Ciencia

Cómo ver el eclipse solar de hoy si vives en España

El eclipse será visible en todo chile y buena parte del resto de Sudamérica, pero se retransmitirá a todo el mundo.

AME4950. CARAHUE (CHILE), 13/12/2020.- Un científico de la facultad de Astronomía de la Universidad de Chile observa el sol con gafas para eclipses hoy, en Carahue en la región de la Araucanía (Chile). El sur de Chile y más en concreto la región de la Araucanía será el epicentro del eclipse solar total que tendrá lugar el próximo día lunes 14 de diciembre. EFE/Alberto Valdes
AME4950. CARAHUE (CHILE), 13/12/2020.- Un científico de la facultad de Astronomía de la Universidad de Chile observa el sol con gafas para eclipses hoy, en Carahue en la región de la Araucanía (Chile). El sur de Chile y más en concreto la región de la Araucanía será el epicentro del eclipse solar total que tendrá lugar el próximo día lunes 14 de diciembre. EFE/Alberto ValdesAlberto ValdesAgencia EFE

Los eclipses nos fascinan. De repente, algo que damos por hecho, como la redondez del sol o la blancura de la luna cambian, rompiendo la cotidianeidad e inspirándonos todo tipo de explicaciones místicas. Mascotas que devoran a la Luna tiñéndola de sangre, cabezas flotantes que engullen al Sol haciéndolo desaparece, la variedad ha sido amplia. Los más perseguidos por los aficionados son los eclipses solares totales, aquellos donde, durante unos minutos, el día se hace noche cerrada, precisamente como el que tendrá lugar hoy, 14 de diciembre de 2020, a las 3:40 hora de Madrid (9:40 EST).

En principio, el eclipse solo será visto en los cielos del continente sudamericano, especialmente en Chile, pero eso no significa que no podamos seguir su retransmisión. Por suerte para nosotros, los telescopios tienen la costumbre de retransmitir los eclipses, y en este caso será la misma NASA quien lo emita desde varias de sus plataformas, algunas de ellas incluso con comentarios en español.

¿Dónde ver la retransmisión?

Estamos ante un gran evento para los aficionados a la astronomía que no se repetirá hasta el Antártida en diciembre de 2021, por lo que resultará muy difícil de observar. Los cazadores de eclipses tendrán que esperar no uno, sino casi tres años más para disfrutar del siguiente eclipse solar total en una ubicación accesible, que tendrá lugar en abril de 2023 en Indonesia y Australia. Por otro lado, la situación de pandemia que estamos viviendo ha truncado los viajes de muchos aficionados que tendrán que conformarse con verlo en diferido. Por suerte, tienen opciones:

Mapa esquemático de la trayectoria del eclipse de 2020 en Sudamérica. Crédito de imagen: Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA
Mapa esquemático de la trayectoria del eclipse de 2020 en Sudamérica. Crédito de imagen: Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASACentro de Vuelo Espacial Goddard de la NASACreative Commons

¿Qué tipos de eclipse existen

Ahora bien, si queremos verlo disfrutándolo todo lo posible deberemos saber un poco qué estamos observando. Un eclipse en el sentido más amplio de la palabra no es más que el alineamiento de tres objetos astronómicos ordenados de tal modo que uno bloquee la luz procedente de otro impidiendo que ilumine a un tercero. En el caso de hoy será la luna quien se interponga entre nosotros y el sol, proyectando su sombra sobre la superficie de nuestro planeta, como si estuviera jugando a hacer sombras chinas.

Podríamos decir que pueden existir tres tipos de eclipses de sol. Los parciales, donde la luna solo cubre una parte del Sol como si fuera un mordisco. El total, como es el caso del de hoy, donde la luna está suficientemente centrada y cerca de nosotros como para cubrir por completo el Sol. En estos casos se vuelve visible a simple vista una parte de la atmósfera solar que normalmente no podemos distinguir: la corona. Precisamente esto hace de los eclipses totales una gran oportunidad para estudiar esta capa del sol, la cual todavía esconde grandes incógnitas, como su extrañamente elevada temperatura estando tan lejos de la superficie solar.

