Asamblea de Madrid
Retrato del Tripartido de Oposición
¿Cómo sería la Comunidad de Madrid si los partidos del Tripartito de la Oposición hubieran gobernado, o gobernaran, y aplicaran las propuestas y actuaciones que han realizado en sede parlamentaria durante estos dos años de legislatura?
En primer lugar, sería un Gobierno y una Administración Regional paralizada, despreocupada de lo que de verdad interesa a los ciudadanos y absolutamente centrada en revisar el pasado. Los dirigentes de ese hipotético gobierno se dedicarían a dar instrucciones para que se radiografiara con el máximo detalle la documentación de los gobiernos anteriores, olvidándose de innovar los servicios públicos o diseñar nuevas inversiones, como sucede ahora. Los consejeros y los altos cargos estarían ensimismados pensando en qué nueva comisión de investigación crear para la revisión de asuntos de la máxima actualidad como el Tratado de Tordesillas de 1494 o la Convención de los Toros de Guisando de 1468.
Esta preocupante situación de parálisis a la que nos hubiera llevado un gobierno así se confirma por el hecho de que los tres grupos de oposición se han dedicado a copiarse las iniciativas parlamentarias durante los dos últimos años. Esta actitud de continua copia de iniciativas, derivada de la carencia de ideas, llevó a que un diputado de la Asamblea dijera en un pleno que algún grupo se estaba convirtiendo en el “rey del refrito”. En el caso de Ciudadanos, esta falta de ideas ha originado que, permanentemente, se hayan querido apropiar de las realizaciones del Gobierno de Cristina Cifuentes, publicitando a los madrileños que esas medidas se adoptaban gracias a su formación política.
Siguiendo con la descripción del otro Madrid que podría generar el Tripartito, nos encontraríamos un Gobierno que gastaría sin tasa en cualquier cosa -fuera importante o no- en una permanente fiesta del gasto público, sin asumir la que es la responsabilidad primordial de cualquier ejecutivo serio: destinar los recursos siempre escasos a lo que es mejor para los ciudadanos y del modo más eficiente. La unanimidad de la oposición en esta materia nos garantiza que si llegarán a gobernar subirían los impuestos y, aunque dirían que se los suben a los ricos, los elevarían a la clase media porque que es la única manera de conseguir o, el menos intentar, una recaudación suficiente para sostener el exceso de gasto en el que se embarcarían.
Ante estas actuaciones, la actividad económica y la creación de empleo se estancarían o descenderían y, finalmente, la recaudación no sustentaría los nuevos gastos contraídos y se incumplirían los objetivos de déficit, incrementando la deuda pública.
Otro elemento en el que ha destacado el Tripartito de Oposición es la propuesta permanente de creación de órganos pensando, con absoluto desacierto, que, de esa manera, se resuelve cualquier problema, cuando lo cierto es que creando más organismos públicos lo único que se garantiza es un mayor gasto público y, en ningún caso, una mayor eficacia en la adopción de medidas en favor de los ciudadanos.
Además, los grupos del Tripartido han presentado en su actuación un mayor o menor grado de prejuicios ideológicos que podrían ser muy negativos para que nuestra región siguiera siendo un espacio abierto a todos y en el que la seguridad jurídica sea completa. Increíblemente, Ciudadanos también ha colaborado con los otros dos grupos del tripartito en este proceso, mediante su asombrosa abstención en las votaciones de varias iniciativas muy negativas para Madrid. Por todo esto, el otro Madrid que estamos describiendo no sería la región española que atrae el mayor porcentaje de inversión extranjera o la Comunidad en la que se domicilian y crean un mayor número de sociedades mercantiles.
Finalmente, los grupos de la oposición hablan sin cesar de regeneración democrática pero luego, a la hora de verdad, no pasan de las palabras a los hechos. Buena prueba de ella es la paralización de los proyectos del Gobierno sobre Regeneración Democrática en sede parlamentaria.
Afortunadamente, la situación actual de la Comunidad de Madrid no se parece en nada a este hipotético Madrid del Tripartito de Oposición que he descrito. El Gobierno de Cristina Cifuentes lleva más de dos años actuando en favor de los madrileños y su enorme esfuerzo, actitud dialogante, transparencia y honradez son percibidos por los ciudadanos y han mejorado de manera sensible la calidad de vida y los servicios públicos que se prestan.
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