Medio Ambiente

Temprano calcula que estabilizar y reconocer a las plantillas forestales costará a la Junta 90 millones de euros

El secretario autonómico de UGT marca septiembre como límite para llegar a un acuerdo en materia forestal que se incluya en los Presupuestos de 2023

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, valora la situación de los agentes medioambientales en la Comunidad junto a Faustino Temprano
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, valora la situación de los agentes medioambientales en la Comunidad junto a Faustino TempranoJose Luis LealAgencia ICAL

El secretario autonómico de UGT, Faustino Temprano, marcó el mes de septiembre como límite para llegar a un acuerdo con la Junta en materia forestal, en el marco del Diálogo Social, y que éste se incluya en el proyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad para 2023, que el Ejecutivo deberá presentar en octubre. “Alcanzar un acuerdo en esta mesa sin un presupuesto adecuado no sirve absolutamente para nada”, sostuvo Temprano, durante una visita a Zamora acompañado por el secretario general del sindicato, Pepe Álvarez.

Por ello, estimó en 90 millones de euros la cifra necesaria para “afrontar el giro de 180 grados” que, afirmó, ahora el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, “sí desea acometer”. “Es una pena que se haya dado cuenta cuando ha muerto un trabajador en los incendios de Zamora”, sentenció.

Con esta cifra que sugiere UGT, con fondos propios de la Junta, se podría acometer las tres patas principales del nuevo acuerdo: reconocimiento de la categoría de bombero forestal, estabilidad en el empleo para los doce meses y conjugar la actividad de los trabajadores que dependen de la Administración y los de las empresas privadas.

Temprano explicó que las políticas medioambientales y forestales son “competencia plena” de la Junta: “No le puede echar la culpa al Gobierno, han fracasado un año más”. Sin embargo, aplaudió que el consejero “esté dispuesto a dar un giro de 180 grados” al abrir la mesa de Diálogo Social referente a las nuevas políticas forestales “como consecuencia de los incendios”. Hasta el momento se han celebrado varias reuniones de la mesa y “se sigue trabajando”, pero a fecha de hoy, aclaró, “no existe ningún tipo de acuerdo”. El próximo encuentro será el 26 de agosto. El planteamiento de UGT es “claro” y así se lo han trasladado a Suárez-Quiñones: “La prevención es fundamental durante doce meses, para para eso se necesita dinero”.

Igualmente, rompió una lanza en favor del consejero del ramo, ya que aseguró que UGT negociará “exclusivamente” con él, ya que es el que “tiene adjudicadas las competencias en medio ambiente”. “En la Junta hay un Gobierno único y no se puede permitir que por un lado haya propuestas por parte del consejero del PP y por otro, propuestas populistas de los consejeros de Vox”, criticó.

Temprano realizó estas declaraciones en Zamora, provincia que ha sufrido la quema de al menos 67.000 hectáreas este verano. Junto a él intervinieron, entre otros, el secretario general de la FeSP-UGTCyL, Tomás Pérez Ureña, quien lamentó que España “sea un país que “en lugar de prevenir se intentan solucionar las desgracias cuando ya han ocurrido”, en referencia a los incendios o al accidente moral laboral registrado en la construcción este lunes en Arroyo de la Encomienda (Valladolid), el cual también mencionó.

En este sentido, señaló que a la Junta “ahora le entran las prisas” para iniciar una negociación en materia forestal “y quiere pasar del siglo XIX al XXI directamente”. “UGT está en la negociación y queremos una política forestal del siglo XXI y que la Junta se dé cuenta de que tenemos un factor importante como es el cambio climático, que provoca incendios de sexta y séptima generación, más difíciles de apagar y que requieren una formación continua”, opinó. Pero lamentó que “Vox no deja a la parte del PP decirlo y se ha inventado el concepto ‘anomalía climática’, que parece lo mismo pero no dice lo mismo”.

