¿Hay pluralismo comunicacional?

Por Luis Lorente

Podríamos afirmar que hay dos grandes teorías en cuanto a los medios de comunicación: la liberal, propia de EEUU, en la que la libertad de expresión se ejerce como un derecho de libertad frente al Estado, y en la que la propiedad de los medios debe de ser privada; y la institucional, propia de Europa, en la que el Estado intervencionista no solo protege el derecho subjetivo individual sino que lo promociona, y crea medios de comunicación públicos pero con una regulación que asegure su independencia.

En las últimas décadas estas perspectivas han venido erosionándose, ya que en EEUU la protección se centra en los derechos de los propietarios y no de los periodistas ni de la audiencia; y en el caso europeo porque se pone en duda la independencia de los medios de titularidad pública del poder político. Por lo que se presiona actualmente por una mayor democratización de los sistemas comunicacionales que permita una verdadera pluralidad informativa. Y es que el pluralismo comunicacional ha adquirido una gran importancia en las nuevas teorías de la democracia. La participación es la única solución para hacer efectiva la diversidad en la política informativa. Así Löffer, con su concepto de parlamento invisible afirma que una opinión pública generada en un marco de pluralismo, crítica y discusión, es una condición necesaria para el pleno desarrollo de un verdadero sistema democrático.

El art. 20.3 de la Constitución Española garantiza el acceso a los medios de los grupos sociales y políticos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España. Asimismo, el Tribunal Constitucional en varias sentencias ha reiterado que el pluralismo informativo es condición sine qua non para la obtención del pluralismo constitucionalmente dispuesto y para la satisfacción del derecho subjetivo a la información de las personas. No obstante, el pluralismo comunicacional hay que entenderlo referido a dos ámbitos: por un lado, la posibilidad de que existan medios de información diversos, no solo en número, sino también en ideología, en soporte, en acceso, etc; y por otro lado, la información emanada de los medios de comunicación existentes debe de reflejar la diversidad social, religiosa, política, cultural y étnica existente en el seno de una sociedad.

Actualmente, este pluralismo se está viendo afectado tanto de manera positiva como negativa: los aspectos positivos, derivan del desarrollo de internet y se centran en el crecimiento de los flujos de información, la interactividad y la diversificación de emisores. Sin embargo, los aspectos negativos se centran en la concentración de la información en manos de un núcleo reducido de personas o empresas debido a la concentración empresarial y a su internacionalización, tal y como ya alertaba en 1980 el Informe MacBride y si bien permite una mayor velocidad de transmisión y abundancia informativa también conlleva una uniformización de los mensajes y a la uni-linearidad de los flujos de información que pueden llevar a la estandarización de moldes sociales y a la homogeneización cultural.

Entonces actualmente, ¿hay o no pluralismo comunicacional en España?