Coronavirus

La batalla contra los piratas del Covid-19

Desde que comenzó el confinamiento se han realizado más de 6 millones de búsquedas en internet sobre 11 medicamentos que “curan” el virus. La Guardia Civil ha creado una célula de crisis para luchar contra las mafias que trafican con ellos al calor de la “psicosis colectiva”.Reciben 200 denuncias diarias por estafa

La hidroxicloroquina es uno de los medicamentos más demandados para combatir el coronavirus, aunque los expertos advierten de que su eficacia no está científicamente demostrada
La hidroxicloroquina es uno de los medicamentos más demandados para combatir el coronavirus, aunque los expertos advierten de que su eficacia no está científicamente demostradala ra

Dicen que el miedo es libre, que no es buen consejero y que te puede paralizar o conducir a la búsqueda de soluciones de forma irreflexiva. Además, no hay distanciamiento social que evite su efecto contagio. Desde que comenzara el confinamiento a causa de la pandemia del Covid-19, hace ya más de un mes en España, el miedo y el instinto de supervivencia ha llevado a miles de personas a lanzarse a internet a tratar de comprar de forma compulsiva todo tipo de «armas» para combatir el temido virus: desde mascarillas y guantes a precio de oro hasta complementos vitamínicos y pomadas milagrosas pasando por lo más peligroso de todo: medicamentos «anti coronavirus».

En Smart Protect, una empresa que analiza búsquedas web, señalan que solo entre el 20 y el 22 de marzo observaron en Twitter un incremento del 500% en contenidos relacionados con el Covid-19. El 23 de marzo, el día que Boris Johnson anunciaba el confinamiento en el Reino Unido, la oferta de medicinas en eBay de Reino Unido se duplicó. El «hambre» de evitar el contagio se ha juntado con las «ganas de comer» de quienes, como siempre ocurre en las tragedias, tratan de sacar tajada con todo esto y han encontrado un jugoso nicho de mercado. Captan a sus potenciales clientes donde «está» todo el mundo estos días: en las redes sociales.

Entre los «stories» para mostrar la receta de un bizcocho, seguir unas clases de yoga o el «reto» de meter la cara en un plato de harina, los «piratas» de los medicamentos cuelan sus cebos. Según Carlos Jiménez, director de producto de esta empresa que colabora con Europol, el 58% de la oferta ilegal de medicamentos se ha registrado en redes sociales y el 38% en plataformas de comercio electrónico tipo Alibaba. «Monitorizamos buscadores como Google, plataformas de comercio y redes sociales utilizando palabras clave relacionadas con los once medicamentos y principios activos que forman parte del estudio que estamos llevando a cabo». Según Jiménez, los antivirales Arbidol y Favipavir, así como la hidroxicloroquina, utilizado en el tratamiento contra la malaria, son los que cuentan con mayor promoción en internet por sus supuestos efectos para paliar el Covid-19.

Keywords para posicionar el producto falsificado

«Durante la monitorización detectamos seis millones de resultados de búsquedas con información diversa relativa a los medicamentos. Hemos visto que se utilizan keywords específicas para posicionar el producto falsificado en internet para evitar los mecanismos de control que establecen las plataformas. El código “155213-67-5” se usa como palabra clave para localizar Ritonavir en marketplaces y Remdesivir tiene como código “1809249-37-3”». También se busca Kaletra, Invermectina, Lopinavir... cualquier nombre que se haya relacionado con estudios médicos para frenar la pandemia aunque, a día de hoy, no hay evidencia científica de que ninguno de ellos «cure» este tipo de coronavirus.

Así, mientras en los laboratorios de medio mundo estudian diferentes principios activos que les permitan dar con la tecla y evitar el máximo número posible de muertes, hay otra batalla que se libra lejos de allí, en ese «agujero negro» que es el llamado ciberespacio. Desde Smart Protection aseguran que analizando precios, datos de la empresa vendedora y otros factores son capaces de distinguir los productos legales de las falsificaciones. Y, aunque es evidente que es una locura adquirir y, peor aún, tomar sin prescripción médica este tipo de fármacos, hay quienes tratan de comprarlos por kilos.

Célula de crisis en al Guardia Civil

Para evitarlo y proteger a la ciudadanía de este grave peligro para la salud pública, trabaja estos días un equipo multidisciplinar de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil. Los expertos del grupo de Drogas y de Ciberdelincuencia se coordinan formando un «escudo» para hacer frente a estos «piratas». «La mayoría de las veces se trata de un medicamento falso. Con suerte son productos inocuos y, en el mejor de los casos, no hacen ningún efecto en el organismo», advierte el responsable de Drogas, Jesús Lario.