Que no torpedeen

Igualmente, acusó al Ejecutivo autonómico de “torpedear” al Gobierno central, que “se ha comprometido a aprobar una ley en octubre para unificar categorías y la política forestal nacional”. “Se está encontrando bastantes impedimentos de algunas autonomías, en especial de la Junta de Castilla y León. Pido que no ponga palos en las ruedas y que colabore con el Gobierno para una política forestal unitaria, para que estos incendios se apaguen por bomberos forestales y los montes se cuiden por agentes con formación continua y con los medios suficientes”, expuso Pérez Ureña.

A su juicio, “no se puede seguir en el siglo XIX, a pesar de que ahora la Junta la dirigen personalidades más típicas de aquella época, que se pasan el día entre romerías y corridas de toros, como si fuera la España goyesca”.

Por último, cargó directamente contra el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, que “va a ver incendios con mocasines de piel”, y al que le afeó la medida de contratar a 400 parados para limpiar montes. “Son ocurrencias. Piensan que la prevención es simplemente quitar astillas de los caminos. La gente que está en el monte tiene que estar formada, no solo es limpiar con una escoba: hay que hacer cortafuegos, servicios selvícolas, saber dónde y cómo reforestar, que no es coger 400 parados y darles una escoba y mandarles a un monte. Que no es eso. Que esta gente entre ya en el siglo XXI”, les invitó.

Mandar “parados al monte”

Por otra parte, El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, afeó la medida anunciada por el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, y que materializará la Consejería de Industria, Comercio y Empleo, que dirige Mariano Veganzones, de contratar a 400 desempleados para trabajar en la prevención de incendios. “Puede haber gente que sea tan ignorante que crea que la solución sea enviar a unos cuantos parados al monte, a ver si unos cuantos dicen que no quieren ir y ya podemos levantar una campaña de que el problema en España no es el paro, sino que la gente no quiere trabajar”, expuso Álvarez para valorar en Zamora la situación de los agentes medioambientales en la Comunidad y la política forestal de la Junta.

A su juicio, “la última voluntad de la propuesta de la Junta” es poder acusar a la población de que “no quiere trabajar”. “¡Perdone! pero esto no va de coger al primero que encuentras, sino de formar a la gente, dar estabilidad contractual durante doce meses y generar un nuevo sector o aumentarlo de forma importante para poder resistir los efectos del cambio climático, que ya es una realidad”, indicó.

Tras enviar un “recuerdo” para los fallecidos este año en los diferentes incendios, aprovechó para exigir la dimisión del consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, “por su nefasta gestión” este año, e invitó a dar paso a “nuevas personas y nuevos proyectos”. Álvarez consideró que es una “anomalía histórica” que el consejero continúe en su cargo y recordó que “no hay referencias en el mundo de que ocurran siniestros como los vividos, en los que tan claramente se ve que hay responsabilidades que con otra política no hubieran pasado, y aquí no pase nada”.

También detalló que los “mismos que decían que no era necesario reforzar el servicio de extinción de incendios ni hacer política de prevención, ahora se caen del caballo y entiendan que hace falta contratar los doce meses”. “Yo creo poco en que los políticos desarrollen medidas diferentes a las que piensan; y creo poco en las caídas de los caballos y la nueva visualización bíblica de qué pasa en el futuro”, ironizó.

Concretamente, Álvarez calificó de “estúpido” a quien se cree que “como el 1 de julio se pone en marcha el operativo de lucha contra incendios, en junio no puede pasar nada. Pues miren, no”, sentenció, en relación al fuego de la Sierra de la Culebra, originado antes de empezar el verano y la época de máximo riesgo.

A su juicio, 2022 es un año “récord” desde el punto de vista de incendios forestales, algo que en Castilla y León “no sorprende” porque es el tercer año que el líder sindicalista visita a los bomberos forestales y agentes medioambientales de la Comunidad “y casi siempre hablamos de lo mismo”. “Si el año pasado alguien nos hubiera escuchado, seguramente algunos de los incendios no se hubieran producido este verano”, reprochó.

