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La guerra de los avales
Se ha terminado la fase de recogida y recuento de avales dentro del PSOE, y las cosas numéricamente hablando no van bien para Patxi López. He escrito en dos ocasiones sobre él, pero me gustan las trilogías, y vuelvo a reafirmar mi apoyo y mi convencimiento de que es el mejor candidato a secretario General para el partido y para la sociedad civil española, así como para la política aristotélica.
No escribiría de política de partido, si no estuviera convencido de la trascendencia para el país de todo lo que está pasando.
Escribo en caliente tras la rueda de prensa última de Patxi.
Mientras él hacia esa rueda de prensa yo estaba en la casa del pueblo, la “herriko Etxea” de Barakaldo escuchando a dos compañeras las ideas del programa de Patxi. Miraba y escuchaba a CARMEN DIAZ. ¿No les “suena” verdad?, es una de esas políticas del PSOE, que no se ven por la sociedad, que no está en los medios pero que está ahí como parte del conjunto de “micro políticos” anónimos que integran todos los partidos, dando la cara, y la mirada, joven, con ojos de verdad, con rostro tranquilo, trabajando en una asociación de ayuda a emigrantes montada desde la casa del pueblo de Las Arenas.
Está ahí sentada delante de todos, y no lo hace por afán de protagonismo, es evidente al verla, lo hace por la totalidad, por la unidad por la tolerancia y por la paz del partido y de la sociedad. La veo, y creo que Ella es Patxi López o al revés Patxi López es ella así que me da igual estar en la rueda de prensa o en la casa del pueblo.
En el fondo pienso que todos los que estamos ayudando en el esfuerzo de Patxi, lo hacemos porque si, no contra nadie, por nada ni esperar en nada, solo por las siglas, por la historia, por la conexión y por el país, porque no queremos un PSOE destrozado, porque nos importa la sociedad y los ciudadanos, todos los ciudadanos y eso creo que es un mensaje que debo trasmitir.
Aquí todo se mide en términos de números.: “Perderéis” se dice, pero ¿perder qué?, digo yo. ¿Por qué luchamos nosotros?, ¿por un puesto, por una secretaria general? Yo creo que luchamos por nosotros mismos, por el tipo que tenemos a nuestra derecha y nuestra izquierda en la batalla, por cada uno, por la ética de cada uno y por la lealtad de cada uno a unas ideas y un partido. Por eso el estado de ánimo dentro de este colectivo es eutímico, estable, da igual 1 que 10.000 avales; ni ganamos ni perdemos, hacemos lo que creemos que debemos hacer como políticos. ¿Que no tenemos 60.000 Avales?, pues vale no los tenemos, no importa ni disgusta. Y nosotros a lo nuestro, que eso si nos importa y lo tenemos claro. Y no olvidamos una cosa, que “y los cerdos volaron” como recordaba CARMEN en su discurso. Lo mejor que le puede pasar a la ciudadanía es un PSOE eutímico, como Patxi y como nosotros: tranquilos, sosegados y seguros de que luchamos por algo que trasciende a los aparatos y a los protagonismos. Esto, en una dialéctica de confrontación, es obvio que es minoritario, pero sin esto no habría esperanzas de superación de esa contradicción tan dura en la que se vive en el PSOE.
De niño, recuerdo en Los Jesuitas de Gijón, las sesiones de cine. En concreto “la Guerra de los botones”, una batalla de niños en la que se cortaban los botones de los pantalones como trofeo, y se ponían las vergüenzas al aire. Hablemos pues de la “guerra de los avales” y las macro vergüenzas del partido al aire. Es demasiada vergüenza política y social ya, como para que no exista un punto de equilibrio ni una memoria. Hay una vergüenza inicial, precedida de una causa, y unas consecuencias. Perdimos unas elecciones, y en un momento de caída importante del PP, el Secretario General del PSOE no supo o no pudo hacer las cosas, teniendo un camino clarísimo, hacia la ciudadanía. Esto tenía un precio que es la dimisión. Volvimos a perder y nadie dimitió. Si uno había demostrado complejos preocupantes, otra demostró maneras de “nomenklatura”. ¿Es recuperable la situación del partido para el ciudadano si se estrecha el canuto del debate con los mismos personajes? Me temo que no. Por lo tanto, la solución lógica sería una nueva pieza en el tablero. En política deben pagarse precios. El debate aparato-militancia es superfluo, el debate es capacidad-modelo y de fondo el contenido socialdemócrata.
Me quedo pues con CARMEN y lo que ella simboliza para mí y confío simbolice al ciudadano, capacidad, modelo, limpieza, paz y maneras. Un futuro al socialismo en este país.
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