Ruedas pelig.rosas
Dignidad con pestillo
Una de las ventajas de viajar por el mundo es poder comparar las condiciones de los lugares que se visitan: sus gentes, los climas, la herencia cultural, los paisajes, las costumbres en pueblos y ciudades, la limpieza de lugares públicos... y cómo no, la accesibilidad y la existencia o no de lugares específicos para personas con movilidad reducida como baños públicos adaptados.
Nuestra experiencia por distintos continentes nos descubre que hay grandes diferencias en función del nivel de desarrollo de cada sitio.
Así, mientras que en aquellos lugares con más conciencia social (o porque la ley obliga) hay baños específicos para personas con movilidad reducida diferenciados por sexos, en los sitios en los que el camino hacia la inclusión está iniciado pero aún en pleno recorrido, existen estos tipos de baños pero en solitario y de uso compartido para ambos sexos. En la mayoría del resto de entornos o no existen o están en unas condiciones muy deplorables.
Pero ubicados en una zona o entra otra, hay tres puntos, que por desgracia se dan en muchos de ellos en nuestro país.
1- Carecen de un pestillo interior que permita a las personas con movilidad reducida acceder con dignidad al baño, lo que obliga a un acompañante a situarse en la puerta para evitar ser molestado.
2- Son usados como trasteros donde se amontonan los más variados útiles de limpieza, envases vacíos, botellas, cubos... lo que obliga a entrar sorteando todo tipo de cosas como si de una cerrera de obstáculos se tratase.
3 -La puerta está cerrada y hay que buscar a alguien, que muchas veces ni se sabe quién es ni donde está, que amablemente nos facilite la llave para abrir la cerradura, para después hacer el mismo recorrido para devolverla.
La legislación es clara en este aspecto. El Decreto 13/2007 de la Comunidad de Madrid, en la Norma 6 de las Normas Técnicas contempla como primer requisito que “La entrada y uso de estos espacios y de todos sus elementos, estará permanentemente disponible para su utilización inmediata por cualquier usuario. En ningún caso las puertas de los baños podrán permanecer cerradas a los usuarios” (Nada de que haya que ir en busca o captura de una llave)
Como tercer requisito se marca que “Contarán con unas dimensiones mínimas de forma que se garantice a los usuarios la realización de una rotación de 360º y el acceso a todos los elementos” (Difícilmente se puede girar entre cubos, fregonas, botes de lejía y más).
El décimo requisito exige que “Sus puertas dispondrán de un mecanismo que permita desbloquear las cerraduras desde el exterior en caso de emergencia” (Q se puedan desbloquear desde el exterior, no que no existan).
Otro tema, es que en la mayoría de países de nuestro entorno el acceso a cualquier baño público, incluso en bares o restaurantes, no es libre sino de pago, lo que en cierta manera garantiza que se cumplan los tres puntos anteriores. Ya que cuando se paga por algo, es más fácil reclamar que el servicio sea de calidad y con cierta dignidad.
ruedaspelig.rosas@pelig.es
✕
Accede a tu cuenta para comentar