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Coronavirus: El apretón de manos, una historia de 3.000 años

La desconfianza la creó por el siglo IX antes de Cristo y ¿lo hará desaparecer en el XXI?

El general Lee y el General Grant en el armisticio de la Guerra Civil Americana
El general Lee y el General Grant en el armisticio de la Guerra Civil AmericanaArchivo

Dicen que estrecharse las manos nació como un gesto de paz, pero en realidad nació como gesto de desconfianza. La primera prueba documental de un apretón de manos la encontramos en el Museo Pérgamo de Berlín. Allí vemos una piedra funeraria del siglo V antes de Cristo en donde se representa a dos soldados estrechándose las manos. El concepto aceptado del gesto es que se trata de un acto de buenavoluntad y paz, pero se sabe que el echo de agarrarse mútuamente las manos no era otra cosa que asegurarse que el otro no tuviese armas y que al menos tuvieses agarrado al enemigo.

Entonces, ¿tanto vamos a perder si dejamos de darnos la mano para saludarnos a partir de ahora para prevenir el contagio de posibles infecciones como el coronavirus? La respuesta es no, por supuesto. La desconfianza asociada al hecho de darse la mano entre desconocidos es tal que en la época romana no sólo se cogían las manos, sino hasta los anterbrazos y el hecho de subir y bajar la mano no era otro que sacudir la manga del otro por si escondía dagas en el brazo. Y la costumbre de mirarnos a los ojos al hacerlo no es más que la necesidad de no apartar al otro de nuestra visión. ¿De verdad queremos heredar saludos simbólicos del miedo?

La historia del apretón de manos es fascinante. Los mismos asirios, como se puede ver en un relieve del siglo IX antes de Cristo, lo utilizaban como elemento final en una reunión o tratado. Allí está representado el rey Shalmanaser III saludando a un representante babilonio. En la Antigua Roma incluso hay representaciones en monedas y se cree que representaba amistad y lealtad.

Otro significado asociado al apretón de manos es el de que unifica a las dos personas como iguales, con lo que se pierde cualquier jerarquización social y se muestra que uno está tranquilo y cómodo con la otra persona, a pesar de las diferencias, algo que se prolongaría en el tiempo hasta los tiempos de los cuáqueros en el siglo XVII, que pensaban que era un gesto “democrático” y popularizaron el saludo. En el Panteón del Acrópolis ateniense se puede ver a Hera, diosa del matrimonio, dando la mano a Atenea, diosa de la sabiduría. Vemos allí cerrarse un vínculo que también se trasladaría después a los matrimonios. En el siglo XVII, muchos retratos de matrimonios eran pintados con los dos dándose la mano.

Las diosas Hera y Atenea dándose la mano
Las diosas Hera y Atenea dándose la manoLa Razón

A finales del XVIII y principios del XIX existían guías de etiqueta de cómo realizar un correcto apretón de manos. En la era victoriana era de tan mala educación dar un apretón muy fuerte como un suave y se estableció definitivamente la pauta del saludo actual. “Un caballero que de forma grosera apriete la mano que le ofrecen en el salido, o que la agita violentamente, no debería volver a tener la oportunidad de repetir su ofensa”, se establece como norma en 1870.

En la actualidad, han salido nuevas variantes como el de chocar puños. En Estados Unidos, donde se inició la moda, un 49 por ciento de la población lo prefiere al apretón de manos. Incluso Barack Obama se le vio interpretando a su manera este saludo. Y luego existen otras más extendidas como el de chocar las palmas. Esta variante nació hace sólo 40 años en el beisbol profesional americano. Dos equipos se disputan su origen, Los Ángeles Dodgers en el 77 y los Lousiana Cardinals en el 78. Aunque su inspiración nace en los años 20, en plena era del jazz, cuando los cantantes, músicos y bailarines “se pasaban la piel” rozando la palma con los dedos hasta la muñeca.

En definitiva, la desconfianza creó el apretón de manos y la desconfianza quizá acaba con él. No está mal como círculo de la vida.