Muere Fidel Castro
El embargo y la victimización latinoamericana
Por David Muñoz Lagarejos
Con la muerte del dictador Fidel Castro estamos asistiendo a un nuevo capítulo de la victimización característica de los sistemas políticos imperantes en Latino América. En esta ocasión, los fieles seguidores de la dictadura, no dejan de repetir que Cuba ha sido bloqueada constantemente en estas décadas de castrismo por EEUU y que ese bloqueo no les ha permitido desarrollarse como hubiesen querido.
La victimización ha sido una constante en el discurso del populismo latinoamericano (confrontación, división, enemigo culpable). También del socialismo, que evade cualquier tipo de responsabilidad individual, incluso colectiva, por lo que la culpa siempre es de otro. Desde el Descubrimiento de América hasta nuestros días, excusas varias, aunque casi siempre en el mismo sentido, han ido pasando con los años. Desde los descubridores y colonizadores de América (el mito del buen salvaje, que podemos ver en Michel de Montaigne y Rousseau, por ejemplo) hasta el neoliberalismo, pasando por los ‘yanquis’, el caso es que la culpa nunca es de los indígenas, ni del socialismo del siglo XXI ni de la revolución. Nunca hay autocrítica ni responsabilidad.
Como digo, el embargo no es más que otra victimización, según la cual Cuba es así porque EEUU no le deja progresar. ¿Pero eso es cierto? En 1962 J.F. Kennedy suspendió el comercio con Cuba. 3 años después de la Revolución Cubana. En ese tiempo, Cuba no había progresado. No había indicios de ello. Es más, fueron los propios revolucionarios los que expropiaron bienes estadounidenses en la isla desde su llegada al poder.
No sería hasta la Ley Torricelli (1992), una vez caído el Muro de Berlín y disuelta la URSS, cuando EEUU alienta a los gobiernos de otros países que mantienen relaciones comerciales con Cuba a restringir sus actividades de comercio y crédito, con la idea de imponer sanciones a cualquier país que comerciara a Cuba. 33 años después de la Revolución Cubana. En ese tiempo, Cuba seguía siendo una dictadura y tampoco había progresado económicamente. Fidel Castro había abrazado los postulados socialistas. Eso sí era un bloqueo a la isla.
Desde ese momento, otras leyes han ido surgiendo con la idea de reforzar el embargo contra Cuba mientras siguiera la dictadura castrista a los mandos de la isla.
Desde 1962 a 1992, Cuba podía comerciar con otros países que no fuera EEUU. Y en la actualidad lo sigue haciendo a pesar del supuesto «bloqueo», como demuestran su balanza comercial (exportaciones e importaciones). El problema es que el comercio en un país socialista es así: poco tiene que ofrecer y mucho tiene que demandar en el exterior. El verdadero bloqueo cubano es la dictadura, que impone y persigue a quienes no cumplen, mediante un Estado que ha engullido la economía de la isla. El resto, victimizaciones de quienes aplauden la dictadura. A ellos tampoco los absolverá la historia.
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