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Doce años de cárcel para la mujer que apuñaló a su pareja mientras él la grababa

El jurado considera probado, por unanimidad, el relato de hechos realizado el fiscal

La Ciudad de la Justicia de Valencia
La Ciudad de la Justicia de ValenciaKike Taberner

Culpable de homicidio. Este el veredicto del jurado que ha considerado probado, por unanimidad, el relato del fiscal en el caso de Flor María Ch.S., quien apuñaló en el corazón a su pareja, Milko Remberto, mientras él grababa en el móvil sus últimos minutos de vida en el domicilio que ambos compartían en Valencia.

Así, deberá cumplir, con toda probabilidad, una pena de doce años y medio de prisión, según la solicitud de Ministerio Fiscal, después de que el juez que ha dirigido la vista dicte la sentencia. Hay que recordar que el jurado se limita a dictar el veredicto sin posibilidad de establecer la pena.

Frases como “No sabes lo hija de puta que soy. Te voy a matar” fueron escuchadas por el jurado desde el teléfono de la víctima que gravó los último 20 minutos de su vida.

En la determinación de la condena pesará el hecho de que el jurado no ha considerado probado que la acusada tuviera afectada su capacidad de decisión por un consumo elevado de sustancias estupefacientes o de alcohol, ni que actuara llevada por una alteración insuperable de su estado de ánimo, dos posibles circunstancias atenuantes que no actuarán en su beneficio.

En la segunda de las sesiones del juicio varios médicos forenses declararon que la acusada no actuó alterada por patologías psicológicas, ni bajo los efectos de una embriaguez grave. El magistrado dirigió dos preguntas en este sentido al jurado, para saber si debía aplicar alguna de las atenuantes reclamadas por la defensa, las ya citadas de alteración psicológica y afectación por consumo de alcohol. El jurado, en línea con los indicios, ha considerado que solo puede tenerse en cuenta un consumo leve de alcohol por parte de la acusada, contra quien sí aplica las circunstancias agravantes del homicidio valoradas por el fiscal, como son la superioridad por parte de la agresora y el parentesco con la víctima.

Los hechos ocurrieron cuando la víctima y la homicida, ambos bolivianos, discutieron el 23 de octubre de 2017 en la calle Rubén Vela de Valencia en lo que uno de los forenses calificó de crisis de pareja: él la estaba abandonando y ella se resistía a aceptarlo."No te quiero, solo quiero que aceptes que no te quiero, solo quiero que me dejes que me vaya", dice el hombre, que puso en marcha la grabadora de su móvil sin saber que registraría en ella sus últimos veinte minutos de vida, los que transcurrieron mientras discutía con la homicida.

El escrito del fiscal, considerado probado punto por punto por el jurado, señala cómo en un momento determinado de la discusión que mantenían ella tomó un cuchillo de grandes dimensiones (en la grabación se escucha su voz alejarse y después la reacción desconcertada de él) y atacó al hombre con ánimo de matarle, tal y como le había anunciado minutos antes. Milko, en ropa interior y desprevenido, no pudo defenderse.