tipos de neurona: las de proyección (responsables de la función motora) y las inhibitorias, encargadas de la epileptogénesis.
«Los ratones que habían recibido THC durante la gestación tenían peor control del movimiento y eran más susceptibles a convulsiones».
Estos efectos se debían al impacto del cannabinoide sobre los receptores CB1 de neuronas de proyección (en el caso de alteraciones motoras) y sobre neuronas de proyección e interneuronas (en el caso de la aparición de convulsiones).
Además, «en el caso de las neuronas encargadas de la función motora, vimos que no son capaces de conectarse entre la corteza cerebral y la médula espinal, es decir, el cableado del cerebro no se forma del todo bien».
No obstante, «aún no sabemos cuáles pueden ser los efectos combinados de las más de cien moléculas presentes en el cannabis. Hemos estudiado el THC pero es posible que las otras moléculas neutralicen o potencien aún más los efectos de esta sustancia», advierte.
Además, el siguiente paso de la investigación será averiguar cuáles son las implicaciones psiquiátricas que supone la administración de este componente psicoactivo en ratonas gestantes, para determinar las consecuencias en las crías (en la edad adulta) en parámetros relacionados con la depresión, la ansiedad o las alteraciones psicóticas. EFE
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