El comandante señala la peligrosidad de adquirir medicamentos que no están sujetos a control de las autoridades sanitarias y explica que han creado una «célula de crisis» debido a esta oferta masiva en internet. Se centran principalmente en «auditar» dos focos: medicamentos que supuestamente puede curar el Covid-19 (que se enmarcaría dentro de un delito contra la salud pública), y la venta de los complementos alimenticios o llamados productos milagro, que supondrían un delito de estafa. En ambos, hay penas de prisión aparejadas. «El tráfico que hemos observado es brutal: pastillas con vitaminas, infusiones, quinina, pomadas... Se aprovechan del desconocimiento de la gente y del estado de ansiedad porque no hay ninguna evidencia científica detrás».

Estos sabios piratas también prescriben el famoso MMS, esa suerte de agua con lejía, que, por lo visto, cura todas las enfermedades que existen. La Guardia Civil lucha contra estos delincuentes en el marco de la «operación Shield» (escudo) impulsada desde Europol a finales de marzo y donde también participan el resto de países amenazados por esta problemática. Porque si el Covid no conoce de fronteras, las mafias que tratan de hacer caja con el pánico, menos aún. La otra vertiente de grandes búsquedas está en las mascarillas tipo FFP2 y 3 o los famosos test para detectar la presencia de anticuerpos en el organismo. «No son test fiables y, cuando se compra por internet, en muchos casos el producto ni siquiera llega».

Además, Lario recuerda que todo este tipo de productos están incluidos en el listado publicado en el Real Decreto del 15 de marzo y que no se pueden comercializar. Por eso ya se han incautado de varias partidas de este tipo de productos y se han puesto a disposición de las autoridades sanitarias.

Las mafias que vendían Viagra

El objetivo de los investigadores, además de evitar que se produzca este tráfico ilegal de medicamentos o productos ilegales, es identificar a los responsables. Porque ¿quién se está lucrando con estas ventas? Al parecer, hay de todo: desde particulares que adquieren conocimientos en al «deep web» y grupos organizados que ya tenían una estructura creada y que traficaban de forma ilegal con medicamentos tipo Viagra.

Y es que, como ocurre en tantas estructuras delincuenciales, lo complicado es crear la organización, hacer que el engranaje funcione. Una vez listo, se distribuye lo que más esté demandando el mercado en ese momento. Igual que en Galicia el sistema del contrabando de tabaco sirvió como base para la introducción de cocaína (misma logística, distinto producto); las mafias dedicadas al tráfico ilegal de medicamentos o sus falsificaciones, ofrecen a través de los mismos canales lo que ahora quiere la gente: cualquier cosa que le salve del Covid.

Webs que duran solo unas horas

Buscando la trazabilidad de esas web que les lleve hasta los responsables trabaja de forma más específica la Unidad de Ciberdelincuencia de la Guardia Civil. Su responsable, el comandante Alberto Redondo, explica que las últimas semanas se han creado «muchísimos dominios web con palabras relacionadas con el Covid-19» y que han sido registradas en paraísos tecnológicos como Rusia, Ucrania o Asia para complicarle la vida a los investigadores.

Como su compañero, asegura que además de particulares, hay grupos organizados que cuentan con técnicos que diseñan las web, otros que desarrollan gestión de datos y hasta una red de mulas económicas para blanquear... «Las organizaciones simplemente han adaptado el modelo de negocio», reconoce Redondo, que dice que estas mafias utilizan «el modus operandi de toda la vida» y se aprovechan de la ingeniería social ya creada.

Han detectado dos principales de formas de actuar. Por un lado, la creación de web que parecen fiables (una tienda inventada, por ejemplo) pero que solo duran unas horas. Tiempo suficiente para haber ganado miles de euros con mascarillas que ni siquiera existen. Cobran a través de transferencias bancarias o remesadoras de dinero tipo MoneyGram o Western Union. Pero la sofisticación de esta forma de delincuencia llega hasta el punto de que hay quienes «roban» credenciales de pago para vender a otras mafias dentro de «paquetes de datos». Desde que se inició la crisis crearon el canal de denuncias ciberestafas@guardiacivil.org y recibe unas 200 denuncias diarias. Pero para evitar ser víctima de estas mafias, Redondo da un sencillo consejo: andar con un poco de vista y sentido común.