Ciencia y Tecnología
¿Qué es realmente un coach?
¿El coaching es una moda y los coaches unos “vende-humos”?
Inauguro este blog con un artículo-respuesta a un artículo que aparecía el mes pasado en un medio digital español, porque mi intención como Coach profesional y divulgadora de esta profesión es acercar al público general una profesión tan necesaria y tan noble como el coaching. Porque tanto el problema del intrusismo que sufrimos los coaches profesionales como el desprestigio que esta profesión tan de moda presenta actualmente nos hacen un flaco favor a los profesionales serios, que pretendemos ayudar a otros a mejorar sus vidas y ganarnos la vida de forma digna con el coaching.
¿Qué es realmente el coaching?
Vendehumos, psicología barata, cero autocrítica, optimismo artificial.
El autor del artículo que menciono arriba arremetía contra esta profesión explicando por qué odia el coaching, dejando en entredicho su conocimiento de la misma (por ejemplo, no dejaba de confundir el coaching con terapia). Pero lo peor del asunto no era tanto lo que el articulista decía, sino los comentarios que tal artículo había cosechado: personas que desconocen por completo esta profesión y la llaman americanada, la comparan con pócimas mágicas y creen que el coaching resalta valores como la competitividad o el egoísmo.
Por desgracia ésta es la imagen que tiene una profesión de la que formo parte y que defiendo y represento. Por eso he querido dar unas nociones básicas de qué es el coaching y qué no lo es.
Y antes que nada, una pequeña puntualización: es muy cierto eso de que hay vendedores de humo, hay timadores, especialmente en nuestra profesión. Los que nos hemos formado de forma seria en el coaching vemos diariamente cómo van surgiendo blogs de supuestos coaches sin formación alguna, personas que únicamente basándose en su experiencia personal te ofrecen sesiones de coaching a precios desorbitados.
En el próximo artículo voy a contar qué necesitas tener en cuenta a la hora de contratar a un coach.
Coaching vs. Terapia
Veo con frecuencia cómo nuestra profesión se equipara con terapia, creyendo que somos los hermanos pequeños de psicólogos o hacemos algo similar, sin haber estudiado los 4 años que dura la carrera de psicología.
Ciertamente la terapia es una forma de curar a las personas, de ayudarles a superar dificultades que les impiden llevar su vida con normalidad. Una buena metáfora para entender las diferencias entre psicología y coaching podría ser ésta: “Cuando se te estropea el coche, lo llevas al taller para que te lo arreglen: esto sería terapia. En cambio, cuando tu coche no está estropeado pero quieres aumentar su potencia, ponerle accesorios de calidad, tunearlo, etc., esto sería coaching”.
No tienes que estar fatal para acudir a un coach, porque un coach no va a curarte. Puedes simplemente decidir que existe una forma de estar mucho mejor, desear cambiar a mejor, aumentar tus opciones, crear una mejor versión de ti mismo. Y esto es muy potente: no tienes que estar esperar a estar mal para darte cuenta de que puedes estar mucho mejor.
Un coach te ayuda a conseguir objetivos
Pero no te garantiza que los vayas a conseguir. Todo el trabajo lo realizas por tu cuenta. El coach es un guía o una linterna, que alumbra aquellas partes de tu vida que no eres capaz de ver o no te atreves a observar.
Y no, no vendemos humo cuando decimos esa frase tan conocida de Henry Ford: “si crees, puedes”. ¿Es realmente así? En el fondo lo es, otra cosa es que es muy difícil creer que puedes, y es que creer es más difícil de cambiar que el hacer. Nuestras creencias son lo más arraigado que tenemos, no somos conscientes de ellas muchas veces.
Cuando creemos de verdad que podemos conseguir algo, empezamos a actuar de una manera diferente. Si creo que voy a tener éxito en el aprendizaje de un idioma, automáticamente los miedos irracionales que me dificultan el aprendizaje desaparecen y, al tener menos bloqueos internos, lo hago mucho mejor.
La importancia del desarrollo personal
Dice Francisco Alcaide, uno de los escritores de referencia en esto del desarrollo personal, que tu desarrollo personal se convierte en tu destino. No es una moda sin más, lo mismo que no es una moda pasajera meditar, hacerte consciente de tu vida, buscar maneras de pensar diferentes. El desarrollo personal basado en tu persona es esencial para enfrentarte a la vida de forma más exitosa.
El desarrollo personal trata de que tomes conciencia de tu vida, de que entiendas qué falla y qué te falta para ser feliz. Suena simple, pero es que muchas veces no nos paramos a prestar atención a esos aspectos, tan simples en apariencia en nuestra vida.
