Economía

“Inauguré mi clínica el 2 de marzo y la tuve que cerrar el 13”

Así impacta el estado de alarma en los emprendedores que acababan de abrir sus puertas justo antes del confinamiento

Antonio Bermejo, director de Riber Center, es doctor en Fisioterapia y osteópata
Antonio Bermejo, director de Riber Center, es doctor en Fisioterapia y osteópataLa Razónemprendedores estado de alarma comunidad valenciana

Mucho se ha hablado a lo largo de estos dos meses de los efectos del estado de alarma en las empresas y comercios: ERTE que nadie sabe cuánto tiempo durarán, género sin salida en el mercado, alquileres que se pagan a fondo perdido... Si las consecuencias para un negocio consolidado son duras, para una empresa que acababa de abrir sus puertas justo antes de que se decretara el estado de alarma, todo es mucho más complicado.

Es el caso de Antonio Bermejo, doctor en Fisioterapia y osteópata. Antonio, sevillano de nacimiento, abrió las puertas de su nueva clínica en Valencia, Riber Center (calle Humanista Furió, 5), el lunes 2 de marzo, tras meses de reforma del local y una cuantiosa inversión económica que pensaba amortizar en los meses siguientes a la apertura. Pero toda su ilusión se vio truncada cuando el viernes 13 de marzo, solo once días después de su apertura, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que al día siguiente entraría en vigor el estado de alarma.

Aunque los fisioterapeutas fueron declarados servicio básico, puesto que corresponden a la rama sanitaria, pocos fueron los que decidieron permanecer abiertos. “Se trataba de una cuestión de responsabilidad, nuestra actividad es de contacto, no nos podíamos convertir en un foco de contagio”, explica el doctor Bermejo.

Fueron muchos los profesionales que, como él, decidieron cerrar sus clínicas, con el agravante de que al no estar obligados a hacerlo, no podían acogerse a ninguna de las ayudas públicas dirigidas a pyme y a autónomos. “Algunos de mis compañeros consiguieron ayudas de las mutuas, pero no saben si las tendrán que devolver, osea que es pan para hoy y hambre para mañana”.

Antonio reabrirá su clínica a finales del mes de mayo, cuando finalice su baja paternal
Antonio reabrirá su clínica a finales del mes de mayo, cuando finalice su baja paternalLa Razónestado de alarma emprendedores comunidad valenciana

“Para un emprendedor ya es todo bastante complicado, con las trabas burocráticas, la enorme inversión que requiere la puesta en marcha de un negocio... así es que el confinamiento lo complicó todo aún más”, explica este joven sevillano, para quien este periodo ha tenido un factor aún más diferenciador y esencial: fue papá a finales de abril.

“Dicen que los niños llegan siempre con un pan debajo del brazo, y en este caso así ha sido, puesto que ahora tengo la prestación por paternidad hasta finales de mayo”, cuenta Antonio, quien asegura que reabrirá su clínica inmediatamente después a que finalice su baja paternal.

Y, ¿qué pasará entonces? Para la mayoría de profesionales autónomos esa es la mayor duda. ¿Qué pasará después del confinamiento? ¿Volverán los clientes? En el caso de Antonio, asegura que ya tiene lista de espera para la reapertura. “Algunos pacientes se quedaron con el tratamiento de sus lesiones a mitad, otros se han lesionado durante el confinamiento", explica el doctor, quien asegura que además durante el confinamiento ha hecho un seguimiento telemático de todos sus pacientes de forma gratuita.

“El miedo será un factor fundamental. Habrá gente que no querrá venir por temor al contagio, y otros que, tomando precauciones, querrán continuar con sus tratamientos”. Para aquellos que no desean salir de sus casas, Riber Center ha puesto en marcha un servicio de atención domiciliaria. “Lo más importante es la salud”, explica.

Por supuesto, para la clínica se han adoptado todas las medidas sanitarias necesarias: mascarillas, guantes, uso de batas desechables con cada paciente, gel hidroalcohólico... Todo lo necesario para tener la mayor seguridad posible.

Antonio, que cuenta también una clínica en Sevilla, su ciudad natal, confía en que poco a poco vuelva la normalidad, aunque asegura que no será hasta septiembre cuando se podrán evaluar de una forma más fidedigna los efectos que el confinamiento ha dejado, no solo en la economía, sino también en el estado de los confinados.