Infraestructuras
El Gobierno promete 6.348 millones para Cercanías en Cataluña a pocos meses de las elecciones
Las inversiones contemplan incrementar un 58% la oferta ferroviaria para adaptarse a los nuevos tiempos
Corría el año 2006 cuando Generalitat y Ayuntamiento estimaron en 6.051 millones la puesta a punto del maltrecho servicio de Cercanías, posteriormente, Rodalies, de Barcelona. El año siguiente se hundía el túnel ferroviario a la altura del Gornal con las prisas del AVE dejando en la estacada y sin servicio a centenares de miles de usuarios. Parecía la excusa perfecta para acometer las ansiadas inversiones. La por aquel entonces candidata socialista, Carme Chacón, prometía una cifra muy similar: 6.135 millones. Saltamos unos años, hasta 2014, con Ana Pastor como ministra de Fomento, que se descolgaba con un nuevo plan de Cercanías por un valor de casi 4.000 millones. Y así hasta hoy. El actual ministro del ramo, José Luís Ábalos, ha presentado el nuevo, enésimo, proyecto de Rodalies para Cataluña, esta vez con una inversión de 6.348 millones. La reiteración de las promesas, por lo tanto, no hace más que demostrar que la inversión real se ha limitado a tapar agujeros mientras el sistema se desangra.
En cualquier caso, las inversiones propiamente del plan suman 5.630,29 millones, de los cuales 2.902,34 millones están previstos hasta 2025 y otros 2.727,95 millones, hasta 2030. El plan prevé incrementar un 58% la oferta para atender el incremento del 50% de la demanda previsto para los próximos años. El plan también prevé 120 kilómetros de nuevas vías, diez nuevas estaciones y 101 nuevas unidades eléctricas. La partida para los cinco primeros años será de 2.902 millones de euros, mientras que el resto llegará entre 2025 y 2030. Se creará una comisión mixta entre el Ministerio de Transportes y la Generalitat para seguir el plan de Rodalies
Los objetivos del plan contemplan reducir los tiempos de viaje, mejorar la puntualidad y el confort, la accesibilidad, la capacidad de transporte y la intermodalidad de la red para “crear un sistema de transporte atractivo, digital, que ponga a las personas en el centro de todas las actuaciones”.
Al respecto, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha sostenido que ve con optimismo la posibilidad de que se marque este punto de inflexión y ha advertido de que será necesario “estar vigilantes y ser exigentes” para que esta vez lo sea de verdad. Ha sostenido que los vecinos de los barrios del entorno de La Sagrera han tenido mucha paciencia porque llevan muchos años viviendo al lado de una “herida urbanística” y ha asegurado que comparte un su cierto escepticismo con las obras.
El conseller de Territorio, Damià Calvet, por su parte, ha dicho que están cansados de planes y estrategias porque han pasado los años y no se han ejecutado muchas partidas presupuestarias asignadas, y ha preguntado a Ábalos si éste será el primer plan que cumplirá el Gobierno sobre Rodalies: “Comprenderá que miremos este plan con un cierto escepticismo”. Calvet ha criticado que se trata de un plan que no ha hecho la Generalitat y que tampoco se ha contado con ella, ya que, ha añadido, solo se ha colaborado con la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), algo que para él indica que el ministerio no acaba de creerse el Estatut: “No se respeta lo que se ha salvado de su desnaturalización por parte del Tribunal Constitucional”.
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