Sí, desarrollarte internamente requiere tiempo, dedicación, tomar un respiro, encontrar tu espacio. ¿Acaso alguien puede decir que no necesitamos tiempo para nuestra higiene y salud mental? Si nos tomamos en serio nuestro cuerpo, si nos duchamos todos los días, si nos alimentamos diariamente —aunque muchas veces mal—, ¿por qué no habremos de cuidar también nuestra psique, para no acarrear en un futuro enfermedades tan serias como estrés crónico, ansiedad o depresión, tan de moda en países del Occidente?
Coaching para el éxito profesional
No, no es una americanada. No se trata de ser el mejor sin más, pisar a otros, triunfar a costa de lo que sea, ascender, hacerte millonario de la noche a la mañana. Esto no es coaching. Tal vez es el falso coaching que proponen algunos estafadores sin formación alguna o “profesionales” sin escrúpulos. El desarrollo profesional que persigue tu éxito laboral no es ninguna trola.
El éxito es un estado mental, y el coach trabajará con su cliente las creencias de éste en relación a lo que quiere lograr, porque sólo cuando realmente entendemos cuáles son nuestras verdaderas metas, nos es más fácil abrirnos el camino para poder conseguirlas. Porque saber lo que realmente deseamos alcanzar nos añade esa dosis de motivación, esencial para no rendirnos a la primera dificultad planteada.
Coaching vs. Optimismo barato
No, no se trata de que estemos todo el día repitiendo que “si queremos, podemos” y seguir viviendo nuestra vida como antes. El coaching, en primer lugar, propone una toma de conciencia: qué quiero en la vida, para qué lo quiero, cómo lo quiero, qué supondrá para mí alcanzarlo, qué ganaré o perderé con ello, cómo afectará a mi entorno y a mi vida.
En segundo lugar, cuando tenemos claro lo que realmente queremos de la vida, tendremos que ponernos en marcha, movernos, cambiar de hábitos, crear una manera de pensar y actuar acorde a esos objetivos planteados. Un coach no puede garantizarte que alcances tus metas (y si lo hace, huye de él), sólo puede proponerte un camino que tú mismo habrás de recorrer. Puede que te equivoques, pero habrás aprendido de ello. Un coach profesional y serio jamás te hará sentir culpable por cómo estás, incluso si no eres capaz de cumplir con los objetivos propuestos.
Un coach serio te escucha de forma activa y estando presente —cuánto daño ha hecho la famosa imagen satírica del psicólogo que se aburre y piensa en sus cosas, mientras supuestamente escucha a su paciente, recostado en el sofá—, un coach te hace ver tus opciones, te ayuda a aclararte y sacar tus propias conclusiones, te trata como a un ser humano, no como a un enfermo o alguien débil de quien aprovecharse económicamente.
El coaching vs. Dar consejos
Como en el punto anterior, un buen coach es alguien que te escucha de verdad, que es capaz de entender tu situación pero no se va a identificar con ella. Una de las cosas más difíciles para ser un buen coach es la presencia y escucha activa. Ser capaz de tener esa disposición de ayuda, sin ofrecer el consejo fácil, cosa que probablemente te darán los falsos coaches o profesionales no cualificados.
Y es muy difícil: en mi trabajo como coach, muchos clientes esperan que les dé ese consejo que les cambie la vida, y por mi código deontológico no puedo hacerlo, salvo que esté realizando sesiones de mentoring, que es otra modalidad, pero no coaching puro.
Una idea esencial que aprendemos cuando nos formamos como coaches profesionales es la siguiente: el mapa no es el territorio. No puedo desde mi mapa (mi percepción subjetiva de la realidad), decirle a mi cliente (que tiene su propio mapa diferente al mío) qué debe hacer, porque esto funcionaría desde mi punto de vista, no desde el suyo.
Escuchar atentamente al otro, sentir por él una profunda empatía, que no simpatía, ser capaz de no interferir en sus decisiones con mi propio mapa mental, para ayudarle a entenderse mejor y encontrar las soluciones que más le convienen, ésta es la auténtica tarea de un coach cualificado.
Por eso, antes de opinar del coaching y de si es una moda pasajera o un remedio milagroso, es necesario que conozcas qué es de verdad esta profesión. Y si decides acudir a un Coach, desde luego no te fíes de profesionales con blogs bonitos que prometen que te van a solucionar la vida. En primer lugar, pídele referencias, pregunta por su experiencia, solicita que te envíen sus títulos, y no aceptes pagarlo todo por adelantado, pide garantías de devolución y observa si el coaching es para ti. Porque no, no es para todo el mundo: si buscas consejos o necesitas terapia, tal vez necesites acudir a un mentor, consultor o a un terapeuta.
En los próximos artículos, voy a contarte cómo elegir a un buen coach y cómo saber si el coaching es la modalidad que te conviene. Si te quedan dudas o quieres hacer cualquier comentario, recuerda que me puedes contactar a través de mi blog personal. Y también puedes seguirme en twitter @mashamikhailova
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