Por otro lado, hay un tercer tipo de eclipse, los anulares. En estos casos, la Luna se encuentra relativamente lejos de la tierra, en los puntos más apartados de su órbita (que recordemos que no es circular, sino elíptica, como el contorno de un balón de rugby). Al estar tan lejos se ve algo más pequeña desde la Tierra y no es capaz de cubrir del todo el diámetro del sol, dejando un intenso anillo al descubierto.

Eclipse lunar total visto desde Praga (República Checa). EFE
Eclipse lunar total visto desde Praga (República Checa). EFElarazon

Finalmente, es importante recordar que no todos los eclipses son así. En los de Luna es la Tierra la que se interpone entre ella y el Sol. Cuando son parciales podemos ver la sombra de la Tierra proyectada en la Luna, oscureciendo parte de su superficie. No obstante, en este caso los eclipses totales son bastante diferentes a lo que vemos con los solares. En este caso, cuando se alinean con suficiente precisión, la Luna no se oscurece por completo, sino que se tiñe de rojo. Esto se debe a que la luz que llega a ella es la que ha atravesado la atmósfera de la Tierra. Al hacerlo, los rayos chocan con las partículas que la componen haciendo que algunos colores (longitudes de onda) se dispersen. Entre ellos, se pierde el azul, por ejemplo, que sale rebotado en todas las direcciones perdiendo su trayectoria original y permitiendo que veamos el cielo azul. Debido a esto, a la Luna acaba llegando mayormente luz roja. Es lo que se conoce como dispersión de Rayleigh.

El arte por el arte

En ninguno de los casos anteriores ocurre nada realmente reseñable. Puede parecer una afirmación extraña, pero su valor (a excepción del estudio de la corona que permiten los eclipses totales de sol) no supone ningún cambio real en nosotros ni en nuestro entorno. Durante los pocos minutos que dura, algunos animales pueden verse confundidos, al igual que lo estaría uno de nuestros antepasados más remotos si, desconociendo los fundamentos más básicos de astronomía, el día se oscureciera de repente. No obstante, la confusión es momentánea y no altera los ritmos circadianos de los organismos, encargados de controlar la vigilia y el sueño. Dicho con palabras menos frías: un eclipse es una casualidad tremendamente estética, algo que simplemente pasa y que despierta en nosotros la maravilla. Esa falta de propósito y de consecuencias es parte de lo que hace de ellos algo tan bello.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Ver un eclipse a través de un teléfono, unas gafas de sol, una cámara, una radiografía o un telescopio sin filtros especiales es peligroso. Los eclipses de sol han de verse con la protección ocular pertinente: lentes para eclipses o telescopios con un filtro adecuado, y por supuesto, jamás a vista descubierta.
  • Los eclipses no tienen ningún tipo de influencia sobre nosotros, ni siquiera gravitatoria, ya que la fuerza que pueden ejercer el Sol o la Luna a estas distancias son imperceptibles. Recordemos que la gravedad disminuye rápidamente a medida que nos alejamos de su fuente, concretamente con el cuadrado de la distancia.
  • Es frecuente escuchar que Tales de Mileto (el fundador de la filosofía para no pocos historiadores) predijo un eclipse solar total que tuvo lugar el 9 de julio del 585 a.C. Ahora sabemos que aquel eclipse tuvo lugar, pero lo cierto es que es improbable que lo hubiera podido predecir con el conocimiento que existía por aquel entonces. Una explicación frecuente es que tomó el dato “prestado” de cálculos hechos por los babilonios, mucho más avanzados en astronomía por motivos religiosos. En cualquier caso, esta explicación se enfrenta a pegas parecidas, no resultando del todo satisfactoria.

REFERENCIAS (MLA):