Angela Merkel
Temblores en reposo, síntomas de alteración neurológica
Entre uno y tres años se tarda en el diagnóstico de la enfermedad debido a la inespecificidad de los signos con los que debuta ya que van desde la alteración de la memoria a la depresión
El temblor de reposo es un rasgo principal del desarrollo de un síndrome hipocinético, como es la enfermedad de Parkinson. Aunque se asocie de forma habitual la falta de control de las extremidades con esta patología neurodegenerativa, lo cierto es que no siempre es así. Y desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) lo ponen de manifiesto.
Como explica Pablo Mir Rivera, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN, "hay que tener en cuenta que generalmente se asocia a la enfermedad de Parkinson a síntomas motores: principalmente temblor, rigidez, bradicinesia, trastornos de la marcha y del equilibrio... Sin embargo, actualmente se sabe que un 30-40% de los pacientes no presentan temblor y que en muchas ocasiones, antes del comienzo de los síntomas motores, se presentan otros muchos síntomas como trastornos cognitivos, del estado de ánimo, gastrointestinales, autonómicos, del sueño, etc. Identificar correctamente los síntomas de esta enfermedad es el primer paso para poder mejorar los tiempos de diagnóstico”.
La sombra del párkinson persigue a la canciller alemana, Angela Merkel, aunque no se ha confirmado de forma oficial. En este caso, hay que subrayar que en un 40% de los casos, la primera manifestación del parkinson es la depresión, aunque también puede aparecer a través de problemas de memoria, estreñimiento, pérdida de olfato, alteraciones urinarias, disfunción sexual, y, de forma muy habitual, trastornos del sueño.
Además, el parkinson tampoco es una enfermedad exclusiva de personas mayores. Si bien en España el 70% de los pacientes diagnosticados superan los 65 años, el 15% de los casos se dan en menores de 50 años e incluso se pueden encontrar pacientes en los que la enfermedad se inicia en la infancia o en la adolescencia.
“El envejecimiento constituye el factor no modificable más importante para padecer la patología, porque es una enfermedad relacionada claramente con el incremento de la edad: mientras que 2% de los mayores de 60 años la padecen, en mayores de 80 años, la enfermedad alcanza al 4%”, comenta el coordinador de la SEN.
“Tanto la incidencia y como la prevalencia del párkinson se ha incrementado de manera considerable en las últimas décadas y lo seguirá haciendo en los próximas décadas. Tal es así que estimamos que dentro de 30 años estas cifras podrían triplicar las actuales”, señala Mir Rivera.
El 70% de las personas diagnosticadas en nuestro país tienen más de 65 años y, actualmente, en España, se detectan cada año unos 10.000 nuevos casos de la enfermedad neurodegenerativa. No obstante, los pacientes con párkinson tardan una media de entre uno y tres años en obtener un diagnóstico y se cree que hasta un 25% de los pacientes diagnosticados tienen en realidad otra enfermedad.
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