En este sentido, incidió en que el fuego y la climatología “no son científicamente coincidentes con los días de los meses”, y aunque incendios “siempre ha habido, especialmente en estos momentos, como consecuencia del cambio climático, se producen cuando las condiciones de la naturaleza creen que se tienen que producir”. Por eso, propuso que se apaguen “fundamentalmente en otoño, invierno y primavera y que los contratos de los trabajadores sean todo el año, no solo pensar en el día de extinción”.

Por ello, consideró que en la Sierra de la Culebra “tenía que ocurrir lo que ocurrió”, porque “no había medios y era imposible poder abordarlo”.

Mayor coordinación

Álvarez aprovechó su visita a Zamora para pedir coordinación entre las comunidades autónomas y el Gobierno en sus políticas de lucha contra incendios y en la prevención de catástrofes naturales como consecuencia del cambio climático. Aunque UGT sitúa la necesidad de dar una “dimensión europea a estos desastres”, apostó por empezar por una estatal y que los incendios no se conviertan en un “pim, pam, pum” de la política, sino en un “elemento de cohesión, coordinación y sumar esfuerzos y efectivos”.

Entre los “datos que claman al cielo”, el líder ugetista afeó que el cuerpo de agentes forestales ha pasado en España de alrededor de un millar en 1980, antes de las trasferencias a las autonomías, a los 600 de hoy en día. “Es una prueba evidente de que esto es un desastre al que hay que poner coto entre los gobiernos autonómicos y el central”, apuntó Álvarez, quien mencionó también la situación de los trabajadores fijos-discontinuos, “a los que por falta de voluntad aún no se ha integrado plenamente a este proceso de lucha contra incendios”.

Sugerencias de UGT

Por último, enumeró algunas de las sugerencias de UGT, para desarrollar políticas integrales en política forestal “a corto, medio y largo plazo”. En ese sentido, apeló a una planificación “adecuada” y medidas de asentamiento en zonas rurales “para luchar contra incendios y el reequilibrio territorial”, dado que “en buena parte los problemas de incendios se deben a despoblación”.

También apostó por “transformar el territorio con masa forestal menos inflamable”. “No sirve plantar cualquier cosa. Hay que trabajar en los montes para que la masa permita crear mosaicos y potenciar las más resistentes al cambio climático”, dijo.

Además de incrementar el periodo de contratación, urgió que las personas cuenten con formación y sepan “cómo actuar, conocer cada esquina y cada rincón, saber en qué lugar es apropiado luchar contra el fuego”. Igualmente, que las autonomías planteen planes de incendios “que se conozcan por todos los ciudadanos y que formen un gran plan nacional”, porque el fuego “no tiene fronteras”. Otra de las medidas para “mantener los pueblos vivos es fomentar empleos verdes de calidad”.

En materia legislativa se detuvo en dos medidas “paralizadas”. Por un lado, la ley que debe regular la acción de los agentes forestales a nivel nacional, bloqueada “como consecuencia del posicionamiento de las comunidades autónomas”. “Nosotros hemos seguido ese proceso a fondo y cuando ya pensábamos que los anteproyectos de ley se podían poner en marcha, las comunidades, a escondidas y sin dar la cara sus consejeros, con cierta nocturnidad y alevosía, se han negado básicamente porque no quieren gastar dinero, no quieren reforzar el papel de los agentes, que es básico”. A día de hoy “está en un cajón” a la espera de que las autonomías permitan “iniciar el proceso de tramitación parlamentaria”.

Y en segundo lugar, se refirió al Estatuto de Bomberos Forestales, que favorecería “acabar con esta situación de precariedad e indignidad”. “Trabajan seis meses, con salarios instalados en el SMI; y repiten por vocación”, criticó.

A su juicio, con estas políticas planteadas por UGT, en España “puede haber un cambio radical en cuanto a intensidad de incendios forestales, porque si en julio pones a miles de personas en los montes, muchos de ellos nuevos, se genera un problema de seguridad”. “Deben estar todo el año y formados”, concluyó.