Cirugía
«No sólo operamos sino que formamos a los médicos locales»
Tomás Parra, cirujano oftalmológico del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, habla con orgullo del trabajo que realizan en estas campañas solidarias –en algunos países llevan más de ocho años– en las que viaja con un pequeño equipo de anestesista y enfermero y que sirve para devolver la vista a muchas personas, tras operarles de catarátas, y casi «devolverles a la vida» en países en los que vivir sin este sentido es terrible
Llevan tiempo con iniciativas que implican desplazarse a otros países menos favorecidos con el fin de mejorar la salud audiovisual de sus ciudadanos.
Llevan tiempo con iniciativas que implican desplazarse a otros países menos favorecidos con el fin de mejorar la salud audiovisual de sus ciudadanos. ¿Desde cuándo ha puesto en marcha esas experiencias?
-Se hacen todos los años desde hace tiempo en países como Camboya, Perú, Angola... Establecemos cierta periodicidad y acudimos donde hace falta.
-¿Qué tipo de enfermedades visuales son las que suelen tratar?
-Se atiende todo tipo de patologías, aunque normalmente son las cataratas las que predominan. Por ello, la mayoría de las expediciones son para hacer cirugías. Por otro lado, se llevan a cabo campañas oftalmológicas para el control de la vista y para este fin se lleva una cantidad de gafas donadas por la fundación.
-¿Cómo deciden emprender una «expedición oftalmológica» en un país concreto, como la última que han realizado en Guinea Bissau?
-Cada vez es un poco distinto. En Guinea Bissau surgió por el interés de los embajadores en realizar una campaña contra las cataratas y para ello se pusieron en contacto con la Fundación del Instituto Fernández-Vega. Fue un trabajo expreso desde la embajada, ya que el Excelentísimo Sr. D. Juan Armando Andrada-Vanderwilde, embajador de España en Guinea Bissau y su esposa, la Excma. Sra. Dª. Paloma Vizcarro, quienes se pusieron hace unos meses en contacto con la fundación que preside el profesor Luis Fernández-Vega Sanz. Así, la campaña de Camboya, desde hace unos ocho años, por iniciativa del Prefecto Apostólico de la diócesis de Battambang, Enrique Figaredo, que se pone en contacto con nosotros.
-Cuando acaba la expedición, ¿cómo realizan el seguimiento de los pacientes intervenidos?
-Es un paso muy importante. Establecemos protocolos de seguimiento porque nos encargamos también de formar a los médicos locales para que revisen y vigilen a los pacientes. Esto supone una manera de dar continuidad a la campaña. En Angola, tras las intervenciones quirúrgicas que realizamos nosotros, tuvimos en cuenta esto y formamos a los médicos del hospital público. Esto mismo, lo hemos repetido en Guinea Bissau.
-Al final, ¿cuánto tiempo están allí?
-Lo normal es prepararlo todo para permanecer durante una semana, salvo excepciones, como la campaña de Angola, que por cuestiones de formación de los profesionales locales se extendió un par de semanas más. Otro de los factores de los que depende el tiempo es el volumen de pacientes.
-¿Cómo eligen los casos a tratar?
-Normalmente los pacientes son seleccionados por los médicos locales. Por ejemplo, en el hospital Simau Mendes de Guinea ya sabíamos que íbamos a atender unos 50 casos, aunque luego surgieron dos en el momento, derivados de una perforación y otro accidente, que, claro, estando allí solucionamos quirúrgicamente.
-¿Cómo está formado el equipo de especialistas que viaja?
-En la última campaña, en Guinea Bissau, fuimos Francisco Javier Rodrigo, anestesista, y César Arias, diplomado en Enfermería. Contamos con la colaboración siempre de personal local, en este caso de la doctora Lis Pupo, de origen cubano y residente en Guinea Bissau y del doctor Seco, oftalmólogo bissanguineano.
-¿Se llevan todo el material?
-La verdad es que uno se sorprende de la pobreza de esos países. En Guinea Bissau, todo menos el microscopio.
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