Sociedad

Pendones, cruces y estandartes honran a la Virgen del Castillo en El Royo (Soria) para cumplir con el voto de los antepasados de subir en romería

Las cinco poblaciones del municipio exhiben sus pendones de color carmesí, con tonos dorados, con una procesión en torno a la ermita, que fue interrumpida por la lluvia

Celebración de la tradicional romería de El Voto a la Virgen del Castillo, en el municipio de El Royo, que congrega los pendones, cruces procesionales y estandartes de El Royo, Derroñadas, Hinojosa de la Sierra, Langosto y Vilviestre de los Nabos en torno a la ermita del mismo nombre
Celebración de la tradicional romería de El Voto a la Virgen del Castillo, en el municipio de El Royo, que congrega los pendones, cruces procesionales y estandartes de El Royo, Derroñadas, Hinojosa de la Sierra, Langosto y Vilviestre de los Nabos en torno a la ermita del mismo nombreMiriam ChacónIcal

Los pendones, cruces procesionales y estandartes honraron hoy, un año más, a la Virgen del Castillo en El Royo (Soria) para cumplir con el voto que iniciaron sus antepasados de subir a la ermita en romería. Aunque en un principio siempre se celebró el primer lunes de julio, desde hace años tiene lugar el segundo sábado de este mes veraniego “para que así pudiera venir más gente, aquellos que son del pueblo pero viven fuera debido a la emigración”, señala a Ical el alcalde de la localidad, Raúl Gómez. Sin embargo, la romería, ya en la ermita, tuvo que ser interrumpida por la lluvia.

Se trata de una de las romerías más importantes de la provincia en todo lo que se refiere a la exhibición y muestra de pendones, señas de identidad que prácticamente se extienden por cada municipio de Soria y que son casi idénticos en cada lugar, de tela adamascada, con el característico color carmesí y con tonos y adornos dorados. “Es el día más importante del año para nosotros, más que las fiestas, porque participa todo el municipio, no es una fiesta local de cada pedanía”, apunta Gómez.

Y es que El Royo es un municipio con cinco pedanías: la que le da nombre y donde se encuentra la ermita de la Virgen del Castillo, a unos tres kilómetros, incardinada en el interior del monte, además de Derroñadas, Hinojosa de la Sierra, Langosto y Vilviestre de los Nabos, que conforman la Comunidad Cintora. “Cada uno de estos pueblos acude con la cruz, estandarte y pendón, a los que se suman las propias insignias de la ermita, que tiene los suyos propios. 18 símbolos en total”, comenta el regidor, quien señala que antiguamente se subía a pie, pero ahora, tras una breve misa en la localidad, se acude en tractores y remolques para llevar estas insignias.

Primero se celebró, antes de llegar la lluvia, una misa en El Royo para las personas mayores que no pueden ir a la ermita. Posteriormente, a las 10.30 horas, el pueblo acudió en procesión con las insignias, a las afueras, a la altura de la residencia de ancianos, donde recibió a las otras cuatro pedanías. Juntas, como todos los años, se dirigieron a la iglesia del Royo, y posteriormente, tras montar todos los símbolos en un remolque, fueron a la ermita, donde se incorporaron el pendón, cruz y estandarte de la Virgen del Castillo. Allí, tuvo lugar una breve procesión alrededor del castro. Tras la celebración eclesiástica empezó a llover. Habitualmente, se celebra comida en familia, con caldereta y cerezas de postre para todos.

En declaraciones a Ical, el historiador Santiago Caballero Rejas recuerda que el origen de este romería es incierto “porque se han perdido libros y documentos”, pero los expertos datan la talla de la Virgen en los siglos XIII y XIV. En el XV se observan datos “de oraciones que se hacen en esa ermita”. Siempre figura el pendón carmesí, con tonos dorados en algunos de ellos. “Es prácticamente idéntico en todos los pueblos”, comenta Caballero Rejas, quien apunta que los que salen son los originales en estas localidades, aunque “alguno hubo que restaurarlo”.

La peste o mirar al cielo

En la Edad Media, explica, había tres circunstancias que marcaban la situación de esta romería y los pendones. Por un lado, tenía lugar a causa de una gran sequía o mucha lluvia y “se sacaban los santos y las vírgenes” para pedir. También si ese año estaba protagonizado por la peste. Y la última cuestión, por los votos para “agradecer” la solución de esas situaciones. “Se acudía de muchos pueblos de la zona, a pie. Con mulas y carros y siempre con los pendones, insignias y estandartes levantados. Luego misa, procesión, baile y comida, y después se bajaba al pueblo. El rosario ahora se ha sustituido por una salve”, comenta.

Otro de los aspectos que se han modificado, ya en democracia, es que el Ayuntamiento ofrecía una comida de caldereta a todos los sacerdotes que asistían ese día, pero una de las primeras corporaciones municipales tras la Constitución Española decidió que “se pagaba no solo a la Iglesia, sino a todo el pueblo, y con cerezas de postre”.

“El pendón es la bandera de cada localidad. En aquellos tiempos estos pueblos eran independientes y eran sus señas de identidad. Con la repoblación, Alfonso XI conquista Toledo, repuebla el sur del Duero, y a partir de ahí se repuebla Soria y estos pueblos; y todos con su pendón”, desdeña Caballero, quien pone como ejemplo una donación efectuada en el siglo XII “de unos señores que entregan la denominada Dehesa de la Hermandad a estas localidades, y que es el germen de su unión, que ahora son todo un Ayuntamiento desde el último siglo”. “Siendo un único municipio, no tendría sentido que trajeran todos sus pendones, pero mantienen la tradición, ¡y hacen bien!”, reflexiona.