Soluciones, ya

El pasado 18 de agosto, LA RAZÓN publicaba una noticia en la que entre otras cosas, se decía que “el atentado de ayer en Barcelona hay que enmarcarlo” en la estrategia desestabilizadora de los yihadistas. Citábamos a expertos que subrayaban que Cataluña, además de su importancia turística, atraviesa en la actualidad una situación de crispación política.

“Los yihadistas, como ocurrió con el 11-M en Madrid, tratan de cometer atentados terroristas para provocar la mayor tensión posible y contradicciones entre los ciudadanos, los partidos políticos y las autoridades”, se señalaba también.

En este mismo blog se había comentado la necesidad de no volver a cometer los errores del pasado, de no caer en la trampa de los yihadistas.

No ha sido posible y los jefes de los terroristas habrán comprobado que en España no aprendemos ni a palos. ¡Qué tristeza! El espectáculo que hemos vuelto a ofrecer a otros paises occidentales. Lo de la manifestación de Barcelona, para olvidar, pero después de haber llorado en silencio por las víctimas.

Resulta terrible que el egoísmo de unos, mezclado con la ceguera de otros y la falta de arrestos de los que debían haber pegado un puñetazo en la mesa para que no pasara lo que pasó, nos haya llevado de nuevo a esta situación.

Por lo tanto, a partir de ahora que nadie se rasgue las vestiduras cuando lea determinadas valoraciones de los terroristas, como ocurrió con el 11-M y las explicaciones de Al Qaeda que se vanagloriaba de haber cambiado el resultado de unas elecciones (lamentablemente, tenían razón estos indeseables).

Ahora, han asesinado a 16 personas, han causado decenas de heridos y han puesto al descubierto las vergüenzas del egoísmo, la desunión, el separatismo, la falta de sentido de Estado, etcétera, etcétera.

Cuando una nación, con la historia que tiene España, llega a este situación, no vale lamentarse. Sólo caben soluciones, por duras e inflexibles que tengan que ser. Legislación elaborada en Democracia ya tenemos. Sólo es necesario aplicarla. Por cierto, que esa legislación dimana de una Constitución aprobada mayoritariamente por los españoles, incluidos los que votaron en Cataluña. Los sufragios afirmativos fueron en Barcelona del 90,38%; Gerona, 89,78%; Lérida, 91,34% y Tarragona, 90,99%.