Cultura

Milo Manara: «La mayoría de los políticos están lejos del coraje»

El dibujante italiano habla con LA RAZÓN de la serie que realiza dedicada a las heroínas que luchan contra el coronavirus

Dibujo de una enfermera enfrentándose al virus.
Dibujo de una enfermera enfrentándose al virus.Milo ManaraMilo Manara

Por un tiempo, el dibujante italiano Milo Manara ha decidido aparcar sus ilustraciones de gran erotismo para reivindicar la labor de quienes luchan contra el coronavirus. Así, desde hace unas semanas publica en sus redes sociales una nueva ilustración con la que sus célebres chicas rinden homenaje a cajeras de supermercados, doctoras, enfermeras, policías o transportistas, todas aquellas personas que plantan cara al virus. Manara habla desde su casa en Valpolicella con LA RAZÓN.

–Ante todo, ¿cómo está enfrentándose a estos difíciles días que se están viviendo en Italia, pero también en otros países, como también sucede en España?

–Vivo y trabajo en el campo, en Veneto, en una casa aislada con un poco de espacio al aire libre que me permite no sufrir el confinamiento. En absoluto puedo quejarme. Me considero afortunado con respecto a millones de personas en todo el mundo que viven en apartamentos y, en algunos casos, demasiado apretados. Asimismo, mi trabajo se desarrolla en condiciones normales o casi. Las dificultades que puedo tener son de orden moral, ni técnicas ni logísticas.

–¿Cómo nació la idea de retratar a heroínas anónimas que, día tras día, luchan contra el virus y hacen posible que los países siga funcionando?

–El mío es un trabajo que exige de cierta concentración y tranquilidad. Al no conseguir tener ni la una ni la otra, no podía seguir creando normalmente, así que me pregunté qué podía hacer dibujando para sentirme un poco útil en medio de esta catástrofe. Así que comencé a dibujar unos pequeños agradecimientos a todas aquellas personas que ponen en riesgo sus vidas al seguir haciendo sus trabajos, muy a menudo sin las protecciones necesarias, sobre todo, en tiempos como este. Y lo hice con la esperanza de que estos dibujos pudieran ser también una manera de animarla a todas, haciéndolas sentir menos solas.

–Probablemente, uno de los dibujos más impactantes es «Coraggio» (coraje). ¿Debemos actuar como la enfermera que usted retrata que se pone de pie para luchar contra el virus?

–Sin duda. Si todos tuviéramos el coraje que han demostrado las enfermeras, los enfermeros y los médicos… Tendríamos que tomar ejemplo de ellos. No sé si en España, pero en Italia han perdido la vida más de 130 médicos, más de 30 enfermeros y más de 10 farmacéuticos. Y todo esto no ha terminado todavía. Todos conocían y conocen muy bien el riesgo que corrían y corren. ¿Cuántos de nosotros habríamos sido capaces de hacer lo mismo? Quiero, además, subrayar que esos trazos rojos, esas pequeñas heridas presentes en todo el rostro de la enferma, son la consecuencia de las horas dedicadas, día tras día, a luchar con la mascarilla apretando el rostro.

–Durante este confinamiento, ¿está trabajando en algún otro proyecto?

–Sí, claro. Yo no vivo de las rentas, desgraciadamente, y tengo que velar también por otras personas: hasta la hora de cenar, dibujo estrictamente por trabajo. Después de cenar, si me perdona la retórica, dibujo por y para el corazón.

–Las «chicas Manara» son mujeres seguras de sí mismas, pero también vulnerables. ¿Somos todos hoy un poco «chicas Manara», estamos seguros de conseguirlo, pero consciente de nuestra vulnerabilidad?

–Más que una pregunta, sus palabras son un elogio, amable, pero inmerecido. Es cierto que hemos descubierto que somos mucho más vulnerables de lo que creíamos, pero, ¿estamos convencidos de que podremos con todo esto? Colectivamente, sin duda, pero, a nivel individual, hay más esperanza que certeza.

–Sus dibujos retratan el presente, pero en el futuro serán testimonio de algo pasado.

–Si le soy sincero, no había pensado en esto cuando comencé, pero es posible que, en el futuro, contribuyan también para recordarnos esta espantosa epidemia y cuáles fueron las personas realmente importantes para nuestras vidas y a las que les debemos estar profundamente agradecidos.

–Usted retrata a los héroes anónimos, aunque, si tuviera que plasmar la gestión del virus, ¿cómo lo haría?

–Para retratar la gestión de este maldito virus debería dibujar, si tuviera el talento, una panorámica a la manera del gran Maurits Cornelis Escher. Es decir: un enorme y absurdo edificio surrealista donde, en medio de una ilusoria racionalidad, reinara la más desesperante confusión y donde cada escalera, pasillo o puerta condujesen a situaciones estrambóticas e imposibles, pero que aparentemente son lógicas. ¡Necesitaríamos al genio de Escher!

–¿Cree que estos héroes que usted pinta están más a la altura de las circunstancias que los políticos?

–No quisiera hablar de los ellos. No por una cuestión de apatía política, sino porque considero que la mayoría de ellos, no todos, para no generalizar, están muy lejos del coraje, del altruismo, de la abnegación y de la modestia que definen a todas las bellas protagonistas de esta fea historia.

–¿Ha recibido el comentario agradecido de alguna de estas heroínas que se ha visto reflejadas en sus dibujos?

–Sí, desde todas partes del mundo recibo muchísimos comentarios, algunos alegres y otros conmovedores. Y, cada vez que los veo, me sorprende el descubrir que estas personas me dan las gracias por haberles dado yo las gracias por su trabajo.