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“Moira”: Oscuro regreso a la dictadura argentina

Daniel Lovecchio muestra la realidad colectiva de los represaliados de aquel país a través de su propia historia personal

Malena Alterio interpreta el papel de una de las madres de la Plaza de Mayo
Malena Alterio interpreta el papel de una de las madres de la Plaza de Mayolarazon

Hablar de lo que duele siempre es bueno para una sociedad. Porque cura. Esa es la filosofía histórica y personal que sostiene Daniel Lovecchio y uno de los principales motivos que le han impulsado a hacer «Moira». En este último trabajo, el cineasta y dramaturgo argentino, que además actúa como protagonista, rebaña las esquinas de un pasado que escuece para contar la historia de Germán, un exiliado afincado en Madrid cuya herida surge de la tierra y del miedo. La dictadura como germen y la desaparición como consecuencia. Entre esas orillas navega la creación de Lovecchio y también la de su hija Nerea, encargada del guión de la cinta. La joven asegura que escribir este proyecto junto a su padre surge como un acto de amor hacia su familia, como homenaje a una realidad colectiva: «El arte es esto. Si no mueve al que lo realiza difícilmente va a provocar nada en quien lo ve. Y a mí esta aventura me movía mucho. Siempre tengo el amor muy presente en cada proyecto que realizo. Quería contar algo que estaba en cierta manera velado por el dolor, por la existencia de sentimientos encontrados... Me atraía mucho la idea de representarlo y ficcionarlo a través del respeto y el amor hacia la memoria de mi familia. Era algo que tenía que sacar de dentro».

Juventud comunista

Son los constantes viajes a la juventud comunista de Germán los que construyen el ritmo de una cinta que es una proclama y también un grito. La identificación de Daniel con Germán no es, en ningún caso, fortuita: «Llego a España en el año 79 y aunque a día de hoy me siga dando pudor decirlo, soy un exiliado de aquella época. Muchos amigos están desaparecidos, muchos afectos también. El personaje de Germán es una ficción autobiográfica desde el momento en el que narro sensaciones que yo también viví como la rabia, la incomprensión o el desasosiego por las desapariciones y las torturas. A pesar de la dureza que supone adentrarse en heridas tan profundas como las que me puede causar el recuerdo de ese pasado, soy actor y nosotros estamos acostumbrados a entrar y salir de la ficción. La memoria es otra cosa. De ahí nunca regresa uno ileso». En ese pasado que amenaza con volver también ha encontrado la actriz Malena Alterio un punto de encuentro lo suficientemente importante como para participar en este proyecto. La también argentina lo hace en forma de madre de Germán. Una de tantas cuya esperanza quedó amputada por la represión y no pudo volver a aquel puesto del rastro de Buenos Aires a comprar «corazones de miga de pan» ni «soldaditos de plata» para sus hijos.