Educación
CSIF arranca a Educación el compromiso de negociar la compatibilidad de los sexenios y la nueva carrera profesional
El sindicato independiente lamenta que el curso 2022/2023 haya ahondado todavía
más en la carga burocrática del profesorado
La consejera de Educación, Rocío Lucas, se ha comprometido -en una reunión que celebró con CSIF el pasado viernes 30 de junio- a negociar la compatibilidad de los sexenios y la nueva carrera profesional en el próximo curso, que este sindicato independiente viene urgiendo desde hace meses por el agravio comparativo que supone para los docentes de Castilla y León frente a los de otras comunidades.
Asimismo, CSIF ha pedido a la consejera un acuerdo para aumentar el complemento específico de los docentes itinerantes, que puede paliar el escasísimo incremento de kilometraje establecido por la Junta, y establecer un complemento para los equipos directivos de los colegios rurales agrupados (CRA).
La presidenta del sector de Educación de CSIF Castilla y León, Isabel Madruga, que ha valorado como positivo el encuentro con Rocío Lucas, ha remarcado la exigencia de que, el próximo curso, se apliquen todos los acuerdos y compromisos adquiridos por parte de la Consejería de Educación, tanto los derivados del acuerdo del 24 de enero de 2022 como la implantación de las 35 horas en el ámbito docente. Esto supondrá la reducción de las ratios de los segundos cursos de cada etapa educativa (el curso pasado se han reducido en los primeros); y también la disminución del horario lectivo, para que haya 24 periodos lectivos y no 25 en los maestros, y se vaya de forma mayoritaria a horarios de 17 horas en Secundaria.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) afirma que el curso finalizado de 2022/23 ha sido de una exigencia máxima para el profesorado y para toda la comunidad educativa, con la implantación de la LOMLOE en los cursos impares y el nuevo sistema de evaluación por competencias. Además, se han unido otras cuestiones como la evaluación de la competencia digital docente, que ha multiplicado la necesidad de formación de los docentes en un momento de enorme saturación de novedades normativas, metodológicas y procedimentales.
El nivel de exigencia de adaptar las programaciones, metodologías y evaluaciones al nuevo marco de la Ley Educativa ha dejado agotados a unos docentes que habían superado con nota un reto tan importante como superar la pandemia y transformar una enseñanza presencial en online. Sin tregua, una vez superado ese reto, el profesorado se ha encontrado con una precipitada implantación de una nueva ley educativa, otra más, que supone no solo un cambio normativo sino toda una transformación del paradigma educativo. En este sentido, no entendemos la razón por la que la Consejería de Educación se niega a la implantación del teletrabajo para tareas no lectivas demandada por CSIF, cuestión que sí se ha regulado para todo el ámbito de la administración pública de Castilla y León dejando de lado al profesorado.
El final de curso ha coincidido con la definitiva adaptación de la evaluación al marco LOMLOE, y esto ha supuesto una agotadora carga para un profesorado que ha tenido que desarrollar un proceso evaluador en el que debe valorar no solo los tradicionales contenidos o saberes básicos, sino hasta treinta cuatro descriptores correspondientes a las ocho competencias clave que establece la nueva ley educativa.
En este sentido, CSIF ha realizado una campaña nacional de recogida de firmas para pedir más formación para evaluar y más tiempo para la entrega de la documentación, que ha contado con el apoyo de más de 11.550 docentes de toda España, de los que 2.033 son de Castilla y León, exigiendo la simplificación de la evaluación y la reducción de la burocracia.
Por último, CSIF insiste en el reconocimiento a la labor del profesorado de Castilla y León, y en su “necesaria y justa” equiparación salarial, que tienen una pérdida de entre 500 y 700 euros mensuales con respecto a las Comunidades con las retribuciones más altas.
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