Brexit

Theresa May, retrato de una decepción

Theresa May, retrato de una decepción
Theresa May, retrato de una decepciónlarazon

Por Carlos Navarro Ahicart

Desde que el Primer Ministro británico David Cameron anunciase su dimisión a raíz de los resultados favorables a la salida de la Unión Europea en el referéndum del Brexit, la mujer que era entonces Ministra del Interior, Theresa May, tomó las riendas del gobierno británico y del Partido Conservador.

Todo lo que Cameron había conseguido, todas las reformas aplicadas desde su entrada en el número 10 de Downing Street allá por 2010, y todo el reposicionamiento ideológico del partido que había desarrollado ha quedado ensombrecido por los primeros meses de gobierno de May. En su discurso de inicio del mandato, ya dejó entrever las que serían las líneas maestras de su política: más políticas sociales, más igualdad a costa de los productivos y un desaprovechamiento tremendo de las puertas que el Brexit abrió al país.

Un nacionalismo británico exacerbado que nubla cualquier atisbo de apuesta por la meritocracia presente en la filosofía de los grandes líderes tories es la seña de identidad por excelencia de May y su equipo. Si a eso le sumamos una bajada del 0.25% en los tipos de interés por primera vez desde 2009 y una ampliación del plan de estímulos del Banco de Inglaterra por medio de la compra de bonos corporativos más deuda pública, obtenemos un peligroso cóctel intervencionista propio del ala más radical del Partido Laborista.

La Primera Ministra también ha abierto la veda contra la City de Londres, contra el sistema financiero británico y contra la totalidad de los ricos del país, a los que acusa de hacer funcionar la economía para sí mismos. May representa todo contra lo que el Partido Conservador británico ha estado luchando durante tantos años, tanto en el plano ideológico como en el político. En pocas palabras, se podría decir que es la antítesis de lo que fue Margaret Thatcher en su momento: una mujer que apostó por el mérito y la excelencia, por el liberalismo económico y que aupó a Reino Unido a una posición muy ventajosa.

Es una verdadera lástima para todo amante de la libertad el errático camino que ha tomado Theresa May como Primera Ministra. Siempre será “lo que pudo ser y no fue”, una tremenda decepción y una larga lista de oportunidades perdidas en el marco político y económico que propició el resultado del referéndum por el cual ella es hoy la mandataria del gobierno británico. Lejos quedan ya mentes y figuras tories como las que nombraba en este artículo; gobernantes y animales políticos legendarios que sirven como referentes a toda una generación de jóvenes afines a su forma de hacer política. Como en la sociedad actual, en las altas cumbres de la política es tiempo de mediocres.