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Libro

Las siete muertes del mejor Barça de la Historia (y del periodismo deportivo)

El periodista Francisco Cabezas debuta con una autoficción que relata el amanecer y el ocaso del club en las dos últimas décadas

El 2-8 del FC Barcelona contra el Bayern en Lisboa Manu FernandezAP

«Perder es lo normal. Pero es la única rutina a la que tenemos miedo». Bajo esta premisa debuta el periodista Francisco Cabezas con «Perder» (editorial Panenka), una autoficción que relata el amanecer y el ocaso del mejor Barça de la Historia.En paralelo al balón discurre la carrera de un joven recién salido de la facultad, vecino de los Estopa en San Ildefonso (Cornellà) que cambia el gris del extrarradio por la pompa del centro de Barcelona. Es Carlos García y firma como K. –«un pseudónimo de periodista iluminado»– al entrar de becario en uno de los diarios más importantes a nivel nacional.

Pronto y tras alguna que otra pirueta del destino pasa a convertirse en el encargado de las crónicas del Barça –«En unas pocas semanas había pasado de aprender mecanografía a tener un contrato de trabajo. El rey del mambo»– y a seguir al equipo de su vida por medio mundo: se trata del primer Barça de Rijkaard, un equipo imberbe y con Ronaldinho como estandarte.

El zapatazo de Belletti en París, la agonía de Iniesta en Stamford Bridge –«Aquella noche aprendí que iba a sufrir como un perro en este trabajo»–, el cielo de Manchester o el infierno de Lisboa son sólo algunos de los pasajes que conforman «Perder». Un relato visceral, una «crónica de crónicas» que ahonda en la doble cara del deporte, de la madurez, del trabajo y de un oficio –«el mejor del mundo»– de la mano de Francisco Cabezas, periodista con más de 20 años de trayectoria escribiendo crónicas del Barça en «El Mundo». Siete episodios sirven para resumir una era.

La crueldad del 11-M

Casi como punto de partida aparece uno de los partidos con más carga emocional de la Historia reciente. «Unas horas después de que el terrorismo islámico hiciera estallar cuatro trenes de Cercanías de Madrid en el peor atentado de la historia de España, el Barça jugó como si nada en Glasgow la ida de los octavos de final de la Copa de la UEFA». K. aguardaba en la redacción mientras Fermín seguía el partido desde el estadio. El pitido final y su desenlace marcan el rumbo de este joven periodista y muestran la crudeza de un deporte convertido en espectáculo global.

El fútbol, desde la barrera

Vive K. y cuenta Cabezas cómo ha cambiado el Barça, el juego y el deporte a lo largo de las dos últimas décadas. También la relación de los medios con los propios protagonistas de la historia con el desternillante episodio de Winston Bogarde como antesala de una época que ya pasó. «En el periodismo de hoy en día ni siquiera hay opción a esa respuesta de dos palabras. Al reportero ya no le dejan estar presente en los entrenamientos. Los jugadores han sido encerrados en burbujas a las que pocos pueden acceder. Su círculo, más allá del familiar, acostumbra a reducirse a una serie de asesores mediáticos que son los que intentan orientar su discurso y dirigir tanto la opinión pública como la publicada».

Los clubes-Estado

También la aparición de los jeques y sus talonarios con los que adueñarse de equipos enteros, las jaulas de oro –del PSG vendedor con Ronaldinho a la “cárcel” de Neymar en apenas una década– y una competición tan «rimbombante» como es el Mundial de Clubes que evidencia que el dinero compra y exhibe jugadores mientras «oculta la mano de obra barata» o «niega a la mujer».

El cielo de Wembley

Cabezas no duda cuándo se le pregunta por el mejor partido que ha visto nunca. El 3-1 en la final de la Champions contra el Manchester United en 2011. «El nivel de juego que alcanzó aquel equipo fue supremo. No he visto en mi vida un equipo que jugase con esa velocidad, armonía, velocidad ofensiva. Parecía una gran orquesta en la que no había ningún instrumento que desafinara. Aquí el Barça alcanzó la excelencia deportiva». Relatado en la novela, aquí K. empieza a reconstruir obsesivamente jugadas en su cabeza.

El periodismo en crisis

«Perder» supone también un relato en primera persona de la carga más amarga de la profesión. Las redacciones ruidosas y cargadas de humo dejan paso a sillas vacías tras ERES, Ertes y despidos a dedo. El consumo compulsivo manda y la dependencia del clic se convierte en una asfixia para el cronista.

El infierno de Lisboa

Con la misma rotundidad que la de Wembley se posiciona Cabezas sobre el ocaso del Barcelona. «Fue la culminación de la era de la decrepitud, el 2-8 contra el Bayern en Lisboa. Estábamos en pandemia, con el campo vacío. De aquel día se me ha quedado grabada en la cabeza la estampa de Messi. Un futbolista que estaba completamente desconcertado, perdido, incapaz de rebelarse».

Un juego de ¿hombres?

Otra de las asignaturas pendientes que deja entrever el libro de la mano de una compañera de beca de K. que fracasa en su intento de convertirse en periodista deportiva. En tiempos de fuerte boom del deporte femenino, conviene quedarse con su despedida: «Seguiré leyéndote y subrayando las cosas que no me gusten. Aunque no tienes por qué hacerme caso. Las tetas no me dejan pensar. Si no hay una sola mujer escribiendo crónicas del Barça será por algo. Y yo pensaba que por mis santos ovarios iba a cambiar el mundo».